Capítulo 8

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Tanto Yoongi como yo, nos quedamos dormidos en mi cuarto del hospital, él aferrado a mi pecho con ambas manos, y yo acariciándole el remolino del pelo.

Me desperté unas horas después, Suga seguía plácidamente dormido, así que no quise moverme para no despertarle. Cerré los ojos, e inspiré. Me mantuve un buen rato reflexionando sobre lo que había escuchado antes, cuando no podía moverme. No había reparado mucho en las palabras que escuché de la boca del resto de miembros durante su visita, pues el estado de pánico que me provocaba el hecho de no poder moverme me hizo darles menos importancia de la que merecían.
Pensándolo detenidamente, habían dicho cosas muy bonitas sobre mí. Jin mostró su lado sensible, y cada uno dijo lo que de verdad sentía en aquel momento... Todos menos el chico que se encontraba en ese preciso instante roncando sobre mí. No dijo nada durante la visita, sin embargo, creí oír un "¿te quiero?" cuando estuve a solas con él, quería evitarlo, pero pensar en ello, recrear ese momento, su voz, se había convertido en un hábito en las últimas horas. Creo que, aunque literalmente no estuviese allí con ellos, (o sí, no lo sé), lo recordaré siempre.

Mi reflexión fue interrumpida cuando el caballero durmiente gruñó y acto seguido estampó su mano contra la mía, la cual seguía posada sobre su cabeza.
No se me ocurrió una manera de reaccionar aquello, así que esperé a que él decidiese hacer algo más, aunque ese algo implicase estampar su otra mano sobre mí de nuevo.

Como si de un oso se tratase, Yoongi cumplió mis expectativas, dando el siguiente paso. Giró su cuerpo, se incorporó e introdujo sus manos a cada lado de mi cadera, tratando de abrazarme. Un dolor agudo recorrió todo mi cuerpo, pero intenté disimular mi gesto. Quería que me abrazase.
Suga quiso rastrear mi herida, revolviendo para ello mi pelo. No quería que la viese, no tenía por qué quedarse con tan mala imagen de mí, de manera instintiva, me tapé, y detuve.

-¿Qué... te crees que haces? - dije, con un hilo de voz. A penas tenía energía en ese momento.
Suga se emocionó al oír mis primeras palabras tras mi ingreso en el hospital.
-Me.. me duele mucho la cabeza. - Respondí; lo cierto es que me dolía cada parte de mi cuerpo.
En seguida, el rostro emocionado de Yoongi pasó a mostrar preocupación, y se ofreció a llamar a una enfermera. Le pedí que se quedase sólo él, sólo quería estar con él, de verdad le quer... Mis pensamientos desaparecieron de mi mente, y me quedé completamente sin energías. Cerré los ojos, y intenté concienciarme en mi nueva prioridad; respirar.

No notaba absolutamente nada durante unos minutos, cuando quise darme cuenta, mi cuerpo se tambaleaba en una silla, mientras Suga se encargaba de limpiarme la cabeza. Era algo muy amable por su parte, me hacía sentir bien el afecto, y supuse que tocar heridas no sería muy agradable para él. Sin embargo, me hizo aquel favor porque quiso, sin que le pidiese nada. Me sentí muy feliz, y noté un aumento de mi energía, poco a poco. Escuchaba su cariñosa voz hablándome, y aunque a duras penas lograba entenderle, traté de asentir, mostrándome conforme con la situación.

Me dolía, más que doler, me escocía, pero me alegré de recuperar mi percepción de los sentidos. El cuidado de mi herida cesó, y volví a la cama con ayuda de Suga.

-Qué haces aquí... Por qué me cuidas... No... No me lo merezco- confesé, desde mi yo más sincero y con más sentimiento de culpabilidad.
-No lo sé, sentí que te lo debía,  todo es culpa mía- contestó, pero no estaba de acuerdo.
-No, no... Fui yo... El tonto soy yo... Perdón por preocuparte... Perdón por ser tan insoportable... Tuviste que perseguirme para encontrarme... Traerme hasta aquí... Podrías... Haberme dejado... Me lo merecía...- sí, me lo merecía, Yoongi era demasiado bueno para mí, después de todo lo que había hecho, él seguía cuidándome tanto.

-¿Pero qué dices? El imbécil soy yo. Debería haber parado todo desde el principio. Sabía que estaba mal, sabía que esto pasaría, y aún así... No paré. Si yo lo hubiese parado antes de tiempo tú... Tú... ¡Tú no te habrías desmayado! -las lágrimas comenzaban a recorrer su rostro, como si de una carrera de tratase. - ¿Sabes lo mal que lo pasé cuando te vi tirado? ¿Sabes lo imponente que me sentí? ¡Fue todo culpa mía, así que deja de sentirte  culpable, y cúlpame a  mí! ¡Si no me quieres volver a hablar, lo acepto! ¡Sé que soy lo peor!

No paró de llorar durante las últimas eufóricas frases que emitió. Yo había dejado de escuchar en cuanto sus primeras lágrimas rebosaban de sus ojos, y admiré el brillo de éstas mientras hablaba. Sentí el deseo de cuidarle, parecía tan indefenso ante mí...

-Hey... Quien me iba a decir a mí que serías un llorón, hyung- le respondí, tirando de su camiseta, entre risas, tratando de que olvidase el motivo por el cual lloraba, no quería verle sufrir.
Él me preguntó si estaba bien, a lo que quise volver a hacerle reír, dándole por hecho que yo ya estaba recuperado. Si él creía que yo estaba bien, le quitaría preocupaciones de encima, o eso esperaba.
Él me frenó, lo que aproveché para retomar nuestra última conversación sobre nuestros sentimientos. Casi se me escapa un 'te quiero' a mí, pero a la mitad de su pronunciamiento, de nuevo Yoongi me interrumpió, avergonzado.

-Jajajaja, tranquilo. Sé que no lo decías en ese sentido- dije, tratando de tranquilizarle, mientras le di unos toques sobre la columna vertebral. Me emocioné pensando en la verdad: yo le quería, y nunca había querido de éste modo. Quise reprimir estos pensamientos cuando mi vista se empezaba a nublar a costa de mis lágrimas.

Suga se percató de esto, y me preguntó si era a causa del dolor.
Quise insistir por última vez preguntando de nuevo en qué sentido me quería. Ansiaba la respuesta, que nunca llegó, debido a la entrada de la enfermera, que se disponía a comenzar mis pruebas.

Azúcar Prohibido • Yoonmin • (POV Jimin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora