Adentro de la casa William observo que todo era diferente, todo muy arreglado y muy decorado, en las paredes había cuadros artísticos y en blanco y negro que asumió eran fotos de cuando Berenice era joven. Estaba extasiado con la amabilidad de aquella señora que todos pintaban como una bruja, sin duda nadie se había tomado la molestia de averiguar primero antes de decir semejante mentira.
-Ok joven William, y cómo piensa llevarse toda esas pelotas, son muchas. –Dijo Berenice abriendo la puerta de su patio.
-Bueno... no lo sé, ni siquiera traje algo para llevarlas. –Dijo William muy apenado pero sonriendo.
-No te preocupes, te puedo regalar una pequeña bolsa, y llevas las que puedas, después puedes venir por las que quedan ¿Qué te parece?
-Perfecto, gracias.
Mientras recogía las pelotas, Berenice hacia algo de café en su cocina, el agradable aroma llegaba hasta el patio donde William seguía con su faena, al finalizar entro de nuevo a la casa y se dispuso a despedirse de Berenice.
-Listo, termine.
-Que rápido, si tuviera bolsas grandes podrías llevar más, pero no poseo.
-No se preocupe, igual muchas gracias.
-¿Te gusta el café? ¿Quieres un poco?
William dudo pero no se pudo resistir al irresistible aroma a lo que acepto la propuesta. Mientras se tomaban el café Berenice comenzó a hablar de todo un poco, le conto anécdotas personales, así como que pronto su única hija vendría a visitarla junto a su nieta. Se notaba el amor que sentía por ellas al hablar, y se enfoco en contarle al muchacho como Belén, su hija, había obtenido el empleo de sus sueños.
Belén tenía una importante entrevista de trabajo, ella necesitaba confiar mucho en sus capacidades para poder tener éxito durante esa noche, aunque estaba llena de dudas. El miedo la atenaza mientras pasea de un lado al otro de la habitación, diciéndose que ha sido una estúpida al ir a esa zona de la ciudad, ya que los directivos se la van a comer viva. Saca apresuradamente la ropa de la maleta, y se prueba primero un conjunto, después otro, pero cada uno le parece peor que el anterior. Su cabello es una maraña enredada. Incapaz de enfrentarse a la ropa y al cabello decide volver a empaquetarlo todo y ahorrarse la humillación. Los nervios la carcomían. De pronto suena el teléfono y es Berenice, que la llama para desearle suerte y de paso quejarse de su soledad y su temor a ser abandonada. Belén cuelga el auricular dándose cuenta de que los linces directivos no pueden ser peores que la gran leona que tiene en casa. Entonces se sorprende a sí misma con una combinación de ropa y accesorios que nunca antes había probado. Su cabello queda mágicamente peinado en su lugar.
Se coloca delante del espejo y está maravillosa, sus ojos brillan de confianza. Antes de salir de casa se oían truenos relámpagos y una lluvia desgarradora. En ese momento Belén se encontraba en casa de una amiga en el centro de la ciudad, estaba al cuidado de la casa ya que su amiga estaba de viaje por unos días. No conocía bien la zona y maquinaba como llegar a tiempo a la entrevista, si pasaba por ciertas zonas aledañas no llegaría a tiempo, así que debía pasar por una zona de la ciudad que era totalmente insegura. Se cubre los cabellos con un periódico y sale disparada hacia la noche, arriesgándose a morir. Un relámpago ilumina la escena y repentinamente se encuentra rodeada de una banda, la que siempre está ahí, llueva o brille el sol, esperando a los idiotas que cruzan esa zona por la noche. Belén tenia conocimientos de artes marciales, se abre camino entre la banda entre patadas y golpes hasta que consigue salir de la zona, viva.
Ha sobrevivido, pero cuando se mira en el espejo se encuentra como una rata pasada por agua, pedazos de periódico pegados al cabello, salpicaduras de sangre por toda la ropa —la sangre de los miembros de la banda, pero sangre, al fin y al cabo. La confianza en sí misma cae más allá de toda duda y todo temor. Llegan taxis con los demás candidatos a la entrevista, todos muy elegantes y recatados. Sienten pena por la pobre Belén que está hecha un desastre, la ayudan con su cabello que secan con una toalla y y le consiguen ropa seca que no pega demasiado.
Debido a su aspecto, a lo largo de la noche la atención se centra en ella. Como ya sabe que ha perdido de todas maneras, se relaja, mostrándose tal cual es, y desde las profundidades de su interior surge un descaro que no sabía que tuviera. No solamente les habla de su pelea, sino que bromea al respecto. Todos se quedan boquiabiertos de admiración. Al final de la noche todos los ejecutivos saben con toda claridad a quién desean para el puesto, cualquiera que pueda superar ese terror en aquella zona reconocida por su peligrosidad y mostrar esa tranquilidad es la persona que buscan. Belén recibe el puesto y no ha parado de progresar desde que entro a esa empresa, Berenice le cuenta con orgullo a William lo aguerrida que es su hija y termina el relato indicándole que así tienen que ser las personas que desean algo en la vida, William ha escuchado cada palabra que ha dicho la amable anciana y con admiración le da la gracias y se despide.
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DOS CAMINOS
ActionNarra la historia de dos amigos que tendrán que superar las adversidades de la vida. En plena adolescencia se verán obligados a luchar y superar el desamor y un cáncer que carcome a la sociedad, las drogas. Sin embargo el amor y la amistad de las pe...