Capítulo XIII

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Carolina

23 de mayo, 2016.

Mi despertador junto con mi celular suena al mismo tiempo, claro, con diferente tipo de sonido. Siempre he tenido la mala costumbre de usar dos alarmas para poder levantarme temprano, porque de lo contrario no lo haría, más cuando son los días lunes, lunes de aburrimiento total.

Lo primero que hago es ordenar mi habitación. Veo la hora en mi celular, apenas las cinco con treinta minutos. Termino de ordenar. Busco mis cosas y me meto al baño.

Mi madre ya ha hecho el desayuno. Mi padre no tarda mucho en irse para su trabajo. Al menos puedo verlo unos minutos.

Termino de desayunar. Tomo mi plato y lo lavo. Luego, saco de mi mochila uno de los libros que estoy leyendo. Me siento en el sofá y mientras leo, espero a que sean las seis y treinta para también esperar a Elías.

Mientras termino de leer un capítulo de este hermoso libro. Mi madre me dice que Elías ya está afuera esperándome. Salgo y lo primero que hago es darle un abrazo seguido de un beso. Nos despedimos de mamá y nos encaminamos al instituto.

De camino nos topamos con Jolene, quien va apresurada casi corriendo.

–¡Jolene! Hola ¿Cómo vas? –pregunto y le doy un abrazo.

–Hola chicos –saluda dando un respiro hondo.

–¿De qué estás cansada? –pregunta Elías con curiosidad, mientras le extiende su botella de agua.

–Voy tarde –dice tomando un sorbo de agua–. Una amiga me pidió que estará a las seis y veinte porque me dirá algunas cosas que investigo por mí. Gracias por el agua Elías, muy amable –le dice devolviéndole su botella.

–No es nada, Jolene –le dice dándole una sonrisa. Esa hermosa sonrisa que me derrite con solo verla, veo como Jolene suspira ante la sonrisa de Elías–. ¿Nos vamos?

–O-Ok –dice Jolene observando a Elías, quien enarca una ceja.

–¿Qué pasó? ¿Qué tengo en el rostro? –pregunta confundido ante nuestras miradas.

–No tienes nada, cariño –río–. Solo que esa hermosa sonrisa que le diste a Jolene provoca que nos derritamos...

–Ella tiene toda la razón –me interrumpe Jolene. Elías ríe.

–Vale, vale, eso ha sido gracioso. Mejor nos vamos antes de que lleguemos tarde.

***

Vemos como todos entran a sus secciones, mientras que nosotros estamos esperando a la maestra.

Estamos sentado en la mesa donde nos hemos estado sentado todos estos días en el recreo. Ha pasado media hora y la maestra no ha aparecido. Es extraño, es la primera vez que pasa. Su razón tendrá.

Elías entra a la sección para traer dinero e ir a comprar algo para comer. Mientras conversamos veo que Kira se nos acerca.

–Hola chicos –saluda dándonos una sonrisa. Maldición, tiene una hermosa sonrisa.

–Hola –decimos al unísono.

–¿Y Elías? –pregunta Kira.

–Aquí estoy –dice sorprendiéndonos a todos–. ¿Qué pasa, Kira? –pregunta.

–H-Hola Elías, solo q-quería pedirte el favor de si me ayudas c-con una tarea de física –dice Kira con nerviosismo y muy evidente. Los demás permanecemos en silencio observando todo.

–Claro ¿por qué no? –dice encogiéndose de hombros–. Solo pido que me esperes mientras voy a comprar algo ¿vale?

–N-No te preocupes –dice y se adentra a la sección.

Desaparecidos (Libro #1 de la saga "Misterio Familiar") © TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora