Veinticinco

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Tardo un minuto en acostumbrarme a la luz que se filtra por la ventana, los rayos de sol comienzan a emerger y sé que ya es de día, volteo la cabeza esperando encontrar a Harry pero no lo hago, a mi lado no hay más que una sábana arrugada y un lugar vacío, me levanto y camino por la habitación hasta llegar a la puerta y consigo salir, un olor a huevo fresco y tocino nubla mis fosas nasales y hace a mi estómago rugir, cuando llego a la cocina Harry está sin camisa con únicamente su bóxer; joder.

-Al fin despertaste -dice y me quedo unos segundos embobada mirándolo.

-Buenos días -sonrío dejándome llevar por el maravilloso olor y tomo asiento en la mesa.

Se voltea con un sartén en la mano y coloca un plato al frente de mí depositando los huevos y el tocino, coloca un vaso y lo llena de jugo de naranja para después hacer lo mismo con el de él, se sienta al frente de mí y comienza a comer.

-Gracias -siseo dedicándole una sonrisa, él me dirige una mirada dulce y continúa devorando su plato.

Terminamos nuestro desayuno en silencio, luego Harry entra a su habitación a cambiarse y minutos después me lleva a mi casa, no hablamos en todo el camino pero así lo dejo estar, de todos modos no tengo nada que decir, finalmente se despide de mí unas casas antes de la mía y sigue su camino.

Harry.

Ahora mismo mi cabeza es un lío, no puedo dejar de sentirme la peor persona del mundo al hacer lo que estoy haciendo, tenía planeado decírselo a Kendall apenas la volviese a ver pero no pude, soy tan cobarde, pero no pude decirle nada cuando ella me miraba así. Respiro profundo y me dirijo a la plaza, sé que es muy probable que el idiota de Louis esté allí y ahora necesito hablar con él. Como me esperaba al entrar lo observo en las rampas y al ir acercándome me doy cuenta de que está fumando; genial.

-¡Hey bro! -exclama Louis cuando me ve llegar.

Me acerco hasta él y tomo asiento a su lado, apesta a marihuana y mi estómago se revuelve ya que llevo tiempo sin consumir, once días tal vez.

-¿Qué te habías hecho? No te veía desde hace mil años -exagera y me hace reír.

-Sólo estaba... ya sabes, arreglando mi vida -le resto importancia.

-Y eso tiene algo que ver con Kendall ¿Cierto? -la comisura de sus labios se eleva y no puedo evitar sonreír.

Últimamente todo tiene que ver con ella.

-Sí -admito con la sonrisa aún en mi rostro.

-¿Pudieron arreglar todo por fin? -inquiere dándome toda su atención.

Desearía decirle que sí, que ahora estamos juntos y que no hay nada que pueda separarnos sin embargo no puedo.

-Ahora tenemos una especie de relación, es decir nos queremos y eso pero sus padres no nos dejan estar juntos -explico y Louis hace una mueca.

-¿Y eso por qué?

Me señalo con la mano y niego con la cabeza.

-Sólo mírame, no soy el tipo de hombre que ellos quieren para su hija.

-¡Pues que se vayan a la mierda! Tú eres uno de los mejores tipos que he conocido.

-Ellos no piensan lo mismo, nisiquiera Zayn me quiere con su hermana -suspiro y Louis frunce el ceño.

-¿Zayn? ¿Nuestro amigo?

-Sí ellos dos son hermanos, y sabes no estoy seguro de que ahora seamos amigos, si supieras todo lo que me dijo.

-Conoces a Zayn, tan dramático y sobreprotector, pero se le pasará ya lo verás -me anima palmeando mi espalda.

-No lo creo, mira Louis sabes que tú eres como un hermano para mí ¿Cierto?

-Sí -sonríe.

-Necesito que hagas algo por mí.

-Suéltalo.

-Kendall cumple dieciocho dentro de un año, ella me dijo que cuando eso pasara estaríamos juntos por fin pero no puedo esperar tanto, no si la tengo cerca -tiro de mi cabello con frustración.

Esto me está matando, no puedo estar cerca de ella y no hacer nada, no puedo mantener este amor en secreto, ella es lo que más amo.

-Mis padres me ofrecieron terminar mi carrera en una de las universidades más importantes de Los Ángeles, ellos siempre me insistieron pero nunca los escuché, ahora que me volvieron a replantear la idea no me parece del todo mal.

-¡¿Acaso estás loco?! ¿Dejar Londres e irte a Los Ángeles a estudiar? -espeta con los ojos abiertos como platos.

-Sólo será por un año Louis, el tiempo suficiente para volver y estar con Kendall.

-¡Es que no! No puedes...

-Ya le dije a mis padres que iría -lo interrumpo y se queda en silencio -Y necesito que cuides a Kendall por mí mientras no estoy, yo confío en ti, por favor -suplico y Louis suspira.

-Bien -dice resignado -Lo haré Harry ¿Cuándo te vas? -pregunta con miedo.

-En tres días -suelto y él cierra los ojos con fuerza.

-¿Ella lo sabe?

-No -niego con la cabeza -Ni debe saberlo, si lo hace no me dejará marchar.

-La destrozarás, lo sabes ¿Verdad?

Lo que menos quiero es lastimarla, no quiero que sufra por mí, no quiero hacerle más daño.

-La amo Louis y tengo que hacer esto, por mí, por ella, cuando vuelva tal vez no sea demasiado tarde.

-Te extrañaré bro -dice y me abraza.

-Yo también y mucho -lo abrazo de vuelta.

No sé si esto sea lo correcto pero tengo que hacerlo, no es momento de arrepentirme ni mucho menos de llorar, sólo quiero que todo me salga bien y así ser esa persona que Kendall necesita, porque si de algo estoy seguro es de que volveré siendo alguien y así seré bueno para ella.

Falling In Love |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora