Conversaciones

631 25 20
                                    

6 de Marzo de 1996

Querido Diario:

¡Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo!

Pues… bueno, todo marchaba normal, como siempre.

Ya sabes: yo indignada con Ginn, yo peleada con Ron, yo odiando a la Prostituta, yo sin que Harry me importara y mucho menos Neville.

¡Todo eso cambió!

Bueno… no todo.

¡Sigo odiando a la Prostituta!

Pero todo el resto…

De acuerdo, todo empezó el 28 de febrero.

Estaba en mi cama, sin hacer nada en particular, pensando.

Y de pronto… una neblina de lágrimas cubrió mis ojos: al día siguiente era el cumpleaños de Ron.

Y a pesar de todo, de haberme propuesto seguir con mi vida, dejarlo ser feliz… sentí que era demasiado para mi. Necesitaba confesar lo que sentía. Y Ginny ya no era suficiente.

¿Qué crees que hice?

Tomé un pergamino, y le escribí una carta. Sí, a Él:

Querido Ron:

Te escribo esto porque sé que si me acercara a ti, tú estarías demasiado ocupado con Lavender y… porque no sería lo suficientemente valiente como para mirarte a los ojos mientras te lo cuento.

La razón por la que te dejé de hablar cuando comenzaste a salir con Lavender es que estuve y estoy irremediablemente celosa.

Te amo.

Y no puedo estar cerca de ti y ver como la besas, como la abrazas… como la quieres…

Lo lamento, en serio lamento no habértelo dicho nunca, y ahora que te veo en brazos de ella al fin reaccionar.

¡Pero es demasiado para mí!

Sé que jamás volveremos a ser amigos, así que… sólo quería que supieses lo mucho que me importas.

Por cierto, feliz cumpleaños.

Hermione Jane Granger.

¿Qué deprimente, no? Pero así me sentía.

¿Y sabes qué es lo peor? ¡Estaba decidida a dársela!

Al día siguiente, me desperté muy temprano y me fui al lago: no quería ver cómo Lavender besaba a Ron mientras le deseaba un feliz cumpleaños.

Cuando supuse que Ron debería haberse despertado y bajado ya a desayunar, subí a la habitación de los chicos. Como ya te dije, había tomado una decisión.

Me escabullí con cuidado, asegurándome de que no hubiese nadie, y dejé la carta sobre la cama de Ron.

Cuando iba saliendo de la habitación, me choqué con Neville.

- ¡Oh, lo siento!

- Descuida, Nev… yo… me voy.

- Oye, sé que no debería entrometerme, pero como es el cumpleaños de Ron… podrías aprovechar para reconciliarte con él.

Sentí como la mandíbula se me tensaba involuntariamente.

- No, yo… debo irme, Nev.

Y corrí hacia mi habitación…

Recosté mi cabeza sobre la almohada de mi cama, intentando no pensar, no llorar, no recordar que día era.

Lavender y Parvati llegaron riendo.

Diario Secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora