No se que pex pero aqui dejo mis historias

Shupame la corneta

Los días se convierten en rutina, hoy me levante pesadumbrezco como toda mañana, el desayuno ya no es un gusto y el baño tíbio ya no es una distracción del mundo exterior que ha moldeado mi mente y convertido mis entrañas en tuercas y cables rojos y verdes. enciendo el motor del coche y me encamino al trabajo, atravieso la misma autopista gris con el cielo gris y con personas grises tambien, las luces de sus ojos se ven apagadas, siento que pronto terminaré como ellos en este mundo mecanizado. levantarse, trabajar y acostarse, levantarse, trabajar y acostarse, levantarse, trabajar y acostarse.

Me siento en mi tiesa silla y enciendo la vieja computadora en mi cuadrado cubiculo con fotos de mi... ya no recuerdo quien. "tac tac tac tac" los botones de toda la oficina resuenan sin pausa ni descanso, el jefe pasa cual profesor en examenes pidiendo cada vez mas trabajo y asignando cada vez mas trabajo. Hora del almuerzo, me levanto de mi tiesa silla y apago mi vieja computadora, salgo de mi cuadrado cubiculo no sin antes echar un vistaso a las fotos de... ya no recuerdo; salgo a la terraza y enciendo un cigarrillo, el cielo sigue gris y la calle abajo esta poblada de personitas del tamaño de hormigas apuradas y concentradas en sus labores diarias de obreras.

Vuelvo a mi lugar de obrero hasta que se hacen las 7pm en punto. Hora de irse a casa, enciendo mi coche y me encamino a mi hogar, cruzo la misma autopista gris con el cielo gris y con personas grises tambien, las luces de los carros marchan funebremente cuan largo es la ruta que se pierde tras de los edificios y puentes demacrados de la noche.

Abró mi puerta y enciendo mi televisor, me siento agotado, agarro el periodico de ayer y lo releo. 10 de la noche, hora de dormirse, reposo en mi tina de agua tibia viendo al techo blanco con picos de pintura en la oscuridad de mi baño, mis manos se aferran al borde como por instinto, como si supieran que me estoy dejando hundir buscando alguna respuesta que quizá la muerte pueda otorgarme.

Me acuesto en mi cama sin siquiera ver la hora y cierro los ojos esperando nunca más despertar.