Capitulo diez: "Calidez familiar (segunda parte)"

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"Escucha bien Angel, sólo hay dos razones para que tú corazón acelere extremadamente su ritmo cardiaco. -Explicó el señor Jones escribiendo en el pizarrón.

-¿Cuáles son? -Preguntó el castaño de once años anotando en su cuaderno.

-Primero. -Dijo el profesor elevando un dedo en el aire. -Que estés apunto de sufrir un infarto. Esto obviamente depende de la situación, de tu salud u otras razones que explicaremos más adelante.

-¿Y segunda? -Preguntó Ángel levantando la mirada.

El señor Jones simplemente se encogió de hombros. -Que estés enamorado"

ANGEL (POV)

No entendía lo que estaba sucediendo, simplemente sabía que quería moverme pero no podía, la mano de Yasmín estaba tocando la mía y aunque se supone que debía de tirar mi mano lejos de la de ella, no entendía porque estaba estático en mi sitio, así como tampoco entendía porque no podía dejar de mirar esos ojos asombrosamente brillantes, ella me miraba fijamente y por un momento pensé que estaba leyendo mi alma, mi corazón comenzó a acelerarse de una forma extraña.

-Aquí están sus aperitivos. -La voz de la señora Becker hizo que rápidamente nos alejáramos, nos distanciamos tanto que Yasmín estaba en la punta del escritorio. - Vaya... -Murmuró la mamá de Yasmín mirándonos algo contrariada. - ¿No creen que están muy lejos? -Preguntó mientras dejaba la bandeja de sándwiches junto a la jarra de jugo.

-Ah... Sí... -Dijo algo nerviosa Yasmín mientras acercaba nuevamente su silla a la mía. -Gracias mamá.

Ella simplemente sonrió dulcemente. -Solo les preparé un sándwich para cada uno porque pronto estará el almuerzo. ¿No les importa, verdad? -Preguntó mirándome algo preocupada.

Negué con la cabeza mientras le sonreía. -Para nada, está bien.

-Bueno, entonces los dejo. -Respondió yéndose mientras cerraba la puerta dejándonos en un silencio incomodo a los dos.

-Bu-Bueno. -Habló Yasmín rompiendo el silencio mientras cogía su libro. -Comencemos.

-Claro. -Respondí y supuse que lo mejor era que no mencionáramos el tema jamás. Después de todo, ni yo entendía lo que había sucedido hace poco... ¿Será que me estoy enfermando del corazón?

-¿Qué es lo que sabes de Español? -Me preguntó la pelinegra mirándome con interés.

-Lo básico. -Respondí encogiéndome de hombros.

Ella me miró como si esperara algo más, como yo no hable prosiguió. - ¿Qué es para ti lo básico? -Preguntó.

-Los colores, los números. -Respondí pensando en las cosas que sabía. -Eso... -

Ella me miró como si procesara algo en su mente y pensó algo que no pude entender.

-Bien. -Dijo finalmente moviendo su silla para quedar frente a frente. - ¿Qué colores sabes?

-Amarrillo. -Contesté recordando lo que había aprendido. -rousadou, vaileta...- Dejé de hablar al notar su expresión burlona y la fulminé con la mirada. - ¿Qué es tan gracioso?

Yasmín tenía los cachetes inflados como si estuviese conteniendo la risa hasta que no pudo más y explotó, se rió como por tres minutos consecutivos y yo simplemente me la quedé mirando fijamente sintiéndome humillado.

-Qué bueno que te cause diversión. -le dije con sarcasmo. -Al parecer solo querías burlarte de mí. -Me puse de pie tomando mi mochila dispuesto a irme, entonces ella tomó mi mano rápidamente parando su risa al instante.

LAS DOCE DIMENSIONES OCULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora