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•Capítulo Veintidos

-Esta te servirá, creo-Dijo Niall, sacando una sudadera gris de su armario y entregándomela-Puedes ir al baño a cambiarte.

Asentí y fui a cambiarme. Me quité la ropa y la dejé bien colocada sobre un instante. Me arreglé un poco el pelo y me lavé la cara, aún se notaba en mis ojos el llanto que había tenido hacía rato, pero ahora estaba con Niall, y estaba mejor. Era más fácil que una sonrisa saliera de mi boca.

Cogí la sudadera de Niall y me la puse. Me cubría dos dedos por encima de las rodillas y me quedaba bastante ancha, pero era muy cómoda, así que decidí que con aquello tendría suficiente para pasar la noche.

Giré el pestillo de la puerta, coloqué la puerta en el pomo y la abrí. Niall ya se había cambiado también, y me volvió a sonreír en cuanto me vio. Luego, bajó su vista por mi cuerpo.

-Te queda bien-Dijo.

-Me queda bastante enorme-Le contesté yo.

-Pero te ves preciosa…

Levanté la vista para verle los ojos. Nuestras miradas se clavaron profundamente. Y él se pegó a mí con aquellas ganas mortales de poder sentirme suya. Pero en ese instante recordé mi gran error, bajé la cabeza y coloqué una mano en su pecho.

-Lo siento, Niall…-Sollocé.

-¿El qué?-Me cogió cuidadosamente de la barbilla y me obligó a mirarle, mis ojos volvían a estar empañados.

-Por haberte fallado, por haber roto la promesa. Por todo. He sido una…

-Shh-Colocó un dedo en mis labios-En el fondo… Muy en el fondo, me has querido desde que me conociste. Nunca has dejado de hacerlo, y siempre lo harás. Es por eso que ya no me importa lo que haya pasado durante estos dos años. Solo te quiero a ti, conmigo. Y estás aquí, delante de mí. No pido nada más.

Pero aquello no iba a borrar que yo me hubiera comportado como una auténtica tonta. Todo lo que había hecho durante más de un años y medio había estado mal, había escogido un camino equivocado y aunque pareciera que ahora todo podía volver a estar bien, como antes… No lo estaba, porque Tom seguía en alguna parte, y no tenía pensado dejarme escapar con Niall.

Niall ladeó la cabeza ligeramente, la agachó y dejó caer su mirada hasta mis labios. Noté una mano en mi cintura. Coloqué mi mano en su muñeca, apretando con fuerza, nerviosa. Su nariz chocó contra la mía. Respiré su aliento a menta fresca. Casi podía oír los latidos acelerados de su corazón.

-Niall…-Susurré, cerrando los ojos.

Él apoyó su frente contra la mía.

-…Te golpeó porque vio la foto, ¿Verdad?

Tragué salvia y las pulsaciones de mi corazón se ralentizaron. Asentí levemente con la cabeza.

-Malditos paparazzis-Maldijo con rabia. Mi mano se fue a su mejilla. Ambos abrimos los ojos.

-Solo quiero estar contigo, Niall. Pero tengo miedo… Yo no… Yo no sabía que Tom fuera capaz de hacer lo que hizo, y ahora no sé qué más puede hacer. No quiero que te haga daño a ti, sé qué…

-No me va a tocar, y mucho menos a ti. Si vuelvo a verlo, te prometo que se le pasarán las ganas de verte.

-No, Niall. Solo quiero que desaparezca y punto. Prométeme que no harás nada de lo que luego puedas salir perjudicado.

-Mientras estés conmigo, no hay nada que me pueda perjudicar.

-No puedo estar tranquila sabiendo que Tom anda por ahí, y cuando vuelva a casa y se dé cuenta de que no estoy… Oh, dios-Niall me abrazó.

Promesas Rotas. (Niall y tu)  T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora