1.Celeste

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Recuerdo bien esa primera vez que la vi, agghh esos ojos color miel, su cabello castaño con destellos rubios, esa actitud fría y al mismo tiempo misteriosa, era tan linda.

La miraba no muy seguido, justo después de salir del instituto, al medio día. Ella estudiaba en otro instituto algo cercano, el cual quedaba en línea recta a un par de kilómetros. Cada vez que la veía no podía evitar fijarme en sus ojos, no tanto por el hecho de que eran hermosos, sino que tenía una gran seguridad en si misma.

Hacíamos contacto visual desde que la veía enfrente hasta que pasaba al lado mío, pero no sabía el porqué lo hacía ella, obvio yo lo hacía porque me gustaba y esperaba ver si sonreía o algo por el estilo, ¿Pero ella?, me miraba tan sería que no sabía si ¿Le gustaba o me odiaba?

En fin, seguimos así durante unos meses. Quería hablarle pero era algo difícil, no es tan fácil como en las películas o en los cuentos, donde por pura coincidencia el destino los une, se hablan, se enamoran, se casan y felices por siempre, ¡No! Esto es la vida real. Tenía que hallar una excusa para hablarle, lo peor de todo era que la imaginación me fallaba para esto, podía imaginar casi cualquier cosa, crear situaciones para que parecieran coincidencia pero ¡No podía crear una excusa para hablarle! Esto era el colmo.

Cuando por fin me decidí y pensé, cuando la vea, al diablo las excusas, iré y le preguntaré: ¿Cuál es tu nombre?. Aunque era algo loco llegar de la nada y preguntárselo, pensé que tendría que apreciar las agallas que tuve que tener para hablarle.

Aunque de pronto hubo un problemita, ya faltaba poco para terminar las clases y yo estaba en exámenes, ¡Como demonios la iba a ver, si esos días salía más tarde de lo normal! Había estado perdiendo el tiempo en pensarlo tanto...

Bueno, resignado a no poderle hablar, salía tarde y no había prisa me daba igual, no había motivo por el cuál salir temprano. Justo el último día que fui a estudiar, estaba hablando solo en lo que caminaba de regreso a mi casa. Pensaba todo lo que le podría decir cuando la viera, me imaginaba tantas cosas que podrían pasar.

Cuando de pronto la vi venir a una calle de distancia, !Este era el momento!, sin más que pensar me cruzaría la calle para hablarle. Pero...!Que! Los malditos carros no dejaban de pasar, se me iba poco a poco el momento. Ella iba como siempre algo pensativa, no logró darse cuenta de que yo estaba allí. En fin, la vi pasar frente a mi alejándose y suspiré: !Maldita sea!, se fue.

No quería seguirla, pensaría que soy un acosador o algo así, todo había acabado, creo que no la volvería a ver...

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