Capitulo 24

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Maratón 2/4

La mañana siguiente no tuve oportunidad de cruzarme con Fidel, él evidentemente no se levantó para ir al colegio, quizás había desistido de retomar sus actividades o quizás sólo se había ido más temprano de lo previsto. Rocco no había llegado a dormir la noche anterior, yo rogaba para que fuera al colegio ese día y los siguientes, cada vez faltaba menos para finalizar el año escolar y a ese paso no terminaría la secundaria y hasta me arriesgaría a decir que caería preso en cualquier momento.

Lucy me llamó esa mañana desde el teléfono de Roxanne para avisarme que ya estaba en el colegio y para pedirme que almorzáramos juntas ese día, accedí de inmediato y corrí al vehículo donde Dante me esperaba para comenzar con un nuevo día laboral.

Para la hora del almuerzo mi hermanita apareció en nuestro lugar habitual acompañada por Rocco. Me sorprendí durante unos segundos y corrí a abrazarlos, sinceramente los había extrañado, a mi hermano más que a la pequeña porque él me hacía recordar a mis años de adolescencia y sabía qué tan mal la estaba pasando.

Esperamos nuestra orden en completo silencio y cuando comenzamos a comer tardamos un poco más en poder establecer una conversación algo fluida. Lucy parecía no tener idea de la fiesta que había tenido lugar en casa, lo cual estaba bien, no quería que comenzara a quejarse por no haber sido invitada, y Rocco no lo mencionó tampoco aunque era probable que lo supiera ya que sus amigos habían estado allí; sólo esperaba que él hubiera estado con Tomás en ese momento, ese chico le hacía bien pero al parecer las cosas estaban bastante mal.

–¿Te divertiste con Roxanne este fin de semana? –consulto distraídamente a la pequeña que asiente con entusiasmo.

–Ahora ella es súper buena conmigo, me compra cosas y me saca a pasear, no como antes... creo que la culpa la está matando –sonríe con malicia y no se detiene ante mi mirada de advertencia. –Está bien que se sienta mal, ella actuó de manera horrible y si su forma de lavar culpas es consintiéndome no me voy a negar. Además ella también saca provecho de mí, está tan sola que hace todo para tenerme siquiera a mí que no me quiere demasiado.

–No tienes que tenerle lástima, si ella está sola es porque se lo buscó –dice Rocco desinteresadamente. –Si no quieres compartir con ella está bien, después de todo estuvo apartada de nosotros en los momentos más duros Lucy, no te olvides de eso.

–Yo no me olvido, pero no puedo dejarla sola porque la quiero y además me compra cosas –insiste y yo sonrío porque no podía simplemente admitir que la quería a pesar de todo, debía tener una excusa para permanecer con ella.

–¿Cómo estuvo tu fin de semana Rocco?

–Bien.

–¿Qué hiciste? –presiono y él sólo me mira. –¿Estuviste con amigos?

–Sí.

–¿Sabes Rocco? Tú y Fidel tenían un trato, tú no te mandas solo, no por lo menos hasta que termines la secundaria –le recuerdo y él me mira con un odio tan profundo que me da un poco de miedo, pero si se lo recordaba era por su bien, yo quería que él pudiera salir de aquí para que algún día llegara a ser alguien en la vida. –Si no sigues con el pacto que tenían deberás volver con papá y mamá.

–¿Tú recuerdas que ya soy mayor de edad no?

–¿Y qué piensas hacer? ¿Mudarte solo? No podrías sobrevivir ni un día, eso sin contar que sin dinero no se vive y tú no tienes nada de eso.

–Conozco mucha gente Piera, podría irme con cualquier persona y no tener porque precisar de dinero.

–Podrías ¿pero cuánto tiempo crees que aguantará eso? La gente es buena durante un tiempo Rocco, pero cuando vean que tú no aportas en nada y que creas más problemas de lo que puedes ser de utilidad te pegarán una patada en el trasero y te mandarán a la calle.

–¿Eso es lo que crees? ¿Qué doy más problemas de lo que puedo ser "de utilidad"? –consulta de mala gana y se pone de pie. –Respetaré el trato de no moverme de casa los fines de semana Piera, pero durante la semana no me verás la cara, te ahorras muchos problemas al no tenerme allí después de todo ¿No?

–Rocco por favor no seas infantil.

–No Piera, tú eres la infantil, a pesar de simular que eres una adulta responsable la verdad es que no sabes qué demonios hacer con tu vida –se pone de pie y tira unos billetes en la mesa –deja de proyectar, arregla tu puta existencia y no me vuelva a dirigir la palabra.

–¡Rocco!

–Ya déjalo... –dice Lucy tomando mi brazo para que no salga corriendo tras él. –Desde que terminó con Tomás está irritable, no es contigo el problema, a mí también me trata bastante mal, pero no le digo nada porque prefiero que se la agarre conmigo a que termine a los golpes en algún boliche de mala muerte.

–¿Tan mal van las cosas con Tomás?

–Bastante, tú sabes, él ha vuelto a frecuentar a esos tipos con los que se juntaba en primer año. No habla con los muchachos, mucho menos con Tomás. Hoy vi a sus amigos hablando con Fidel en el recreo y Fidel se acercó a hablar con él pero por poco más y lo saca a las patadas, eso sin contar que sus nuevos amigos parecen sus guarda espaldas...

–¿Fidel fue a la escuela?

–Sí, comenzó con las clases hoy –suspira y le dan un largo trago a su bebida. –Invité a Rocco porque lo vi en aprietos tratando de negarse a consumir drogas a la salida del colegio... no creo que el hecho de que no esté nunca en casa tenga que ver con que haya vuelto a las andanzas, pero de todas maneras debería poner cuidado en él y no pelear todo el tiempo.

–Tú sabes que él

–Sé que los dos están pasando un mal momento, pero tú eres la mayor Piera, realmente, arregla las cosas con Fidel para que todo vuelta a ser más o menos armónico y puedan ayudar a Rocco –también se pone de pie y me sonríe. –Además yo estoy por entrar en "la etapa difícil" espero que puedan ayudarme a mí también. Te veo en casa.

Y así sin más también se fue, dejándome ahí, con la mitad de la cuenta pagada y mi cabeza hecha un lío. Hasta Lucy se había dado cuenta que mi "no relación" con Fidel estaba afectando nuestra relación con ellos. Ya era tiempo que hiciera algo con respecto a eso.

En cuanto salí del trabajo llamé a Fidel y lo cité en un café del centro, él me dijo que estaba terminando con unos papeles pero que no tardaría en llegar, dijo que quería hablar conmigo no sólo para pedirme disculpas nuevamente por lo que había pasado el día anterior sino para hablar de nosotros... aparentemente él también había estado pensando en esto y en este preciso momento no podía pensar si era algo bueno o algo malo, pero fuera lo que fuera era mejor que nada.

Trilogía Imposible: 3. Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora