61.- SINTONIA E INOCENCIA HUMANA

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La inocencia es un estado de conciencia sin pensamiento, otro nombre de la no-mente, la esencia misma del estado del Budismo. La inocencia es cuando estás en sintonía con la energía elemental que está dentro de ti y con la ley suprema de las cosas simples de la vida que tú eliges, de la elección de tus experiencias. Cuando dejas de luchar y empiezas a fluir con ella. Es en ese momento es cuando estas sintonizado.

Por el contrario tu mente lucha con toda su astucia, porque el ego brota gracias a la lucha de querer controlar todo. La mente, con su astucia, solo puede existir en torno al ego. Tienen que estar juntos, son inseparables. Si desaparece el ego, también desaparece la mente y lo que queda es la inocencia pura. Es la puerta para entrar al estado de conciencia pleno. Si luchas con la vida, si vas contra la corriente, si no eres natural, espontáneo, si vives del pasado y no en el presente, no eres inocente.

Vivir del pasado significa llevar una vida llena de actividades mentales que te anclan a algo que no existe. Es la vida de la reacción. No comprendes la situación, te limitas a repetir las viejas soluciones de tus familiares o de tu entorno. Pero tu vez que cada día, cada momento, se te plantean problemas y obstáculos nuevos. La vida cambia sin cesar y la mente permanece estática. En eso consiste el problema, en que la mente sigue siendo un mecanismo estático y la vida un flujo continuo. De ahí que no pueda darse una comunión entre la vida y la mente.

Si sigues identificándote con la mente seguirás medio dormido. No participarás del júbilo que desborda la experiencia y existencia en su totalidad. No asistirás a esa fiesta que no cesa..., El de jugar, el escuchar el canto de los pájaros, mirar la danza de los árboles, el fluir de los ríos. Para llegar debes formar parte de esa totalidad.

A medida que vas creciendo quieres ser diferente, quieres demostrar que vas a llegar más alto que los demás, que eres superior al entorno, entonces que haces, recurres a la astucia. Solamente mediante la astucia puedes demostrar tu superioridad. Es un sueño, es algo falso, porque en la existencia no hay nadie superior a nadie ni nadie inferior a nadie. La briza, las hierbas y las grandes estrellas son iguales. La existencia es comunión continua, no existe la jerarquía. No es necesaria, pero el hombre quiere ser superior a todo lo demás, quiere conquistar la naturaleza, y por eso tiene que luchar continuamente. Todos los problemas surgen de esa lucha.

La persona inocente es la que ha renunciado a esa lucha, a la que ya no le interesa ser superior, ni tampoco le interesa interpretar un papel, ni menos demostrar que es especial, que ha pasado de una energía individual a una energía en su totalidad dentro de el y con todo lo que le rodea, que es una fusión. Se ha transformado en una en energía total. Que ha pasado a formar parte de esta infinidad, que se ha hecho una con el océano y es simplemente una ola., que no conoce la idea del "yo simple". En donde tú eres la ola, y la energía en su totalidad es el océano. La desaparición del "yo superior" esa es la inocencia misma.

Por consiguiente, la inocencia no te exige que lleves una vida sencilla, la inocencia no puede exigirte nada. Todas las exigencias son producto de la astucia de la mente. Todas las exigencias están fundamentalmente destinadas a luchar, a ser alguien. La inocencia vive sencillamente, sin ninguna idea de cómo vivir.

En cuanto entra en juego el "cómo" empiezas a complicarte. La inocencia es una respuesta sencilla al presente. Las ideas creadas por tu mente, conforman el pasado acumulado. Te gusta cómo vivió Buda, vive así y serás budista, te identificas cómo vivió Jesucristo, vive así y serás cristiano, pero así te estarás imponiendo algo a ti mismo. Te estás autoimponiendo un ideal. Mi pregunta de fondo es ¿Es eso lo que Buda y Jesucristo nos quieren decir?

La divinidad jamás crea a dos personas iguales, cada individuo es único e irrepetible. De modo que si te impones la figura de Jesús serás un imitador. Todos los cristianos están abocados a ser imitadores de un maestro. Sin embargo Jesucristo siempre incansablemente nos dice que busquemos nuestra propia salvación a través de todas sus lecciones, que no lo imitemos.

La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora