No debería hablarte, pero lo haré. Lo hago. No te tengo miedo, ya no. Sé que tú nunca me has temido, pero hoy eso va a cambiar. Siempre te has impuesto, siempre has movido los hilos que nos atan. Siempre te he dejado al mando, inconsciente yo de mi propio poder. Es hora de que gobierne, es la hora de que me obedezcas. Yo estaba antes aquí, antes de que aparecieras de la nada pero yo no aparecí de la nada. ¿Olvidas lo que le hacías a los animales con diez años? Ese no era yo, ese eras tú. No trates de dividirnos porque no puedes doblegar lo que eres un monstruo, un demonio, el mal. Me has poseído desde niño, entraste por la mano de ese señor que abusó de nosotros, y le hicimos pagar por ello. Les hicimos pagar a todos pero eran mi familia. Mi nuestro hermano no tuvo culpa de nada y aun así lo mataste, y después no podía parar, pero no quise. Dejabas que nos trataran como basura, ante su acoso en el colegio no hacías nada. Años y años siendo un mierdecilla, débil y patético incapaz de salvar a nadie. Por eso me condenaste, por eso estamos hoy aquí. Soy débil lo sé, tú me haces fuerte, yo te hago fuerte porque no me paran las leyes de los hombres, ni sus estúpida moral y ética. Tú, escoria, con tal de mantener esos valores decadentes volviste nuestro mi cuerpo carne martirizada por todos y a su vez una cáscara drogada y dormida porque no podía dormir por las noches sabiendo lo que hacíamos. Careces de empatía y bondad para ver el horror de nuestros actos. Las pastillas eran lo único que me hacía olvidar el pecado en que te convertiste. Patético, me hablas de valores cuando tú mismo causaste los actos por los que estas llorando, incapaz de pelear contra tu propia mente mientras buscas más pastillas que callen las voces. Yo también las oigo, taladran mi cabeza en la oscuridad. Son fruto de la locura que también genera tu voz. Todas esas cosas que ves que no están ahí, que oyes pero nadie las crea, eso es tu locura. Yo soy tu parte más cuerda, y la más profunda, habitando junto a tus mayores miedos y deseos, ambos entremezclados por tus instintos reprimidos. Tú eres quien interrumpe así que cállate, no quiero oírte. Vete de una vez o me disparo. Estoy cansado de ti, de lo que me obligas a hacer. No lo quiero repetir más, no quiero sufrir más ni hacer sufrir a más gente. Quiero que esto acabe, quiero morir. Morir después de todo lo que he hecho por nosotros, hasta donde nos he llevado con mis logros, todo esto, esta vida la he conseguido yo con mi esfuerzo, o acaso olvidas que a todos tus competidores los mataste pero yo era capaz de superarlos en nada, tu no podías superarlos en nada porque eran mejores que tú, pero yo soy mejor que ellos. Ahora, deja la pistola y bebe más alcohol si eso no me consuela ni me va a consolar más. Por mucho que resistas mis movimientos este es mi cuerpo, y no voy a dejar que me lo quites. Suelta la pistola porque no me dejas más alternativa. Estoy harto de luchar, de haber luchado toda mi vida y siempre terminar perdiendo pero hoy NO, hoy pierdes tú, ya NO podrás controlarme más. Hoy, soy LIBRE.