Capítulo Tres

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- Taehyung –lo llamó Jimin para que dejara de caminar.

- Tae, deberías ir a casa a descansar –afirmó Jungkook.

Ambos chicos se encontraban siguiendo al castaño en su marcha:

- Estoy bien –respondió de nuevo-. Ya pasó –dijo mirando la hora en su móvil y apresurando el paso.

- No creo que debas ir a trabajar –respondió el pelinegro.

- Si no voy me van a echar. No puedo faltar así porque sí.

- Porque sí no, acabas de tener un ataque Taehyung. Lo que tienes que hacer en descansar no ponerte a trabajar hasta las tantas de la noche.

- Ya hemos hablado de esto. Necesito el dinero y es lo único que puedo hacer por ahora –les dijo parándose en la puerta del bar.

Se dio la vuelta para mirar a sus dos novios y les sonrió:

- Ahora tengo que entrar.

Los chicos suspiraron ante la insistencia de él. A Taehyung no le gustaba trabajar ahí, porque eso suponía estar rodeado de gente todo el rato. Dar la cara y entablar una conversación con ellos no estaban entre las cosas que le agradaban.

Su jefe tampoco era una buena pieza. Se aprovechaba de Taehyung y prácticamente lo explotaba. En su horario ponía que era hasta las ocho y media, pero le obligaban a salir casi tres horas después. Pero no se quejaba. Necesitaba el dinero para pagar su parte del alquiler, a pesar de que Jimin y Jungkook le habían dicho que no hacía falta. Ellos ganaban suficiente dinero, no de la forma que le gustaría al castaño, pero suficiente al fin y al cabo.

Incontables veces le habían rogado que dejara de ir, pero el alma noble y justa de Taehyung le impedía vivir aprovechándose, de alguna forma, de ellos. Aunque eso solo lo pensaba él.

Tampoco les hacía mucha gracia el hecho de que todo el mundo lo viera de la forma en la que lo estaban haciendo. Taehyung ignoraba que la asquerosa clientela del podrido bar iba allí muchas veces solo para verlo andar de un lado a otro. Lo miraban con un deseo casi enfermizo y eso no lo soportaban. No obstante, solo podían quedarse por allí vigilándolo, porque si montaban un escándalo y el jefe se enteraba de que conocían a Taehyung iba a echarlo y él ya les había pedido que mantuvieran las formas.

Jimin y Jungkook gruñeron casi al mismo tiempo cuando pusieron un pie en el antro que tan bien conocían poco después de su novio. Todas las miradas que escrutaban al castaño se posaron sobre ellos con un poco de temor.

Los de allí tampoco eran idiotas, cada vez que entraba Taehyung a trabajar llegaban ellos detrás avisando con su sola presencia que era de su propiedad. La advertencia en sus miradas llegaban cual señal al cerebro de los presentes y sus expresiones enfadadas y violentas hacían retroceder a cualquiera:

- Podéis ir a casa si queréis –murmuró Taehyung cuando los dos jóvenes se sentaron en la barra como de costumbre.

- Por mucho que nos digas eso no vamos a dejarte solo aquí –habló Jungkook.

- Está bien –hizo un tierno puchero. Odiaba arrastrarlos a su día a día cuando ellos tenían tiempo para descansar, pero en el fondo lo agradecía enormemente. No le gustaba estar solo.

- No hagas eso aquí, cariño –pronunció el más joven otra vez.

- ¿El qué? –cuestionó el castaño mientras ordenaba un poco las cosas al otro lado.

Love Beat [JiKookV] {Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora