CAPITULO 34 Coincidencias.

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---Damon---

Entre a la habitación y mire a mi amado Raven aferrándose a las sabanas con toda la fuerza que le quedaba, el doctor se colocó entre las piernas de mi amado para recibir a mi hijo.

-Raven aquí estoy. –tome su mano.

Él me miro con las lágrimas en las mejillas.

-N-No quiero que le pase nada, y-yo me moriría. –sollozo.
-Tranquilo amor, estarán bien, se los prometo.
-D-Damon ¿C-Cómo está Iason?

Sentí tantos celos de solo saber que se preocupara por él, pero decidí tranquilizarme ya que él lo ha cuidado y Raven le tiene afecto.

-Le quitaron las balas y lo han curado, solo es cuestión de sus ganas de seguir viviendo.
-M-Me alegro, -jadeo- él tiene que vivir.
-Lamento todo lo que te hice mi amor. –bese su mano.
-Y-Yo también lo siento, -me miro- aggg, d-debí ser más comprensivo y...
-Respira mi vida, hablaremos después, ahora tienes que relajarte para que nuestra hija pueda nacer sin contratiempos.
-Sí, -respire profundamente- aggggg, d-duele.
-Vamos Raven tienes que tranquilizarte y respirar profundamente. –comento el doctor.
-Es que aggg n-no puedo, -suspiro- d-duele n-no pedo.
-Vamos amor, -lo tome de los hombros- aquí estoy y no te dejaré solo.
-Ahggggg. –jadeo-agggg H-Harumi.

Bese la frente de mi amado. En todo el tiempo lo sujete mostrándole mi apoyo y mi cariño, no quiero que sufra, me duele verlo así.

Sus manos se aferraban a mis brazos, dolía pero a él le toca la peor parte. Sentí que las horas pasaban, hasta que luego de un tiempo escuche el llanto de mi hija.

Mire al doctor y tenía a mi niña envuelta en una cobija.

-Felicidades, lo hiciste bien Raven.
-H-Harumi. –susurro.

Cargue a mi hija y la acerque hacía Raven.

-Es hermosa. –me miro.
-Igualita a ti. –acaricie su mejilla.
-M-Me siento tan cansado. –murmuro.
-Tranquilo amor mío, duerme.
-Yo debo ayudar a Ald y...
-Shhh, no hables mi amor, -bese su frente- debes dormir.
-Damon.
-¿Sí? –lo mire.
-Te amo idiota. –sonrió a medias.
-Soy el idiota que te ama con todo el corazón.
-Eres gracioso.
-Duerme amor mío, me quedaré aquí contigo.
-Gracias.

Cerró sus ojos y suspiro profundamente.

Mire a mi niña y tenía el color de mis ojos y tal parece que su cabello será como el de mi amado Raven, sonrió cuando acaricie su mejilla.

-Los protegeré.
-Revisaré a su niña, -comento el doctor- así que me la tendrá que prestar un ratito.
-Está bien.

Le di a mi niña y me quede recostado a lado de mi amante.

-Raven eres lo que más me importa en la vida, tú y mi hija son todo lo que siempre quise y te agradezco que estés a mi lado.

Lo limpie y arrope para que no se fuera a enfermar ya que estaba haciendo un poco de frío y debo cuidarlo.

-Perdóname amor mío pero no puedo quedarme aquí, -bese su frente- debo ayudar al príncipe, lo siento.

Le di un beso tierno y salí de la habitación encontrándome con la pareja de Japón.

-¿Cómo sigue? –pregunto el castaño.
-Ya nació, mi niña está sana.
-Qué alivio. –suspiro.
-¿Les puedo pedir un favor?
-Claro. –contesto el peliazul tomando de la cintura a su pareja.
-Gracias.
-¿Irás a ayudar al príncipe? –pregunto el castaño.
-Eso mismo.
-Suerte.
-Gracias.

Corrí hasta la caballeriza, saque mi caballo y me subí.

-¿Por dónde se fueron? –pregunte al sirviente.
-Hacía el bosque.

Empecé a galopear lo más rápido posible dirigiéndome hacía el bosque, debo ayudar a Ald, no permitiré que William haga más daño, ya hizo suficiente, debo ayudar a Ald y luego pagaré las consecuencias de haber sido el sirviente de ese insensible.

"Espero que no haya ido tan lejos..."



---William---


Ese idiota de Tsumori se largó a conseguirme el avión privado que le encargue, sé que tardará un par de horas. Mire a Shiro que estaba recostado en la cama.

-En verdad eres tan tierno, no me quede a gusto con esa vez que te llegue a tocar, necesito más de ti.

Me quite mi saco y me desamarré la corbata.

-Te voy a mostrar que soy más pasional que él.

Tome su mentón y lo bese, mordí su labio para poder meter mi lengua y saborearlo por completo.

-Ahora ya no tengo porque detenerme.

Empecé a lamer su cuello, lo mordí con algo de fuerza para dejarlo marcado.

-Ahh. –gimió inconscientemente.

Le quite toda su ropa dejándolo completamente desnudo y a mi merced.

-Solo mío.

Lamí mis dedos lentamente y metí dos de golpe en su entrada.

-Vaya esta algo dilatada, -reí- mi hermano sí que no lo deja.
-Ahhh n-no.
-¿No?

Tome su miembro y comencé a lamerlo mientras seguía jugando con su pequeño ollito.

Lo vi retorcerse en la cama, metí otro dedo y simule embestidas mientras saboreaba cada parte de ese chico.

Lentamente abrió los ojos.

-¿Q-Qué?
-Shiro, buenas noches. –reí y mordí la punta de su miembro.
-Ahh. –gimió- SUÉLTAME.
-No.

Seguí saboreándolo mientras él trataba de apartarme, pobre chico, me excita tanto, no podré dejarlo ni un segundo.

-Ahhh. –gimió cuando se corrió.
-Eres un niño malo, -me empecé a quitar la ropa- no debes disfrutar tú solo, yo también quiero sentirme bien.

Él trato de pararse pero tome su pie para que no se fuera.

-DEJAME.
-No lo haré, ahora, -le mostré mi erección- estaremos conectados.
-NO QUIERO, -sollozo- AUXILIO.
-Grita todo lo que quieras nadie te escuchara. –relamí mis dedos- Estamos solos y próximamente nos iremos donde nadie nos encuentre.

Coloque la punta de mi miembro en su entrada.

-NO, NO, ALD, ALD.
-Basta, -apreté su mentón- una palabra más y te juro que te arrepentirás.

Entré en el de una embestida.

-Ahhh, d-duele s-sácalo.
-Ah, -suspire- tu interior es sorprendente, mejor que estar con una mujer.
-D-Déjame, por favor. –rogo.

Empecé a lamer sus lágrimas mientras acariciaba sus pezones y los pellizcaba. Coloco sus manos en su boca para no gemir.

-Así solo me excitas más, -lamí su cuello- eres una delicia.

Sus ojos cristalinos y el sonrojo, junto con el calor que ofrecía su cuerpo era más que perfecto, cada parte de él la voy a devorar.

-Por favor, -sollozo- s-suéltame.
-Eres mío. –lo mire.

Tome una de sus piernas y la coloque en mi hombro y comencé a embestirlo con fuerza, sintiendo como su interior se estremecía, siento como me succiona y me siento tan duro, nunca pensé que le sexo con otro hombre sería de lo más placentero.

Quiero todo de él, necesito más.

Tome a Shiro de su brazo y lo jale colocándolo en cuatro.

-D-Duele. –lloro.
-Humm.

Volví a entrar de una embestida en él, tomando sus caderas y dejándome llevar por mis principios de placer.

-Ah, tan bueno. –jadee.
-Ahhh b-basta. –mordió su labio.
-En verdad no puedo esperar más para correrme en ti.
-No, b-basta.
-Quiero que me sientas todos los días dentro, mientras te muerdo el cuello, quiero que derrames tu fluido en mi pecho.
-ALD.
-Tu trasero es mi perdición Shiro, eres mío. –le di una gran embestida.
-Agg.

Se corrió en las sabanas. Yo tome su cadera y empecé a embestirlo con mucha fuerza.

-Aghhh no.
-Maldición, estás jodidamente estrecho, me encanta.
-No puedo.

Seguí embistiéndolo hasta que sentí como si quisiera estallar.

-Debo correrme, -murmure- quiero llenarte de mí.
-N-no lo hagas, tú no.
-Jejeje, yo no pero ¿mi hermano sí? ¿Cuántas veces se ha corrido en ti?

Lo tome del cabello y lo acerque a mi cara.

-CONTESTA. –grite.
-Basta... -sollozo.
-Maldición.

Le di otra embestida y me corrí en su interior. Tome su mentón y lo bese, pero él me mordió la legua sacándome sangre.

-Así que quieres más. –sonreí.
-No.

Me coloque encima de él dispuesto a tener otra ronda.

-El avión esta en... -comento Tsumori entrando de golpe- LO siento.
-Tssss, ¿Qué quieres? –lo mire.
-El avión está listo.
-Perfecto, ahora salte.

Ese idiota se salió y yo bese la espalda de mi amado.

-Es mejor que te vayas a asear un poco, debemos irnos.

Ese cuerpo realmente es perfecto...



---Ald---

Me siento tan desesperado, hemos cabalgado por todo el reino, los alrededores, incluso llegue a los pueblos más cercanos y nada...

Me estos estresando, quiero acabar con todo, necesito tener a mi Shiro, mi amado, maldita sea la hora cuando me cegué por completo y no pude ver la maldad de mi hermano.

-Lo siento príncipe no los han visto. –comento un guardia.
-NO DIGAN ESO POR FAVOR NO...
-En verdad lo lamentamos.
-Maldita sea. –empecé a cabalgar.
-¡PRINCIPE!

No puedo permitir que le haga daño a mi niño, él no tiene la culpa.

"Más te vale que no le hayas hecho nada a mi Shiro, porque si le has tocado un solo pelo a mi amante me vas a conocer..."



---Nowaki---

Nunca pensé que venir a unas vacaciones nos traería tan mala suerte. Mi amado Hiro-san está un poco alterado y debe de tranquilizarse, esto le puede hacer daño a nuestro bebé, me gustaría poder ayudar al príncipe de este reino pero mi prioridad es mi Hiro-san.

Se quedó dormido en el sofá junto a Raven.

Revise a Raven para ver si no tendría fiebre por el parto, pero afortunadamente estaba muy sano, me alegro tanto.

Su bebé lo había puesto en una cuna, sonreí de solo imaginar cuando Hiroki y yo tengamos a nuestro bebé.

Empecé a revisar la habitación y encontré un libro muy antiguo, lo abrí y una foto cayó de él.

-¿Nowaki?
-Hiro-san. –levante la foto y me acerque.
-P-Pensé que no estabas.
-Siempre estaré contigo.
-LO sé. –se sonrojo- ¿Qué es eso?
-¿Eh?

Señalo la foto y se la di.

-La encontré en un libro.
-Son niños. –murmuro- dicen príncipe de la rosa roja Ald, rosa azul William y rosa amarilla Derek...

Mi amado se quedó pensado y su rostro palideció un momento.

-¿Pasa algo Hiro-san?
-Es solo que...
-¿Qué?
-Conozco a Derek.
-¿Cómo que lo conoces? –pregunto Raven.
-¿Cómo te sientes? –cuestione.
-Bien, pero ¿Cómo que conoces a Derek?
-Es porque trabaja conmigo.

Por Siempre a Tu Lado... (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora