Dreams

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Escondida entre una cama y la pared con la ventana, moría de miedo. Ellos estaban a mi alrededor, uno estaba protegiendose de los disparos a mi lado izquierdo, el que se encontraba enfrente de mi simplemente decía palabras al azar que había aprendido durante sus visitas al pueblo. Y, sinceramente tenia que pensar que eran los únicos, la realidad es que había mas pero estaban pegados contra el suelo y la cama abrazando sus rodillas y permaneciendo inmóviles. yo solo podía pensar en como cualquiera de ellos me podía aplastar el cráneo con solo poner su pie en mi cabeza, mis pensamientos no paraban de asustarme mas de lo que recuerdo haber estado. cuando los disparos acabaron, o eso creí, me levanté y corrí hacia la puerta, intentando no tocarlos o molestarlos. cuando abrí la puerta ahí estaba el, un señor con aspecto de oficina-pantalones color arena, una camisa blanca y, muy poco fashionable, una chamarra negra de piel. nos topamos y el llevaba una pistola, se hizo a un lado y me dejó seguir corriendo y luego el corrió en el interior de la habitación, que aparentemente era mía, y no escuche mas de las extraordinarias criaturas. llegue a la camioneta y ahí decidí elegir un buen asiento para descansar en un largo viaje. lo que me dejó impactada es que me puse a pensar que no tengo nada de mis cosas, todo se quedó dentro y yo estaba planeando volver a entrar, solo tenía la ropa que traía puesta y mi celular. no recuerdo como iba vestida.

unos minutos después de que me subí a la camioneta blanca, César me lanzó mis audífonos, y siendo la loca-que-no-puede-salir-sin-sus-audífonos que soy le dije -Te amo, en serio gracias- sin en verdad sentirlo. eso es algo que hago mucho

después ya que la puerta de atrás estaba abierta, llegó el señor otra ves junto con otro señor de aspecto similar a el y le agradeció por haberlo sacado aunque al parecer el fue quien lo ató y le apunta con una pistola. Ahí termina todo.

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