—Te elijo a ti. Tras mucho tiempo infravalorándote, pensando que no eras suficiente, he llegado a la conclusión de que nunca cambiaré de parecer. Siempre pensaré que te falta algo. Me estremezco al desconocer si mi exigencia proviene de una sociedad exigente y camaleónica, cuyo pensamiento capitalista no tiene tiempo de preocuparse por los sentimientos de nadie. No sé qué pretendo reivindicar, cuando mi propio pensamiento es el primero que se muestra pasivo e indiferente hacia cómo me siento.
Te elijo a ti. Y no apuesto por ti, no te equivoques. Te elijo porque un día me hiciste feliz, y pese al pesimismo que en este instante se alimenta de mi capacidad de razonar, sé que en un futuro volverás a hacerlo. Volverás a ser ese alguien que siempre estuvo ahí, y en quien simplemente nunca me fijé, pues no sentí la necesidad de hacerlo.
Te elijo a ti, y te miro fijamente a los ojos, pronunciando cada letra fríamente, lo cual otorga más veracidad a mis palabras.Te elijo a tí, porque me elijo a mí.
—Memorias frente al espejo.
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Mis demonios sobre papel.
No FicciónNo espero escribir un Quijote. No obstante, un común denominador respecto a éste sería la locura que tal vez este libro-si puede denominarse de tal manera-encierra. Mi mente es compleja, pero la tuya más.