La lluvia caía sin cesar , los truenos disipaban el sonido de los cañones sonar, balas disparadas a quemarropa dando un toque tétrico a aquel escenario nocturno , el frío y el aroma a pólvora entraban por las aberturas de la madera de las paredes de una vieja casucha roída, mohosa , sostenida por nada más que la voluntad de algún ser divino, las cuales protegían a un bebé recién nacido y a una mujer malherida, débil, su cuerpo bañado en sangre, su vientre aun abultado, sus piernas dejando entre ver el aún intacto cordón umbilical , la cual sostenía a su pequeño de cabellos rubios y ojos ligeramente cerrados por el sueño.
Aquella mujer, con las pocas fuerzas que le quedaban, se arrastró débilmente hasta el pequeño morral de bebé que logró arrastrar con ella al momento de ser atacada por los soldados japoneses, encontró una pequeña libreta con un lápiz desgastado, la cual descansaba junto a un conjunto de recién nacido de estampados de tigres y gatos, escribió una nota en un último intento por darle a su pequeño una identidad, un recuerdo de que fue amado, deseado y esperado con ansias, sus manos temblorosas lograron redactar letras manchadas en sangre y lágrimas, sus recuerdos viajaron a los últimos deseos de su esposo... su nombre.
"Yuri Plisetsky, nacido en Rusia, cuiden de el último retazo de amor que puedo ofrecerle a esta vida"
Al terminar de escribir, dejo la nota al lado de aquel morral, se desvistió completamente, con cuidado, y arropó al pequeño bebé con sus ropas agujereadas y manchadas de sangre .
"Mi dulce pequeño.... Mi.. b-bebé... Sé feliz y recuerda que mami y papi te aman y estarán contigo desde el cielo .... Mi príncipe..."
Aquellas palabras resonaron por la habitación como un lamento, sin embargo, de sus pálidos labios, surgió la más encantadora de las sonrisas, tomó a su durmiente pequeño en brazos, y con la voz más angelical que pudo encontrar, comenzó a susurrar en su oído, cantando con su alma, con su corazón, con sus anhelos... su lengua acariciaba las palabras vagando en los recuerdos felices del momento que cambió su vida para siempre.
"Le temps fuit et sans retour emporte nos tendresses
Loin de cet heureux séjour
Le temps fuit sans retourZéphyrs embrasés
Bercez-nous d'vos caresses
Zéphyrs embrasés
Donnez-nous vos baisers.."
Y es que para Alexandra Plisetsky, esa noche era de amor, una bella noche de amor, la cual le brindo la alegria mas hermosa que pudo sentir, dar a luz a su pequeño ángel, sin embargo maldecía al tiempo, a los segundos, los cuales transcurrían, llevándose consigo su vida, sus últimos suspiros.
"Vos baisers
Vos baisers
AhBelle nuit, oh, nuit d'amour
Souris à nos ivresses
Nuit plus douce que le jour
Ô, belle nuit d'amour.."
Sonrió, recordando aquel vals, aquella pieza majestuosa que bailo de la mano de un coqueto Dmitry Plisetsky, recorriendo el salón , con delicados pasos, en una noche estrellada, luminosa, la cual acabó con un beso bajo la luz de la luna, y una anticipada propuesta de matrimonio, fue una mujer dichosa, cinco años de feliz matrimonio, coronados por la vida en su vientre, más su pesar crecía al saber que su valiente esposo, al protegerla, fue degollado mucho antes de poder escuchar el primer sollozo de su heredero.
"Oh, souris à nos ivresses
Nuit d'amour, oh, nuit d'amour"Su canto cesó, sus lágrimas cayeron bañando el rostro del inocente en sus brazos, dejó un casto beso en su coronilla, pidió por la vida de su hijo, temerosa por ser encontrados, pidió por que el fuese salvado bajo todo el sacrificio que implicó poder llevarlo hasta ese lugar, pasos comenzaron a escucharse a lo lejos, caballos, gritos, y luego, más silencio, todo se habia detenido, poco antes de que aquella mujer muriera, protegiendo con su propio cuerpo desnudo a su pequeño bebé , intentando de esa manera opacar el infierno que se desataba en las tierras de San Petersburgo .
Pasaron dos días, 48 largas horas en las cuales el bebé ya no tenía esperanza alguna de sobrevivir, su cuerpo yacía frio, con inicios de una hipotermia descontrolada puesto que el dulce calor del cuerpo inerte de su madre ya se habia desvanecido, fue entonces cuando un rastreo por parte de los soldados rusos enviados por el comandante en jefe en busca de sobrevivientes lo encontró a solo horas de morir, y junto a él se encontró en cuerpo de una mujer en estado de descomposición junto a una pequeña nota .... el escenario era deprimente, calaba los huesos hasta del hombre más frío y sin sentimientos de las filas del ejército, el hombre observó por unos momentos la escena con un nudo creciendo en su garganta, con cuidado, deshizo el pequeño refugio en donde se encontraba el niño, descubriendo el motivo por el cual seguía con vida, el cordón umbilical seguía unido al cuerpo de su madre, los nutrientes que aun permanecían ahí, le permitieron luchar y seguir adelante, el hombre tomó su navaja, cortando aquel lazo, oprimiendo su pecho al sentir que profanaba algo que no se debía perturbar , sin embargo su deber era llevarse al pequeño, bajo cualquier circunstancia, por lo que al terminar su tarea y guardar su arma, tomó al pequeño, sus pertenencias y con un grito llamó a su jefe.
"-¡Hey jefe! Aquí hay un niño!-.
-Ya veo... Tómenlo y llévenlo a la casa del comandante , el sabra que hacer con el bebé-.
-Al parecer esta mujer es ... era más bien, su madre... Malditos japoneses hijos de puta .. como voy a disfrutar masacrándolos uno por uno...jefe, mire esto ... al parecer, la mujer quiso dejar una nota antes de marcharse-.
-Con que tu nombre es Yuri ¿ no es así, pequeño guerrero?.. Al jefe le encantara esto, estarás bien, solo aguanta un poco más-."
Con cuidado, el hombre de mayor rango se quitó su capa abrigadora de sus hombros, envolviendo al pequeño con cuidado, subiendo rápidamente a su caballo, emprendiendo una huida desaforada hasta el domicilio del comandante, el respetado, Yakov Nikiforov, con la esperanza de que el pequeño guerrero como lo habia bautizado con cariño y respeto por su madre fallecida, tuviera una segunda oportunidad, por lo demás, el joven heredero, necesitaria una mano derecha, ya que la sed de sangre y venganza que sería derramada, no podría ser frenada por nada.
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Hola!!! jaja, se que muchos y muchas se preguntarán , ¿qué está pasando?, pues déjenme explicarles, debido a que estoy creando una secuela para esta obra tan preciosa decidí editar esto, han pasado muchísimos años desde que la historia fue publicada y creo que puedo sacarle un poco más de potencial , ¿no creen?, espero que sea de su agrado, y si es que alguien sigue por ahí, gracia spor seguir apoyándome!!!!
Esta es la hermosa canción , que Alexandra canto para Yuri , espero que les guste////
/////Barcarolle- Jacques Offenbach
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Pistols N' Swords EN EDICIÓN
FanfictionLas armas pueden ser letales, solo basta un disparo y podrías matar... pero, el amor es el arma más letal del mundo, puede dejarte con vida o puede hacerte agonizar hasta la muerte más placentera y dolorosa que existe en la tierra ... cada uno se ma...