zwei.

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dedicado al delfín cagón que es paola

Luke aparcó su automóvil fuera del refugio. Sonrió ligeramente al recordar al bonito híbrido que había visto ayer. No iba a mentir, se pasó toda la noche cómo sería un futuro con él.

Sus ojos verdes grisáceos eran una maravilla de presenciar, estaba feliz de poder verlos de nuevo.

Abrió la puerta, siendo recibido por las miradas de curiosos híbridos, quienes quizás estaban esperando a que Luke les hablara. Pero a éste sólo le importaba encontrar al chico de los ojos verdes.

Caminó hasta llegar a donde parecía ser un pequeño aparador con una joven secretaria en él. Luke aclaró su garganta, ganándose su atención.

—Disculpe, ¿sabe en qué habitación está Daniel?

La joven tecleó el nombre y Luke sintió su corazón detenerse por un segundo cuando vio que en la pantalla de la computadora aparecía un "0 resultados".

Sintió sus ansias crecer rápidamente, ¿acaso el lindo chico se había ido ya? ¿Alguien más lo quiso y consiguió llevárselo? ¿Qué había hecho mal?

—Debe de haber un error... —habló con tono suplicante Luke—. Por favor, vuelva a intentarlo.

—Lo siento, chico —la secretaria hizo una mueca—. Pero puedes intentar describirlo para encontrarlo.

—Era un chico, alto, ojos verdes, orejas de gato, una cola también —habló, intentando recordar facciones importantes del híbrido—. Oh, y tenía el cabello morado.

—¿No es parecido al chico que está en el rincón leyendo? —levantó una ceja, con un poco de diversión. El rubio era realmente distraído.

Luke alzó las cejas al confirmar lo que sus ojos veían. Definitivamente era el mismo chico de ayer.

—Por cierto —volvió a hablar la chica—. Creo que no es mi asunto, pero se llama Michael, no Daniel.

Luke se limitó a responder un simple "gracias". Ni siquiera era medio día y ya había pasado por la vergüenza de su vida. El chico lo había engañado, no había duda de ello. Luke no entendía por qué.

Se acercó con pasos lentos en dirección al híbrido, quien se encontraba sumergido en la tinta plasmada en el libro sostenido por sus manos.

—Ese libro empieza bastante gay —intentó iniciar una conversación, al notar que el libro que estaba leyendo el híbrido era Moby Dick.

—¿Tan gay como tú? —Michael no pudo evitar maldecir en un susurro cuando volvió a oír la misma voz de ayer.

—Casi, Michael —respondió el ojiazul remarcando su nombre.

Intentó buscar alguna expresión en el rostro de Michael que indicara culpabilidad por haberle mentido. Sin embargo, no hubo alguna. Sólo los verdes ojos del teñido en él, como si estuviese estudiando cada movimiento que hacía para usarlo a su favor.

—Oh, bueno, me descubriste —resopló Michael, volviendo su vista al libro, de forma desinteresada.

—¿No lo sientes? —la expresión de Luke cambió en unos segundos de alegre a una nostálgica. ¿Acaso a Michael no le daba importancia a su relación?

Michael se quedó pensando por unos segundos, Luke le daba lástima.

—Sí, supongo que tienes razón. No sé en qué estaba pensando —respondió, aguantando una carcajada que amenazaba con estallar directo de su garganta. Si el rubio aún seguía confiando en él, era la muestra de que definitivamente era un idiota.

El chico de ojos azules sonrió, dando a relucir una dentadura derecha y unos labios finos y rosados. Michael siempre fue alguien muy observador y notó un hueco en su labio inferior.

—¿Usas un piercing? —preguntó curioso el híbrido.

—Antes solía usar uno, pero decidí quitármelo porque pensé que me vería como un adulto —contestó—. También me dejé la barba, aunque no me siento bastante maduro aún —rió levemente.

—Detesto las barbas —mintió Michael. No las odiaba, pero notó que la barba para Luke era como su mayor orgullo, así que vería si se rasuraba si él lo decía.

—¿Qué? —chilló Luke—. No, no. La barba no.

—¿Por mí? —Michael intentó hacer un puchero. Sólo fue cuestión de segundos para que Luke empezara a balbucear. Era el segundo día que se veían y el rubio ya babeaba cada vez que Michael emitía una palabra.

—E-está bien —terminó por decir Luke—. Por ti todo.

El teñido aún se preguntaba a sí mismo hasta dónde sería capaz de fingir que gustaba de Luke. Realmente el ojiazul lucía como alguien muy amable, aunque eso no le quitaba el hecho de que era bastante ingenuo.

Aunque debía de admitirlo, Luke era alguien con unas cualidades bastante agradables, en ningún momento le había faltado al respeto o insinuado algo e incluso había notado que le apenaba hablarle a Michael cuando éste se encontraba leyendo, con temor de interrumpirlo.

A diferencia de otros que han intentado tener algo con Michael a lo largo de los años, a Luke no lo odiaba. El teñido tenía miedo por primera vez de que algún humano le gustara.

yo, actualizando una historia en un período de 3 días ¿¿?? qué

pidan un deseo, esto no pasa todos los años

gracias por los 25 leídos, ya no puedo con esta fama xdxdxd

resulta que ya me organicé para actualizar esta historia :^) así que esperen al menos un cap por semana ok

—alina.

Palabras: 853.

Breaking schemes. [muke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora