En algunas ocasiones un guitarrista puede estar estudiando durante años sin parar un solo día y de pronto dejar el instrumento. Esto suele suceder por agotamiento mental, que a su vez suele llevar al estancamiento y a la consiguiente frustración. No sólo eso, sino que además, en el caso de no tener descansos programados, solemos perpetuar nuestros vicios y defectos a la hora de tocar. Además, deberíamos recordar que el cerebro también necesita pausas para poder interiorizar lo que previamente se ha estudiado o trabajado. Sin esas pausas, bien puede suceder que en lugar de tocar cada vez mejor nuestro nivel descienda o permanezca totalmente estancado.
Cuando detecto un error en mi estilo o mi técnica, procuro tocar menos durante unos días o incluso estar un par de días sin tocar. Esto, en cierta manera, me permite reiniciar mis esquemas cerebrales, moldeados durante muchos meses. De esta forma, mis vicios están menos arraigados, lo cual me permite afrontar el estudio con menos prejuicios hacia lo nuevo y menos apego hacia lo viejo.
Los descansos en la guitarra deben tener sentido. Recomendaría que los descansos fueran breves, o que simplemente se tocase menos tiempo. Cuando se está produciendo agotamiento, no viene mal un cese temporal en el estudio, sin tomárnoslo como una tragedia. Esto no implica dejar de tocar de forma absoluta o hacer descansos prolongados. En ese caso nos encontraríamos con el siguiente error. Esto implica simplemente tocar a ratos sueltos, cuando realmente apetezca, y sin tener un objetivo o una expectativa preprogramada. No exigirse nada, no juzgarse, al menos, hasta que el agotamiento desaparezca.
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Consejos para no desanimarte y abandonar la guitarra.
Historia CortaLa práctica de guitarra es un proceso muy gratificante pero también es muy común toparse con dificultades que pueden bajar nuestro autoestima. Muchas situaciones nos pueden hacer sentir frustrados y desmotivados, y hasta nos pueden hacer dudar de no...