08. "El viaje" (parte II)

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Canción: Little Mix - Touch. (Estoy obsesionada con esta canción)

***

Shawn

Cuando por fin llegamos al hotel Hawaii a eso de las cinco y media, me vi obligado a relajarme un poco en mi habitación un poco más lejana a la de los Fairchild. La habitación de Isabella estaba a dos cuartos más y simplemente aquello sólo hizo que un cosquilleo me recorriera internamente, como una especie de conmoción dentro de mi sistema... algo que preferí ignorar al instante.

Simplemente, no entendía como es que habían tantas cosas a nuestro alrededor que nos juntaban físicamente desde que nos conocimos.

Y es que no he sentido nada que me relacione emocionalmente con ella. Es... que cada vez que ella se acerca de una forma comprometida a mí, hace que se me sea imposible alejarme de ella, que sea inevitable no querer sentirla de nuevo; su sola cercanía me hace querer más, y es que, tanto para mí como para ella, esto era un maldito juego. Ella jugaba, y yo también lo hacía.

Desde hace mucho tiempo, he decidido no involucrarme emocionalmente con nadie, el que las mujeres quieran lanzarse hacia mí es un reto que me recibe con los brazos abiertos. Isabella era un reto, pero no tenía ni un grado de similitud con los demás, Isabella Fairchild era algo más que un reto.

Tenía una pizca de picardía e inocencia joven, no era muy común en una mujer de su edad. Se veía que se la pasaba en sus tiempos de paz y tranquilidad leyendo o dibujando, quizás creando nuevos bocetos para la empresa, no parecía una chica muy conectada a la realidad, es decir, no parecía ser alguien que se interesara por tener sexo antes de los veinte o salir de fiesta con sus amigas para lograr ser alguien superficial.

En realidad no entendía qué buscaba, en un momento la veía como una chica centrada en su mundo, y al siguiente la veía queriendo seducirme, su faceta de chica que no rompe un plato se esfumaba al instante, dejándome asimilar un lado más hechizante y cautivador. O al menos era eso lo que transmitía su mirada cada vez que estábamos solos.

Sin embargo, hoy fue totalmente diferente durante todo el vuelo, en ningún instante intentó acercarse a mí más de lo habitual, no actuó seductora ni mucho menos intentó besarme, y eso que sus padres se encontraban varios asientos detrás de nosotros. Incluso, yo busqué varios momentos adecuados para acercarme un poco a ella, sin que se notase demasiado, pero ella, sin siquiera darse cuenta, me evitaba intencionalmente.

Tras soltar un suspiro, tomé la primera playera que encontré en la maleta y cambié mi cómodo pantalón a un jean, cambiando mi aspecto vago, a uno más decente para salir a dar un paseo por O'ahu.

Acomodé un poco mi cabello y busqué mis gafas de sol antes de cruzar la puerta y llevarme las llaves dentro de mí bolsillo derecho, caminando por los pasillos hasta llegar a una puerta que me detuvo justo enfrente de ella.

¿Debería invitarla a salir?

Retiré todos mis sentimientos que me guiaban a la duda y toqué su puerta esperando para que, luego de unos pequeños segundos, abriera la puerta un poco dejándome ver sus ojos cristalinos. Cuando vio que se trataba de mí, abrió la puerta un poco más, dejándome verla.

Había cambiado de atuendo, llevaba un vestido de rayas negras y blancas cinco dedos arriba de las rodillas, con una chaqueta de jean de un color celeste. No había logrado resaltar su baja estatura sin sus tacos de grandes marcas, era tanto así, que su frente llegaba a mi barbilla.

—Hola, de nuevo —saludó relajada, su voz tan pacífica como siempre-. ¿Qué se le ofrece?

Justo en ese momento, pude percatarme de que había estado todo el día sin labial, pero ahora llevaba un característico color rojo apagado que lograba que su piel morena se notara más clara y sus ojos resaltaran aún más de lo que lo hacían comúnmente, como dos perlas azules.

Impure© | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora