Believe in Neverland

Capítulo 16: Un pirata me salva la vida

Narra Jane:

No recordaba nada. Lo decía enserio. Solo sabía que tenía un tremendo dolor de cabeza y un fuerte mareo. Sabía que me había desmayado, por qué sentía como me acababa de despertar.

Abrí lentamente los ojos y me sorprendí al ver que no estaba en mi cabaña. Pensé que Pan me habría estado vigilando y me habría llevado de vuelta al campamento, pero no lo había hecho.

Rodee los ojos por toda la habitación y me di cuenta de que era un camarote. No preguntéis como lo sabía, pero lo sabía. En ese momento, la puerta del camarote se abrió y entro un hombre.

Era alto, con los ojos tremendamente azules, vestía de cuento negro, con el pelo del mismo color desordenadamente ordenado y con un garifo en vez de mano izquierda...

oh, oh...

-Oh, veo que ya te has despertado.- Dijo acercándose a mi.

-¿Que hago aquí?- Pregunté levantándome rápidamente, lo que me provoco un fuerte dolor de cabeza.

Me lleve las mano a la cabeza y entonces note que tenía un pañuelo que me cubría la parte de arriba de la cabeza.

-No te incorpores.- Dijo ayudándome a tumbarme de nuevo.- Tienes una gran herida en la cabeza.-

-¿Que me ha pasado?-

-Te clavaste una rama en la cabeza y uno de mis hombres te encontró medio desangrada mientras volvíamos al barco.- Dijo sentándose a mi lado.- ¿Como te llamas, encanto?-

-Jane Parker.-

-Encantado Jane.- Sonrió.- Yo soy el capitán Killian Jones. O capitán Garfio para mi tripulación.-

-Me lo figuraba.- Dije señalando su garfio con los ojos.

-Hace mucho que no se ve a una mujer por estos lares. ¿Que haces en Neverland?-

-Es una larguísima historia.-

-Pues acorrala.-

-Hace un par de días, acabé aquí con mis amigos intentando volver a casa. Pan nos encontró y desde entonces estamos allí con él.-

-¿Pan?-

-Si. Nos necesita vivos y está fingiendo ser buena persona.-

-¿Por que?-

-Por mi libro. Es mágico, en él está escrito el destino de todo el mundo, pero solo yo puedo leerlo.-

-Pues si que tienes que importarle mucho para que haga eso. ¿Como te diste cuenta de que fingía? ¿Lo leíste en el libro?-

-Ojala. Campanilla me lo dijo.- Sonreí al recordarla.- Nada más llegar aquí, mi libro desapareció.-

-Me declaro inocente.- Dijo levantando las manos. Bueno, la mano y el garfio.

-Lo se.-

-¿Lo sabes?-

-Si.-

-¿Por que?-

-Por que me ha salvado la vida, capitán. Gracias.-

-No hay por qué darlas, amor.- Sonrió.- Ven, veamos cómo tienes tu herida.-

El capitán me ofreció su mano para ayudarme a levantarme lentamente. Cuando lo hice, fue como si mi cerebro diera un giro de 360° dentro de mi cabeza y me mareé.

-¿Te encuentras bien?- Me pregunto agarrándome para no caerme.

-Si, si. Ha sido un simple mareo.-

El capitán me quito el pañuelo de la cabeza con cuidado y cuando lo hizo, vi en el espejo que tenía una brecha bastante grande que me cruzaba casi toda la frente.

-¿Como pudiste hacerte semejante herida?- Dijo el capitán sorprendido.

-Ni idea. Me perseguían unos lobos y...-

-¿Lobos? ¿Con los ojos rojos?- Asentí.- Son los lobos de Pan. Sus mascotas.-

-¿Que?-

-No te miento.-

-¡Esos lobos casi me matan!-

-¿Y... piensas volver al campamento después de esto?-

-Mis amigos están allí. No puedo dejarlos solos, les prometí que les llevaría de vuelta a casa. Aunque no se como...-

-Puedo ayudarte con eso.-

-¿Enserio?-

-Si. Normalmente, Pan decide quién entra y sale de la isla, por eso permanezco aquí. Pero nos saltaremos esa pequeña norma.- Sonrió.

-Gracias capitán.- Sonreí.-Pero primero tengo que encontrar mi libro.-

-Como gustes. En ese caso, esperaré en la playa cada día hasta que aparezcáis.-

-Muchísimas gracias.-

-No hay por qué darlas.- Sonrió.- Haré que un hombre te lleve a tierra y te acompañe todo lo que pueda hasta el campamento. Pan me tiene un poco de manía.-

-Me lo creo.-

-Ah, toma.- Dijo dándome el pañuelo.- Por si vuelves a sangrar.-

-Gracias.- Dije cogiendo el pañuelo.

Después, uno de los piratas me llevo hasta la isla y me acompaño un rato, después, seguí sola.