Al despertar

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No me acuerdo en que momento fue que el olor del café con tostadas se hizo nuestro desayuno diario. Algunos días untabamos el pan con manteca, otros era mermelada y en lo personal disfrutaba enormemente la tostada robada de los labios de Yuuri y es que esa en específico venía sasonada con el dulce aliento de mi japonés.

Le veía salir de nuestra alcoba todo desarreglado sin sus lentes. El 98% de las veces salía en ropa interior ajustada con alguna camisa o sueter de mi pertenencia. Restregaba su ojo derecho con la mano empuñada mientras la otra cubría su boca bostezando adormilado. Mi cerdito no se da cuenta aún cuantas ganas me dan de comerlo al desayuno. Algunas veces no me pudiendo controlar mis bajos instintos, termino devorando su deliciosa boca y si se puede de paso estrujo ese precioso y redondo trasero. Adoro ese gemido que muere en mi boca tras estos pequeños intercambios.

Suelo suspirar cuando Yuri se escapa de mis brazos avergonzado maldiciendome cortesmente sobre mi poco recato o conciencia, que tiene que entrenar y lo dejo sin poder caminar bien en horas. Yo digo que no soy tan brusco al hacerle el amor... creo...

Toda mi vida me he levantado temprano así que casi la totalidad de nuestros días soy yo quien prepara el desayuno y se baña primero. Mi prometido se queja de que no le despierto y es que el quiere ser de ayuda, pero mientras me sea posible jamás le despertare, su carita durmiendo será mi placer culpable por el resto de nuestras vidas.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2017 ⏰

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