Capítulo 23: Lo siento.

1.9K 144 7
                                    

Narra Eleonor.

Llevaba despierta más de dos horas por lo nerviosa que me sentía. Mi corazón se aceleraba de sólo pensar que hoy vería a Carter después de pasar dos días en la ciudad donde estaba haciendo su viaje. Resultó bastante fácil localizarlo, más aún cuando nos dimos cuenta que Scott tenía acceso directo a la información gracias a su contacto menos esperado. Su mamá.

La doctora Julianne Cross había estado casada con el padre de Scott por varios años hasta que se dio cuenta que no quería eso para su vida. Fue duro para mi amigo acostumbrar a no tener a su mamá cerca cuando era joven, aun cuando ella se preocupaba por ser una mujer presente en su vida. Nunca la había conocido realmente, sin embargo, todo lo que Scott me contaba acerca de su gran madre me bastaba. Él estaba orgulloso de ella, pese a que le dolía no poder compartir el día a día con ella.

Ahora estábamos en la casa de Julianne, mientras ella estaba en el hospital que dirigía y con los alumnos que Adrián Rodríguez, el tutor de Carter, le había mandando. Esto era una verdadera locura. Sin embargo, no me arrepentía de nada. Tenía que hablar con Carter y que él supiera cómo me sentía realmente, después quedaba en él si me aceptaba de vuelta o seguía su camino.

—Hoy será el día —Scott asomó la cabeza desde la parte de arriba de la litera que estábamos compartiendo—. Lo sabes, lo sé y todo irá mejor a partir de hoy.

— ¿No tienes a alguien más a quien torturar? —Pregunté, bastante exasperada con él. Sí, me había ayudado a llegar aquí, pero me estaba fastidiando mucho.

—Mamá dijo que hoy termina la guardia del grupo de Carter, así que por la tarde podemos ir a verlo. —Aseguró Scott.

—Mejor que sea a la noche —Me senté en el borde de la cama—. Si estuvo de guardia por cuarenta y ocho horas, necesita descansar un poco.

—Por la noche será, entonces —Aceptó mi amigo antes de pegar un salto para bajar—. Ahora, nos toca ir a desayunar.

Lo vi moverse como si hubiese estado toda la vida en aquel lugar, con una sonrisa en el rostro que, muchas veces, en casa jamás la tenía. Scott estaba siendo el mismo y ni siquiera lo notaba.

Aprovechando que se estaba encargando del desayuno, me encerré en el baño para darme una ducha y vestirme. Estaba que no podía más con mis emociones, al borde de las lágrimas constantemente cuando había sido la única culpable de sentirme así. Terminé por usar unas calzas negras con una remera suelta y un par de zapatillas, con el cabello suelto para que se me secara y una liga de pelo para levantarlo más tarde si hacía falta. Miré mi celular con un poco de remordimiento, sobre todo porque Carter había intentado muchas veces contactar conmigo y, como una idiota, lo había dejado tirado por algún rincón de la casa. Ahora, después de haber leído todos y cada uno, incluido el mail que le había enviado a Scott, me sentía peor que antes pero con un minino de esperanza. Basta ya de pensar, necesitaba hacer algo para distraerme con urgencia. Poco convencida de todo, me senté en la mesa que tenía Julianne en su cocina a la espera del desayuno que Scott había estado preparando.

—Necesito hacer algo, Scott —Tomé la taza de café que mi amigo me había tendido—. No puedo estar todo el día pensando en lo que podría llegar a pasar, no lo voy a soportar.

—Pues... Hay algo que mi mamá me llevaba a hacer cuando venía de visitas —Su mirada en la taza me dejó muy en claro que la ultima vez había sido demasiado tiempo atrás—. Pero necesito ir al hospital para consultarle si está bien que pasemos el día allí.

—Lo que sea para no pensar, por favor. —Supliqué, recibiendo un asentimiento de parte de mi amigo. Él lo intentaría y yo le estaría por siempre agradecida.

Sweet Attraction. [Attraction #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora