Personalmente, en mi vida el romance no es lo primordial. He oído, he visto, leído, hasta presenciado que las personas han pasado por un gran amor, una aventura, hasta podría decirse que han muerto en vida por amores no correspondidos.
Muchas veces, cuando veo que las personas se demuestran un poco de afecto, con detalles, con miradas; con miles de cosas. Y me pregunto:¿Cómo han empezado a amarse?
¿Cómo se han entregado a un sentimiento tan complicado?
Yo con 13 años; puedo decir que aún no lo he sentido. Pero conozco una historia realmente aterradora. Que me hace pensar en no enamorarme jamás.
A los 18 terminan los cuentos de hadas, y comienza aquella etapa de buscar una fortuna en el amor.
La historia comienza entre dos pubertos, o para no ser tan brusca dos adolescentes, ella era de piel blanca, de ojos marrones, labios un tanto gruesos, cachetes, y un poco robusta, sus pestañas eran perfectas, largas, como soñaría tener todas las chicas, su pelo era de color castaño un tanto largo, que apreciaría cualquier poeta , y lo más peculiar en ella, es que tenia lunares en el rostro tan simétricos como las estrellas del cielo, que a cualquier chico llamaría la atención. Cuando sonreía su rostro se llenaba de una luz tan angelical, era simpática, le gustaban los deportes y los libros, sobre novelas de amor, suspenso y por supuesto de poesía y literatura.
Él era como la brisa; alto, trigueño ,frío, callado, eso cada vez que lo miraban las personas que no eran de su círculo de amistad. Porque con sus amigos era risueño, cálido, era" normal" en pocas palabras. Ellos jamás se hablaron si quiera ,pero eran del mismo colegio, del mismo turno, solo que él era un curso mayor que ella, pero eso sí; jamás se miraron a los ojos.
Hasta que él reprobó algunas materias, y tuvieron que compartir salón.
Y ahí es en dónde todo comenzó.
Comenzaron las clases y él comenzó a registrar a aquella muchacha, la miraba con un poco de rabia, ya que nadie había podido llamar su atención. Pues él era un tanto arrogante con las chicas, ella no era "hermosa" según las demás muchachas.
Pero, eso sí. Llamaba la atención de los muchachos que ya habían llegado a la etapa de madurez, aunque eso era lo más gracioso. Porque él no era uno de ellos.
Una mañana ella tuvo que exponer, y cuando lo hacia ella miraba a las personas del fondo para evitar contacto visual, porque claro; los del "fondo" jamás prestan atención, a las exposiciones y mucho menos, los que estaban rindiendo para Febrero.
Y ahí inició lo más curioso, él ese día entró a clases, para ver a la mucha exponer y por sobre todo mirarla, y poner toda su ATENCIÓN , aquella mañana.
Ella, estaba metida en su mundo, era despistada, pero muy inteligente, ya que tenia conocimiento acerca de muchas materias, y le gustaba escribir, novelas, poemas, e inventar exposiciones y más sobre el arte antiguo.
Dieron inicio a las exposiciones, y le tocó a ella. Pasó, se presentó y sonrió. Y fue aquella sonrisa que hizo latir de una manera realmente rara el corazón de aquel muchacho.
Se sorprendió él, abriendo los ojos, y mirándola fijamente, como pidiendo explicaciones del porqué su corazón palpitó de aquella forma.
Ella, en cambio no se había dado cuenta de lo que ocurría, pues no lo estaba mirando.Aún. Luego, de varias explicaciones. La muchacha de reojo al otro extremo del fondo, clavó la mirada en él. Y se quedó callada, y el silencio se apoderó del salón. De pronto hasta el maestro que estaba escuchando y corrigiendo los trabajos se extrañó del silencio, y levantó la mirada hacia delante para saber qué ocurría. Ella estaba mirando al muchacho, sin saber qué pasaba.
El maestro percibió aquella escena, y antes de que todo el auditorio miraran a la muchacha, el maestro prosiguió con una pregunta. Ella, se puso roja y nuevamente sonrió. Y respondió con éxito.
El muchacho, la estaba mirando, e hizo un gesto con la camisa y con las manos para que ella despertara de aquel trance . Cosa que ayudó, para que los demás no se percataran de nada.
Al término de la clase; ella comenzó a mirarlo y a evaluarlo; cosa que jamás había hecho. Pero lo que ocurrió. Es que no era razón suficiente , para que el corazón de ella, latiera diferente; como le había ocurrido a él, ese día.
Pasaron los meses, y el había pasado las materias.Y todo volvió a la normalidad, en sus vidas.
Existieron algunas ocasiones que conspiraban contra el equilibrio de sus mundos, pero ella ni él permitían que eso pasase. Pasaron años y él terminó la etapa del colegio. Y sus vidas fueron normales.
Hasta que ella también logró culminar aquella odisea, como ella llamaba al colegio. Y nuevamente sus mundos fueron conspirando para enlazarse.
