My Sunshine [YoonSeok] [One Shot]

My Sunshine [One Shot]

El sol hacía escocer mi piel, ardía y se ponía roja, respiraba sin ritmo tratando de calmarme. El cálido claro del bosque era silencioso, apenas se escuchaba el murmullo del viento al rozar con el pasto y el leve movimiento de los árboles. Recargue mi espalda al tronco del enorme árbol y mire al suelo confundido, no reconocía el lugar donde estaba, me sorprendió el sonido de pasos rozando el suelo y levante la cabeza enseguida, ahí estaba frente a mi tan radiante como siempre, vestido impecable con sus jeans negros y rasgados favoritos, su amada playera que decía J-Hope al reverso y sus inconfundibles botas. Mostraba una sonrisa cálida y reconfortante que me tranquilizo al primer vistazo, me levante del suelo pero no di ni un paso hacía el, estábamos a quizás 3 metros de distancia, nos miramos fijamente un rato, el viento mecía suavemente su cabello castaño y los millones de cosas que quería decirle se atoraban en el nudo de mi garganta.-Me haces falta-. Logre susurrarle y su rostro feliz mostró preocupación, sin embargo no dijo nada y luche para que las palabras salieran de mis labios.- Mi vida es un infierno sin ti-. Acaricie mi brazo con la mano opuesta tratando de aliviar el ardor de la piel y lo mire con tristeza.

Él era como el sol; Hoseok era brillante y su sonrisa era cegadora justo como el sol en un abrazador verano, era justo como el calor de un día en la playa, su personalidad era cálida y divertida, hacía que mi corazón se sintiera lleno y amado. Yo en cambio era como una tormenta, como una tormenta, como una noche oscura y lluviosa, como una tempestad llena de rayos, pesimista y gris, malhumorado y molesto... Pero cuando Hoseok estaba a mi lado mi vida se transformaba, juntos era como un arcoíris, éramos el equilibrio perfecto, mi vida entera era iluminada por su presencia, los colores eran más radiantes, yo mismo era más cálido y divertido. Cuando estaba a mi lado no tenía sueño porque aprovechaba cada momento a su lado al máximo y cuando ocasionalmente lo tenía él me dejaba descansar la cabeza en su regazo, acariciaba mi cabello y me susurraba cuanto me quería.

Las personas a nuestro alrededor nos decían cuan afortunados éramos de tenernos y yo sabía que era lo mejor que me había sucedido. Mi interior se sentía como si un millón de mariposas revolotearan dentro cuando me besaba y la piel me ardía cuando pasaba sus dedos recorriéndome con ternura.

.-No quiero que me dejes de nuevo-. Ladeo un poco la cabeza con una sonrisa triste, voces en mi cabeza comenzaron a hablar, decían cosas que no entendía pero las reconocía, imágenes difusas venían como rayos a mi cerebro, Jin lloraba.- ¿Él va a estar bien?-.Su voz se ahogaba en el llanto, NamJoon lloraba.-YoonGi no te duermas, tienes que estar consciente-. Había liderazgo en su tono pero se quebró al final, todos a mí alrededor lloraban. Paredes blancas pasaban rápidamente por mi vista y el murmullo de voces ahora desconocidas resonó en mi cabeza.

.-No duermo desde que me dejaste Hoseok...ya no escribo canciones, ya no salgo de casa, no como nada... cada día al despertar deseo estar muerto-. Sus ojos brillaron por las lágrimas que se acumularon, avanzo hacía mí y me estrecho entre sus brazos. Escondí mi rostro en su pecho.-Yo no quería irme...solo paso, un horrible accidente-. No aguante más y rompí en llanto ahogando mis sollozos en el abrazo. Escuchar su voz se sentía como encontrar agua en el desierto.-Lo sé, pero no estas...cuando despierto la cama está vacía y eso me duele-. Frotó mi espalda un rato escuchando el sonido de nuestra respiración acompasada.

El murmullo de voces resonó de nuevo y me encogí en su pecho tratando de acallarlas.-Rápido necesitamos que se le haga un lavado de estómago urgente o entrará en shock, las pastillas han entrado a su sistema sanguíneo, corre el riesgo de infarto-. La imagen de una persona con cubre bocas aparecía rápido en mi mente y desapareció, como un parpadeo aparecieron más a mi alrededor pero no estaba en el claro con Hoseok, evidentemente estaba en un hospital.-YoonGi, mantente con nosotros necesitamos que estés consciente, vamos a salvarte-. Yo no quería que me salvaran, ¿Por qué no lo entendían? Yo solo quería volver con Hoseok.-Lo vamos a perder-. Grito una voz un poco lejana y de repente ya no estaba en el hospital, estaba en el bosque de nuevo sentía sus fuertes brazos estrechándome como si lo que había visto y escuchado hace un momento fuese una pesadilla, una alucinación.

.- ¿Por qué lo hiciste Yoon?, ¿Por qué tomaste esas pastillas?-.Susurró en mi oído con voz triste y se me encogió el corazón.- Quería estar contigo-. Lanzo un suspiro pesado y me acaricio el cabello.- Lo entiendo pero aun no es tu hora YoonGi, aún tienes mucha vida por delante-. Me aferre a su playera con mis puños.-No quiero vivirla sin ti-. Se separó un poco de mí y dejo un delicado beso en la punta de mi nariz.- Tienes que hacerlo, quiero que vivas, que seas feliz, que encuentres a alguien más, quiero que tengas sueños y esperanzas-. Me miró fijamente con una cálida sonrisa.-Hoseok no, tu eres mi esperanza... esto suena a despedida-. Acarició mi mejilla y su tacto hizo revolotear las mariposas de mi interior.- Es una despedida YoonGi, quiero que hagas una vida y cuando sea tu hora yo estaré aquí en este mismo lugar esperándote con los brazos abiertos y una sonrisa en mis rostro porque no importa el tiempo que pasé yo estaré aquí amándote como el primer día que te vi-. Pasé mis brazos por su cintura y tomó mi rostro suavemente con sus manos, las voces de otras personas se escuchaban cada vez más cerca diciendo mi nombre y entendí que nuestro tiempo juntos estaba llegando a su fin.- ¿Seguro que estarás aquí cuando sea mi hora?-. Acerco su rostro al mío rozando mis labios.-Te lo prometo-. Unió nuestros labios en el beso más triste y hermoso que alguien puede llegar a sentir sellando la promesa de la eternidad, la dulce sensación de nuestro contacto se fue degradando, la firmeza de sus manos se fue evaporando y la suavidad de sus labios fue desapareciendo hasta que ya no pude sentirlo más.

Desperté entre paredes blancas con una intravenosa en mi mano, un corazón pacifico que anunciaba su funcionamiento mediante una máquina, el lejano recuerdo de un amor despidiéndose, de un beso que sabía promesa y despedida, la sensación de su abrazo y las ganas de sobrevivir hasta que lo encontrase de nuevo en ese claro con una sonrisa tan radiante como el sol.

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-¿Errores? los editare algún día;-;