Capítulo 23

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- Cuanto tiempo, Fuwa-kun...

Sho simplemente no lo podía creer, se quedó totalmente petrificado y no precisamente solo por la sorpresa. Se giró lentamente solo para confirmar que esa voz y ese reflejo le pertenecían a la persona que creía, y fue una gran sorpresa darse cuenta que no fue en absoluto una alucinación.

- Mo... Mogami... Mogami-san... -balbuceó, totalmente helado, pues nunca pensó volverla a ver, y menos en una situación como esa.

La señora se acercó lentamente, de forma elegante y estilizada pero a la vez feroz, como una pantera acercándose, acechando a su presa

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La señora se acercó lentamente, de forma elegante y estilizada pero a la vez feroz, como una pantera acercándose, acechando a su presa. Se paró frente a Sho, no dijo nada, solo lo miró de pies a cabeza, causando en él un frío inclemente, que se intensificó cuando la dama terminó observándolo a los ojos, fijamente, una mirada penetrante.

- Has crecido, Fuwa-kun... -cambia de dirección su mirada hacia la muñeca de su hija, que seguía siendo apretada por la mano de Sho- Pero, considerando la familia a la que pertenece, no creí que te convertirías... -decía a la vez que con fuerza quitaba la mano con la que Sho sostenía a Kyoko, dejando a su hija libre- En un irrespetuoso con las señoritas. -terminó, mientras de nuevo le miraba directamente a los ojos, causando que Sho baje la mirada inconscientemente, a la vez que daba un pequeño paso hacia atrás.

Sho, aunque no quería admitirlo, tenía muchos motivos para sentirse avergonzado ante la señora ahí presente. Kyoko sacudía ligeramente su muñeca, que ya estaba roja por el fuerte agarre de Sho, y analizaba la escena en su delante, recordaba que en su infancia habían pocas cosas o personas que intimidaban a su querido "Sho-chan", una de ellas era su progenitora, y no lo culpaba. De repente, Saena cambió de dirección su mirada hacia Kyoko, estaba inexpresiva, la miró de pies a cabeza, con el ceño luchando por fruncirse pero no lo lograba, suspiró, llevó su mirada hacia su cartera y sacó las llaves de su auto.

-Vamos. -fue lo único que dijo, y luego dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su auto.

Sho seguía muy sorprendido, no se explicaba en qué momento o cómo es que esa mujer que prácticamente nunca se intereso en Kyoko, que la hizo llorar incontables veces por su indiferencia, estaba ahora ahí... ¿Defendiéndola? Sí, defendiéndola de él.
Hizo contacto visual con Kyoko, pidiéndole en silencio una explicación, y ella solo le dirigía una mirada fría, y se quedaron mirando al otro, luego vio que su madre ya se alejaba y la siguió, y cuando ya iba a entrar al auto le dedicó una última mirada a Sho.

 Hizo contacto visual con Kyoko, pidiéndole en silencio una explicación, y ella solo le dirigía una mirada fría, y se quedaron mirando al otro, luego vio que su madre ya se alejaba y la siguió, y cuando ya iba a entrar al auto le dedicó una última...

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