El Sepulturero - La historia de "La cosa"

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Era una tarde lluviosa como cualquier otra, las personas rondaban alrededor del cementerio central el cual, como su nombre lo divulga, se encontraba en un punto estratégico en el corazón de la ciudad. Era frecuentado por cientos de personas diariamente ya que muchos de los mejores artistas en mármol del mundo habían tallado algunos de sus más finos trabajos en tumbas, mausoleos y criptas, los cuales se hallaban aquí.

En esta ciudad era ilícito el no cumplir con el rito que consistía en que las parejas de familias adineradas que planeaban casarse pronto no se adentrasen en él para fotografiarse días antes de la boda cerca de tumbas de familiares ya fallecidos. Marie Ahford y Adam Hearst se conocían desde hace unos pocos años ya que él fue uno de sus profesores, ambos tenían 19 y 32 años respectivamente. Adam le había propuesto matrimonio hace tan solo tres semanas.

Adam era alto, castaño y fortachón. Un famoso intelectual que había asistido a la mejor universidad del país, actualmente recibido como licenciado en matemáticas y gozaba de un doctorado en biociencia molecular. Pronto publicaría una nueva teoría que según él,revolucionaria la biología, esta sería publicada en la prestigiosa revista Biochemical Journal.

La familia de Adam era la más famosa y rica de la ciudad, la mayoría de las mujeres de la ciudad deseaban desposarlo, todos los años recibía cartas de diversas partes del mundo de padres que poco más le rogaban que tuvieran en cuenta a sus hijas para un futuro heredero.

Marie era su futura esposa, el cual se convertiría en su tercer matrimonio. Según Adam ella era distinta a cualquier otra mujer y por ello se enamoró perdidamente desde el momento en que la vio. Ella cargaba una castaña, bella y enrulada cabellera bajo sus hombros; tenía una figura cuidada y claramente marcada, era imposible no perder el aliento al verla pasar; pero lo que más impactaba de ella eran sus pequeños ojos celestes, que según Adam tenían el poder de robar el corazón del hombre al que miraran directamente. Tal y como hizo con él. Hasta bromeaban muy seguido en que si miraba por mucho tiempo a un muerto, podría llegar a revivirlo. Ella no era solo una modelo, en realidad era todo un prodigio de su generación y la mejor alumna que Adam tuvo, se graduó con los mejores honores y colaboró arduamente en el trabajo de Adam. Dicho proyecto cambiaría la vida tal y como la conocemos para siempre, cuyo fin era obtener la fórmula para la vida eterna. Adam estaba seguro que lo lograría y se convertiría posteriormente en el hombre más famoso de la historia.

Adam en un gesto solemne se quitó su saco de etiqueta para lanzarlo sobre un gran charco que se encontraba frente a ambos. 

—Oh, amada mía, no pierdas tiempo en bordearlo. Amor mío, ni mi saco preferido vale tanto como el poder darte una pequeña alabanza —dijo Adam en un tono sutil tratando de llamar la atención de los que los rodeaban. Marie se ruborizo por completo, amaba cuando Adam era tan caballeroso en 

—Querido, deja ya tantas formalidades que el fotógrafo nos está esperando. No deberíamos hacerle perder el tiempo, mira el día que elegiste para venir, ya debe de estar empapado.

Adam estaba impaciente ya que las agujas del reloj giraban y el fotógrafo aún no aparecía, luego de aproximadamente una hora de espera, allí apareció aquella figura flacucha y empapada, ya que al contrarío de la pareja no tenía ni siquiera dinero para poder darse el lujo de poseer un paraguas. Fred Burton era famoso en la ciudad, era el único sobreviviente de una masacre sucedida hace ya más de 20 años en una granja a las afueras de la ciudad, las personas aún seguían hablando de ello y muchos hasta creían que él había sido el culpable ya que era el único sobreviviente. Un anciano dueño del cementerio lo adopto y desde que puede caminar cumple con todo tipo de tareas en el cementerio, principalmente es conocido por ser el sepulturero.

El Sepulturero - La historia de "La cosa"Where stories live. Discover now