1.

5 1 0
                                    


Sábado 28 de Enero y aquí estaba yo. Acostada en el sillón con el ventilador encendido mientras garabateaba cosas en el computador. Como si mi vida hubiese estado destinada al fracaso. Desde que tengo memoria he tenido mala suerte, como prefiero llamarlo, en amistades, la única diferencia es que mis "amigas" eran quienes solían dejarme. Ahora, era yo quien había decido terminar una amistad, pero inmediatamente me arrepentí.

"Ya la cagué de nuevo" pensé. "Y ahora, ¿cómo lo arreglo?"

Quizás podría etiquetarla en algo gracioso que vea en Facebook y hacer como si nada hubiese pasado.

–No. –me respondí– Yo no soy así.

Me quería disculpar, pero al mismo tiempo quería evitarlo. Quizás podría esperar una semana o dos y hablarle por WhatsApp con la excusa de devolverle su toalla de playa.

–¿Tengo otra opción?

Si así de complicada puede ser una amistad para mí, no me imagino cómo sería tener una relación amorosa. Siendo sincera, mi único rompecorazones ha sido y será mi familia. (No preguntes, ya sabrás).

Tengo diecinueve años y nunca he tenido un novio o novia, ni besado a alguien. Sí, lo sé. Raro. Pero si me vieras en persona quizá lo comprenderías, porque si además de ser fea, no eres simpática o sociable, bueno... no hay mucho que explicar después de eso. Cada vez que un chico se me acerca o demuestra cierto interés en mí simplemente entro en pánico y lo único que pienso es en esconderme o salir corriendo hasta el punto en que ellos creen que los odio o algo parecido, creando una incomodidad insoportable. Me suelo decir que es debido a todas aquellas veces en que mi madre y mi abuelita me repetían:

–No dejes que ningún chico te toque o se te acerque. Ellos tienen malas intenciones. Nadie te puede tocar, nadie. Tienes que tener cuidado con ellos. Uno nunca sabe.

Pues, ¿qué crees que pensará o sentirá una niña de seis años que crece con aquella idea? Uno nunca sabe...

Por lo que crecí rodeandome solamente de amigas, ya que en ellas encontraba confianza y seguridad en lugar de querer salir corriendo. Pero aun así no podía conseguir una mejor amiga o mantener una amistad. Era un fracaso social.


All in my head.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora