Prólogo

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-Hola, mi nombre es Ana López y mi marido falleció de un infarto hace 3 años.
-Hola Ana-dicen todos a coro
-Yo...soy...María y mi hermano se suicidó hace 3 meses-se queda un minuto reprimiendo sus lágrimas-se veía tan bien, se los juro que lo hacía.
-Hola María
-Amm...mi nombre es Javier y mi madre falleció en un accidente automovilístico hace 7 meses.
-Hola Javier

Sólo quedan 3 personas más y  es mi turno de hablar, realmente no quiero, hoy no, el pecho se me oprime y las lágrimas amenazan con salir, y es que hoy se cumple un mes, un mes de su adiós. Todas las personas que vienen aquí, perdieron a un familiar repentinamente , pero yo, yo ya sabía lo que me esperaba, y creo que nunca te acostumbrarás a ese vacío. Es mi segunda vez aquí, aunque la cuento como la primera, ya que esa vez no pude decir ni un hola cuando ya quise huir de aquí, porque todo me asfixiaba y el solo hecho de querer mencionar el tema hacía que mi corazón dejara de latir, pero aparentemente mi madre cree que me suicidaré o me haré emo o cualquier idea loca, exagerada pero lógica que según tienen las mamás. No lo haría, pero tampoco es como para que quisiera venir a un grupo de extraños a contar  la triste realidad de mi vida.
Noto que la sala se ha quedado en silencio y siento sus miradas sobre mí, sigo mirando el tapete azul sucio sobre el suelo de madera y  noto que la joven que se llama María trae Converses azules y uno lo tiene desamarrado de las agujetas, sigo paseando mi mirada y observo las migajas que ha tirado Marcos al morder su galleta. Pienso en algo que logre que pueda hablar sin que se me quebre la voz, pero no encuentro ninguna inspiración. Levanto la mirada y me fijo en que la señora López me mira con ternura esperando a que logre hablar y a su lado, su hija, creo, por el gran parecido que tienen ambas, se sonroja en cuanto la miro y baja su mirada; termino mi recorrido de mirada al detenerme a ver la máquina de café y la caja de galletas sobre la mesa detrás del señor Díaz, el señor que se encarga de regresarnos la supuesta felicidad que teníamosa antes de perder a las personas que mas adorábamos. Inhalo profundamente, limpio la lágrima que acaba de resbalar sobre mi mejilla con mi pulgar, abro mi boca pero nada logra salir, las palabras se quedan atoradas en mi garganta y no piensan dar un paso más, se quedan estáticas. Vuelvo a cerrar mi boca, aprieto mis labios y cierro los ojos, cuento hasta 3 y los vuelvo a abrir. Aunque tengan esas miradas de simpatía, siento que realmente se mueren porque ya deje mi numerito dramático y comience a explicar porque estoy aquí. Entonces lo hago.
-Mi nombre es Santiago Torres y yo...

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

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6 meses de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora