UNOS DÍAS DESPUÉS.
-¡Vamos Lottie!-Gritó Ashton desde la otra punta de la pista de patinaje.
-¡No creo que pueda!-Le dije con miedo.
Ashton, vino patinado hacia mí con una gran sonrisa.
-Ven, dame la mano.- Dijo extendiendo su mano, se la dí, pero aún estaba agarrada con la otra a la barandilla.-Venga, confía en mí, no te dejaré caer.
Solté la otra mano, perdí un poco el equilibrio pero Ashton me agarró para que no me cayera. Recuperé el equilibrio y agarré fuerte la mano de Ashton. Él, me sonrió, y tiró delicadamente de mí, a los pocos segundos ya estaba patinando sobre el frío hielo.
-Mira Ash, lo estoy haciendo.-Dije emocionada, ya que era la primera vez que patinaba.
-¿Te suelto ya?-Preguntó.
-¡No!- Respondí apretando su mano más fuerte.
Luego de estar un rato más, nos fuimos. Desde el último día de clase Ashton no me dejó sola ni un segundo. Le conté varios secretos que nadie sabe, al igual que él a mí. Ashton siempre se preocupa por mí, es el mejor.
-Lottie....
-¿Si?
-¿Qué tal tu padre?
Sonreí amargamente, para luego añadir:
-Quitando la parte en la que se gastó el dinero de este mes y que cada dos días se acaba una botella de coñac, bien, creo...
Ashton me miró y me dedicó una sonrisa triste.
-Todo va a salir bien.-Me dijo mirándome a los ojos.-Sé que siempre te lo digo, pero estoy seguro que no me equivoco, por cierto dentro de dos días va hacer tres años de que se fue... ya sabes... ¿Vendrías a llevarle flores conmigo?
-Claro que si.-Dije regalándole una sonrisa.
Cuando llegamos a mi casa, nos despedimos con un abrazo y se fue por su camino y yo entré en el portal. Según subía las escaleras, escuchaba a mis padres discutir. Cuando abrí la puerta, la cerré, deje las llaves en su sitio, y me dirijí a la cocina donde se encontraban mis padres discutiendo y mi hermana pequeña haciendo un dibujo o algo.
-¿Podéis callar? Se os escucha desde las escaleras.-Dije cogiendo una lata de Coca-Cola.
-Tú no te metas, nadie te llamó a este entierro.-Escupió mi padre.
-Lo que tú digas.-Escupí de la misma manera. Miré a mi hermana y ella se levantó y se fue al salón a ver la televisión supongo
Me metí en mi cuarto, hoy no cenaría, mis padres seguían discutiendo. De la nada, el silencio inundó la casa, solo se oía la televisión del salón, luego escuché a mi madre encerrarse en el baño y sollozar. Que guay, ¿no? En fin, antes no éramos así, antes éramos felices. Desde que mi padre se dió a la bebida las cosas cambiaron. Un día casi se cae de lo borracho que iba. Todos sabemos su problema, pero él no se quiere dar cuenta, y me niego a perderlo, porque puede ser el peor padre y todo lo que quieras, pero es mi padre.
A la mañana siguiente, sábado, extrañamente, me desperté a las ocho y media.Decidí levantarme y darme una ducha, luego de acabar de arreglarme y arreglar mi cuarto, me dirijí a la cocina, pero decidí no entrar. La puerta estaba abierta, y mi padre durmiendo apoyado en la mesa, con una botella de coñac vacía al lado. Bonita imagen. Me fui a mi habitación, escribí una nota diciendo que no llegaría hasta la hora de comer, y luego la dejé al lado del teléfono.
Cogí la llaves y el móvil, y me fui. Crucé la calle, y me senté en un banco que había enfrente a una panadería.
-¿Charlotte?- Preguntó una voz masculina que reconocía bastante.
-Buenos días, Charlie.-Dije seca.
-Desde el último día de clase no te volví a ver, no viniste con nosotros a ver los profesores que nos dieron clase cuando éramos pequeños.
-Nadie me llamó.
Desvié la mirada hacia otro lado, y mi vista se cruzó con la de Ashton, se acercó a nosotros, y luego como si me leyera la mente, dijo:
-Lottie,¿hace mucho que esperas?Hola Charlie.
-No acabo de llegar.
-Hola Ashton.-Dijo Charlie.
-Bueno ya nos veremos Charlie.-Dije.
-Chao.
Cuando ya estábamos lo bastante lejos para que no nos oyera, le di las gracias a Ashton.
-¿Y qué haces que no estas durmiendo apenas son las diez?- Me preguntó.
-Me levanté temprano y no me agradaba estar en casa.-Dije quitándole importancia.
-Entiendo.-Dijo mirándome fijamente, para añadir.-Si quieres puedes venir a comer con mi padre y conmigo sabes que en mi casa eres bienvenida.
-Vale, más tarde aviso a mi madre que aún estará dormida.-Sonreí
-Yo iba a comprar.¿Hacemos la compra juntos?-Preguntó.
-Venga te ayudo.