Believe in Neverland

Capítulo 24: Pan continua separándonos

Narra Jane:

Ya me había acostumbrado a dormir en el duro suelo. Y a la mañana siguiente, me desperté unos minutos después de que el sol  iluminará Neverland. Era bonito mirar hacia arriba y ver el sol matutino colarse entre las hojas de los árboles. Sonreí. Después me levanté y desperté a los demás.

-Vamos chicos, arriba.- Dije despertandoles.

Los chicos fueron despertándose muy poco a poco. Cuando recogimos todo, nos pusimos de nuevo en marcha.

Me resultaba muy extraño no haber visto a Campanilla desde el otro día. Solo espero que Pan no le haya echo nada malo. Ella ha sido mi gran ayuda durante el tiempo que llevamos en esta isla, no quiero que le pase nada malo por mi culpa.

Caminamos durante toda la mañana. No había nada más que hojas y árboles allá a donde miraba, y de no ser por que llevo el pelo recogido en una trenza, la humedad habría hecho que pareciera una chica sacada de los años 80.

En un momento dado, Travis se tropezó y se calló al suelo.

-Travis, ¿Estas bien?- Pregunto Chellsy mirándole desde arriba.

-Si.- Se rió.- Simplemente se me ha desatado el cordón de la bota. Adelantaos, enseguida os alcanzó.- Sonrió.

-Esta bien.- Dije un poco desconfiada

Narra Travis:

No se por que se me desataron los cordones de las botas, pensaba que me los había atado bien. Me puse de rodillas y me até bien los cordones. De una bota y de la otra. Cuando estaba listo, mire hacia arriba y vi a Pan. Del susto que me dio, pase de estar de rodillas a caerme de culo.

-¿Que haces aquí?-Pregunte desde el suelo.

-No pienso hablar con alguien que es inferior a mi.-

Alargo su mano izquierda hacia mi, mire su mano y después le mire a él. Acepte su mano y entonces me ayudó a levantarme haciéndome quedar mirando a la altura de sus ojos.

-Eso está mejor.- Dijo serio.

Me di cuenta de que me seguía agarrándome de la mano con fuerza, como si quisiera cortármela o algo por el estilo. Pero en cuanto me di cuenta, le solté de golpe.

-Tranquilo. No muerdo.- Dijo levantando las manos.

-¿Que haces aquí?- Repetí.

-Quiero hablar.-

-Ah, muy bien. Pues búscate a otro, por qué yo paso.- Dije haciendo el amago de irme.

-Y si te dijera...- Se interpuso en mi camino.- ¿Que se algo que tu no sabes?-

-¿Que?-

-Supuestamente tu gatita y tu no os guardáis secretos, ¿Verdad?-

-Verdad...-

-Mientes.- Se rió.

-¿Y tu que sabrás?-

-Pregúntale a Chellsy, aparte de tu secreto, hay algo que ella sabe y no quiere decírtelo.- Se acercó un poco.- ¿Seguro que pensabas que era totalmente sincera?- Sonrió malicioso y desapareció.

Narra Jane:

No se si Travis se había parado a atarse los cordones o a cambiarse de votas, por qué madre mía, lo que tardaba. Al cabo de un rato, volvió con expresión seria.

-¿Pasa algo?- Pregunté.

-No, nada, sigamos.- Sonrió falsamente.

Seguimos caminando y al cabo de un rato, tuvimos que parar. Estábamos cansados y el sol brillaba demasiado.

-Necesito agua.- Se quejó Chellsy.

-Pronto llegaremos, tranquila.- Dijo Travis.

-Voy ha ver si hay alguna laguna o algo.- Dijo Scarlett.

-Tengo cuidado.- Dijo Derek.

Narra Scarlett:

Tenía que haber alguna laguna por aquí cerca. Esto es una isla, tenía que haber agua por alguna parte. Teníamos una cantimplora que nos habíamos llevado del campamento, pero ya no quedaba nada.

-¿Puedo ayudarte?- Escuche de repente.

Me di la vuelta rápidamente y vi que Pan se acercaba lentamente.

-No te acerques más.-

-Solo quiero ayu...-

-¡Que no te acerques!- Le tire la cantimplora.

Pan esquivo la cantimplora agachándose y después se levantó.

-Vaya. Menudo carácter, princesa.-

-¿Que quieres?-

-Ayudarte, he intentado decírtelo.- Dijo acercándose un poco más.

-Pan, que grito. ¿Eh?- Dije seria y al instante se detuvo.

Me miro seriamente y después recogió la cantimplora del suelo.

-No deberías atacarme a mi.-

-Dame una buena razón.-

-Por que lo que voy a decirte merece la pena.-

-¿Que?-

-Escucha, Scarlett. Y escucha a Chellsy.-

-¿Que tiene que ver ella en esto?-

-Tiene todo que ver. Escúchala todo el tiempo, incluso cuando ella no quiera que lo hagas. Hazme caso y no te arrepentirás.- Dijo devolviendome la cantimplora .- Necesitareis agua.-

Cogí la cantimplora algo desconfiada, no sabía si fiarme de Pan o no. Cuando cogí la cantimplora, me di cuenta de que estaba llena de agua, y cuando volví a mirar a Pan, ya no estaba.