“ En medio de una tormenta siempre habrá algo brillante, solo tú decides si recoger esa oportunidad brillante o si lo dejas a su suerte”
Saitoshi Kido
11 de Marzo de 1999
Las amenazantes nubes negras de tormenta cubrían aquel enorme y azuladamente perfecto cielo que se mostraba como parte de la naturaleza común de la tierra. La apariencia de aquellas nubes tenían por dentro un mensaje oculto: Habría problemas en el Olimpo.
En medio de aquel paisaje caótico salen volando dos objetos cuyo as de luz es tan dorado como los rayos del mismísimo Sol del Febo Apolo. Los dos objetos iban a una velocidad inimaginable, sus ases de luz eran tan resplandecientes que apenas se podían ver las sombras de aquellos objetos.
Ambos objetos sobrevolaban con una rapidez increíble y parecían acercarse entre ellos como si estuvieran peleándose y fueran conscientes, en ello los ases de luz se empiezan a aclara un poco en medio de su baile caótico.
Se puede ver que ambos ases se tratan realmente de dos seres con forma humanoide que portaban dos armaduras doradas muy resplandecientes y que estaban adornadas con distintas gemas y con alas doradas respectivamente que les daba la habilidad del vuelo. Ambas armaduras eran muy distintas unas de las otras, ya que estas parecían tener grabados distintos en cada armadura de animales y letras en un idioma casi inteligible.
Ambas seres sobrevolaban violentamente el cielo, uno parecía querer atacar con una ira desenfrenada, mientras que el otro parecía estar huyendo de su agresor cargando una especie de bulto dorado revestido y muy fino.
El ser agresor tenía en su armadura distintivos con formas de cara que presentaban distintos estados de ánimo. Un casco cubría el rostro de aquel ser, el cual tenía una cara neutra como cara principal que ocultaba el rostro del agresor, y otras dos a sus costados que representaban un estado de ánimo triste y otro un poco más iracundo.
El ser que huía de su agresor, en cambio, tenía en su armadura unos diseños que representaban unos seres muy extraños, casi parecidos a hombres mitad humano, mitad caballo pero con alas, con la misma letra ininteligible que la armadura de su agresor.
El ser agresor parecía haberse cansado y decidió cambiar su modus operandis de simplemente perseguir. Empezó a bajar el vuelo, perdiéndose entre las nubes y desapareciendo de la visión de su presa.
El ser que era perseguido, en cambio, empezó a aliviarse un poco y siguió su vuelo a su destino, hasta que su perseguidor apareció frente a él de la nada y le dio un golpe en la cara que lo dejó semiinconsciente, haciendo que este cayera junto con aquel bulto dorado en sus brazos, que sujetaba celosamente incluso después de aquel golpe poderoso.
El ser agresor se había acercado para intentar quitarle a su víctima el bulto, pero no podía, ya que su víctima, incluso semi inconsciente, protegía con su vida misma el bulto. Vio entonces que su víctima empezaba a despertar durante la caída y estaba a punto de usar sus alas, así que con su puño lanzó un ataque que rompió una de sus alas.
Ambos caían de manera violenta y rápida, uno protegiéndose del otro.
Ambas chocaron contra el suelo de lo que parecían antiguas ruinas de una civilización de la Edad Clásica.
El ser agresor es el primero en levantarse de aquel choque que hizo retumbar la tierra.
Ser agresor: No sabes lo que haces Airoros. Entregame a la diosa y tal vez sea piadoso con tu reciente sacrilegio.
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Saint Seiya: Reborn Of The Gods
FanfictionEsta es la historia de una joven Saori Kido que descubre por medio de distintos factores que es la nueva reencarnación de la Diosa de la Sabiduría y la Guerra y que ve como obligación ser la nueva Diosa Protectora de la Tierra. Pero también se enfre...