–¿Darla te llamó?
–Sí, no sé cómo consiguió mi número pero la muy zorra parecía saber lo que hay entre nosotros porque se oía muy satisfecha contándome que esta noche no vendrías a dormir porque habías quedado en pasarla con ella.
–¿Q-qué?
–Lo que oíste, dijo que no me preocupe y trate de no molestarlos porque hacía mucho que ustedes no estaban juntos y tenían que ponerse al día "¿Entiendes bonita?" –dijo imitando la voz de Darla. –¿Te das una idea de cuánto me dolió eso Fidel?
–No... no lo entiendo. Yo nunca dije que, nunca quedamos en pasarla la noche juntos Piera yo no... no entiendo porqué hizo todo eso.
–Pues lo hizo.
–Amor lo lamento yo –me acerco a ella sin darle la oportunidad de reaccionar y tomo su rostro entre mis manos para encontrarme con su mirada –yo no sé porqué lo hizo, no sé cuáles eran sus intenciones, de hecho ella misma fue quien me dijo que no tendría una relación conmigo porque no funcionábamos... ella fue quien dijo que el tiempo que estuvimos juntos yo parecía estar pensando constantemente en otra persona, en ti Piera, todo ese tiempo pensé en ti.
–De-ja-me –pidió forcejeando débilmente pero no lo hice acerqué mis labios a los suyos y la obligué a besarme. –¡Fidel!
–No voy a dejarte –aseguré con una mezcla de miedo y rabia. –Porque si te dejo ahora tú terminarás conmigo y yo no quiero eso, no podría vivir con eso... Piera, ayer no pude besarte porque me sentía demasiado culpable por no decirte que la había visto, no podía mirarte a la cara por la vergüenza que sentía y sí, iba a ir a esa cena, pero a sabiendas que eso empeoraría todo. Pero no fui. No fui porque Brandon habló conmigo y porque no quiero perderte ¿Entiendes? Te amo Piera, te amo y entendí que no importa si no recuerdo todo, no importa lo débil que me siento sabiendo que todos saben más cosas de mi vida que lo que yo sé, no importa si tú estás a mi lado.
Ella me miró fijamente durante mi declaración y no dejó de forcejear hasta que cerré la boca, pero una vez que lo hice rompió en llantos una vez más y se aferró a mi cuerpo diciendo que era un estúpido, que siempre la hacía sufrir y que no entendía cómo era que podía seguir amándome. Yo sólo me reí y la acomodé en mi pecho para que llorara lo que fuera necesario, después de todo había decidido que esa sería la última vez que lo hiciera por mi culpa.
–Tuve una pesadilla –confesé cuando ya se hubo calmado.
–¿Sobre qué?
–Sobre perderte...
–¿Dónde me perdías? -consulta inocentemente y resisto una carcajada.
–Tú me dejabas y todo se ponía oscuro... todo era horrible y yo no sabía qué hacer. Me odiabas... me odiabas tanto Piera, nunca había visto tanto odio en tus ojos y realmente me dolía el pecho y parecía que me iba a morir.
–Eres un exagerado Fidel.
–No... ya lo había sentido antes, eso de que la vida no tiene ningún sentido –me separo para verla una vez más y la beso antes de hablar porque sabía que probablemente se enojaría luego de lo que iba a decirle. –¿Acaso no estabas sintiendo eso antes de que te enteraras que no había ido a la cena?
–¡Te das cuenta que eres un idiota! –exclama tratando de separarse de mí mientras no puedo evitar unas carcajadas que se detienen cuando me golpea fuerte y me fulmina con la mirada. –Te odio.
–Tú sabes que eso no es cierto...
–Tú debes recordar muchas cosas antes de asegurar algunas otras cosas–dice volviendo a mi pecho.
–Ya te dije que no me importa lo que no recuerde siempre y cuando estés conmigo.
–¿A pesar de que te haya hecho sufrir bastante tiempo cuando me fui a estudiar y luego otros meses más cuando aparecí con Leo?
–Eso ya no importa –insisto besando su cabello. –Te amo, estoy contigo y eso es lo único que vale la pena.
–¿No es eso lindo? –consulta la voz de Rocco obligándonos a separarnos. Él nos mira desde la entrada, está borracho y al parecer también ha fumado, pero lo más preocupante es que parece a punto de llorar. –Están juntos, se aman, pueden seguir juntos por los siglos de los siglos y entonces yo me pregunto... ¿Por qué siempre se están ahogando en un vaso de agua y por qué ahora que pueden estar juntos no lo están y se dejan de joder de una puta vez?
–¿Estás bien? –consulta Piera con cuidado. Rocco realmente se veía en muy mal estado.
–¿Acaso me ves bien Piera? ¿Acaso no ves el desastre que soy?
–Vamos Rocco, vamos a tomar un café o algo para que se te pase la borrachera.
–¡No! –exclama alejándose de mí. –Así estoy bien, así no siento y no pienso en nada.
–A mí no me parece como que no estuvieras pensando en nada –dice Piera mirándolo con ternura. Se acerca a él y acaricia su espalda. –¿Qué fue lo que pasó con Tomás?
En cuanto sale el nombre del chico de los labios de Piera entro en pánico. Rocco podría tener dos reacciones, podría golpearla o podría quebrarse, la primera sería terrible pero la segunda sería algo que yo no podría manejar, cualquiera de las dos me asustaba.
–¿Tomás? –consulta tragando saliva, pero ahí estaba, ya podía verlo venir, sería la segunda opción. –¿Por qué lo mencionas?
–Lo tienes escrito en tu rostro Rocco –insiste ella tomando su brazo y dirigiéndolo a la cocina; me da una mirada de disculpa y me despide con un "yo me encargo de esto". Asiento una vez y me quedó allí unos segundos hasta que oigo a Rocco comenzar a llorar y lamentarse sin dejar de preguntarle una y otra vez a Piera por qué si amar es algo tan hermoso duele tanto.
Me puse a pensar una respuesta, qué le hubiera dicho yo, pero sinceramente nada vino a mi mente por lo que esperé pacientemente las palabras de Piera.
–No lo sé –dice ella con una voz dulce y relajada. –No creo que sea porque nuestras historias sean particulares Rocco, no creo que porque yo me haya enamorado de mi hermano y tú de tu mejor amigo hayamos sufrido más que los demás... creo que todos sufren por amor –hay un momento de silencio y luego una carcajada escapa de sus labios. –Creo que amar es algo mágico ¿No crees? Y entonces pienso, ¿acaso no hay un dicho que dice que toda magia tiene un precio? Quizás por eso es que sufrimos, porque debemos dar algo a cambio para poder sentir algo tan bello como el amor.
No sé que le responde mi hermano. No lo sé porque me voy a mi habitación a reflexionar sobre la respuesta de Piera. Si todo lo que ella había dicho era verdad entonces nosotros ya habíamos sufrido lo suficiente, ya habíamos pagado por ese amor prohibido que sentimos durante tantos años y había llegado la hora de ser felices. De eso, y del amor que sentía por Piera, era de lo único que estaba seguro en ese momento.
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Trilogía Imposible: 3. Pide un deseo
Novela JuvenilPrecuela: 1. Imposible 2. Queda Prohibido Cuando todo parece que está perdido ¿Podrá el deseo cambiar el rumbo del destino de este amor imposible? ¿O quedará prohibido para siempre? Advertencia de contenido. Todos los d...