Después de observar su gesto, se aclara la garganta y dice:
—Estás de broma, ¿no es así?
Dios, pareciera que él no quiere hacer esto conmigo. ¿Tanto le cuesta poder asimilar lo que sucede? O es que acaso, ¿él no se siente tan atraído como yo con él?
Lo único que hago es negar con mi cabeza porque temo que mi voz suene tan molesta como me pone que él le de tantas vueltas al asunto.
—Emma, ya te lo he dicho, puedo esperar... No quiero obligarte a nada, por favor.
Vuelco los ojos al cielo y me acerco lo más que puedo hacia él, sujetando una de sus manos para dejarle el condón que tengo. Luego, pongo mis dos manos en sus mejillas para ponerme de puntillas y estar al menos un poco más cerca de la dirección de sus ojos y poder encararlo.
—Louis, he venido aquí porque estoy preparada. Quiero esto, en serio, pero si no es lo que tú también quieres, entenderé. Sólo tienes que decírmelo.
Sus ojos se ven aún más oscuros ahora mismo, a pesar de que la luz del recinto está encendida y siento como si haya tenido que decirle eso para que sepa que en verdad estoy lista para mi primera vez.
—No quiero obligarte a nada... —dice, después de un largo suspiro. Justo ahora estoy acariciando una de sus mejillas, y dejo mi postura de puntillas para ponerme de pie debido a que ha empezado a dolerme los talones.
—No lo estás haciendo, Louis...
— ¿Segura? —cuestiona, bajando su vista de mis ojos a mis labios.
—Sí —afirmo—. Lo estaré si tú también quieres.
Necesito saber que él quiere esto tanto como yo. ¿Qué pasaría si no fuera así?
—Por Dios, eso lo tengo muy bien claro desde hace unas semanas atrás, pero sólo quiero que tú realmente lo estés.
Estoy a punto de decir algo, pero lo pienso mejor y decido besarlo en vez de quejarme respecto a pensamientos.
Eso era lo que necesitaba. Este beso era lo único que me hacía falta para saber que esto es lo mismo que los dos queremos. Me separo un momento de él, para llamar su atención.
— ¿Louis?...
— ¿Si? —cuestiona.
—Hazme el amor esta noche, por favor —suena más como una orden que de una petición pero no me importa cómo me deje eso ya que quiero que sepa que estoy hablando muy en serio.
Aquello parece haber aumentado más la tonalidad del color de sus ojos, no sabía por qué pensaba en eso pero perderme en ellos era algo que haría esta noche.
Los nervios no se han ido, sin embargo, porque soy consciente de que ese sentimiento estará conmigo durante toda la noche pero sabía que haría lo posible para alejarlo de mi. Se supone que esta noche sería inolvidable, que la recordaría por el resto de mis días porque es así como se queda en tus recuerdos la primera vez.
Él será mi primera vez.
Por un momento, pienso que saldrá de la habitación porque se aleja de mí pero me doy cuenta de que sólo lo hizo para poder dejar el preservativo encima de la mesilla de noche. Entonces, con energías renovadas, se aproxima y rápidamente me alza para luego tumbarme en su cama.
Una pequeña sonrisa tímida es expresada en mi rostro y sólo encuentro deseo teñida en la mirada de Louis.
Tengo tanto miedo de que con mi inexperiencia arruine todo momento romántico que me digo una y otra vez que debo dejarle a él que tome riendas del camino. Probablemente, él sabe qué debe hacer y también prefiero que sea de esta forma ya que me gustaría que sea la noche más feliz de mi vida.
Cuando vuelvo al aquí, Louis está sin la sudadera -que se había puesto mal- y ahora se encontraba ayudándome a deshacerse de la mía.
Tragué duro. En pocos segundos él verá mi lencería de encaje, de pronto, mis nervios van a la misma velocidad que mi corazón acelerado.
Quiero esto, me repito una y otra vez.
En cuento saca mi prenda y la aleja de nosotros, me mira detenidamente por lo que parece ser una eternidad, pasándose la lengua por sus labios y luego de eso se aclara la garganta.
—Dios, eres tan hermosa.
Mi corazón acelera aún más sus latidos. Estoy con los nervios de punta porque sé que sucederá esta noche.
Entonces, con sus rodillas abre un poco mis piernas y se sienta a ese lado para luego inclinarse y besar mi abdomen, su vista siempre en contacto con la mía.
Sus labios siguen en línea recta hasta llegar a mi ombligo. Después de eso, vuelve a besar mis labios, moviendo constantemente sus caderas contra las mías. Sus manos están en todas partes, tocando cada centímetro de piel que está en su alcance.
—Por esto fue la pregunta —dice, con voz ronca.
Por un corto segundo, no sé a qué diablos se refiere entonces dice el color negro y mete una de sus manos por mi trasero, a través mis vaqueros y también de mis bragas.
Me quedo sin aliento.
Su mano presiona mi trasero y mi cuerpo reacciona de manera rápida. Mis caderas se alzan y un tipo medio grito-gemido sale de mi boca pero me hago modo para poner una de mis manos en mi boca para así evitar que salga cualquier ruido de mi boca, y no es después de eso que recuerdo que tenemos la casa sola. No hay nadie que nos pueda oír aquí.
Es tan inesperado el momento en que saca su mano que de a un movimiento a otro, sus manos están trabajando con el material de mis pantalones.
Va a suceder, realmente va a suceder.
Estoy tan embriagada por el momento que estoy viviendo ahora mismo, claro, en el buen sentido porque en cuanto se deshace de mi pantalón, pienso en que seguirá con mis bragas pero no lo hace...
A su vez, masajea mis muslos con sus manos frías. Pasea por la longitud de éstas y aprieta mi trasero de vez en cuando. ¿Es posible que de tan solo sentir su tacto me quede sin aliento?
Trato de normalizar mi respiración y ritmo cardíaco porque temo que Louis note lo nerviosa que estoy ahora mismo. No sé si ya lo haya notado pero en serio necesito hacerlo.
Cuando se detiene un segundo y su mirada se encuentra con la mía, dudo en mantenerla en contacto porque me intimida de alguna manera. Estoy tan ansiosa y tan temerosa por lo que se viene.
— ¿En verdad estás segura?
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Lo que siento por ti.
RomanceEmma Johnson, una adolescente con tan sólo dieciséis años, que después de pasar toda una vida trasladándose de ciudad en ciudad, tendrá que soportar otro cambio más en su vida. Aunque para ella, ya se ha hecho un ritual mudarse, ya no quiere seguir...