Luchar por lo que amas

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[POV MADISON]

La cena aparentaba ser divertida, pero en realidad no lo era. Estar solo escuchando a Seung hablar de arte y de sus grandes logros no era realmente de mi agrado. Era muy diferente a lo que hacía con Ji Yong.

"Por supuesto que es muy diferente, ¿Acaso olvidas que con Ji Yong tenías sexo salvaje?"

Ignoro por completo el comentario de mi loca mente, hecho un breve vistazo a la ventada que tenemos cerca y por un segundo me pareció ver a Ji pero era imposible. El seguía en Corea con su amada esposa resucitada.

Las náuseas de solo pensar en aquello afloraron en mi estómago.

-¿Madison?- dice mi nombre con tan suavidad que por un momento me la creo, sabemos lo que quiere Seung y posiblemente él piensa que yo también quiero.

Pero no, solo quería con Ji Yong.

-¿Por qué no subimos?- su voz es seductora, claro posiblemente en otro momento y en otra vida haya funcionado pero mi mente solo giraba alrededor de la de Ji Yong.

-Lamento ser un aguafiestas.- el corazón se me paraliza la respiración se me acelera y mis sentidos se ponen como locos y mi cuerpo tiembla. Estaba aquí.- Pero la señorita que está sentada delante de usted es mi prometida.- lo dijo, no me había equivocado al escuchar.- Así que si me disculpa tengo que llevármela.- sus dedos cálidos y largos tocan mi hombro denudo y con eso basta para poder sentirme excitada.

-¿Perdón?- dice Seung al mismo tiempo que se ponía en pie en forma de reto, su mandíbula estaba tensa y sus nudillos blancos por la fuerza que realizaba en ellos.

-Que Madison se va conmigo, es mi prometida.- la voz de Ji no era nada amable, aún no le miraba y tenía en cierto modo miedo a hacerlo.

No sé qué podía encontrarme, posiblemente furia, alegría, tristeza. No tenía idea, Seung poso su mano derecha sobre su barbilla acariciando lentamente sobre esta.

-Me temo decir que Madison ya no es una niña que necesita niñera.- dice por fin sin apartar la vista de Ji. Estaba por ponerme de pie cuando la mirada amenazante de Seung me recorrió el cuerpo y me obligo a quedarme quieta. Podia sentir toda la fuerza de Ji sobre mi hombro.

Posiblemente el día de mañana amanecería con una gran marca roja o amoratada en los dos casos no me agradaba la idea y mucho menos ver como dos hombres formaban una escena un tanto no muy amistosa y muy vergonzosa para mí.

-Seung.- por fin hablo y mi voz tiembla y Seung parece notarlo.- Me tengo que marchar.- listo lo dije, en realidad no me pesaba abandonarle. De todas maneras comenzaba a aburrirme.

-¿Eso es lo que quieres?- asiento lentamente sin apartar la vista de sus ojos negros, él parece maldecir entre dientes y por fin aceptarlo con un asentimiento.- Adiós Madison.- su tono molesto me desgarra levemente. Le veo tomar su móvil de la mesa y después retirarse con unos guardaespaldas que nos vigilaron toda la noche.

Una vez que Seung estuvo a una distancia prudente me pongo en pie y enfrento a Ji quien me demuestra lo peor de sí.

Sus ojos negros están perdiendo el brillo que solía notar cuando le miraba, sus labios habían perdido ese rojo y sus cara estaba seca.

Olía a alcohol ¿Enserio? ¿Eso estuvo haciendo todo este tiempo?

-No me mires así.- señala con su dedo largo y delgado mismo que días atrás estuvo tocándome.

-¿Cómo quieres que lo haga?- pregunto indiferente, no puedo negar que me da gusto verle pero aún estaba herida. Su esposa muerta aun rondaba por mi mente.

Novio de Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora