Trilogía Imposible: 3. Pide un deseo

Capitulo 31 (Final)

Durante los últimos meses del año podía ver a mi hermano más cansado de lo normal, había recibido algunas cartas y cada vez que abría alguna su humor empeoraba de manera brusca. Piera había dicho que estaba segura que eran cartas de rechazo a algunas becas que seguramente había presentado pero no estaba segura del todo; una tarde nos sentamos a hablar, si era cierto que no había recibido alguna beca y se lo veía tan interesado en estudiar lo apoyaríamos. Ambos teníamos algo de dinero ahorrado y Rocco tenía el derecho de recibir dinero de nuestros padres hasta que terminara sus estudios.

Yo fui el encargado de hablar con ellos. Papá se mostró reacio y dijo que no mantendría a un marica y encima vago, pero cuando le expliqué que él se iría evitándole la "vergüenza" de tener un hijo gay y que probablemente sí estudiaría porque se lo veía emocionado, que no sería ni un vago ni un bueno para nada, accedió a arreglar un monto de dinero que al menos serviría para pagar su alquiler. Luego de aquello, en lo que mamá no mencionó palabra pero asintió en todo momento, les di la noticia de que Piera y yo estábamos formalmente juntos: sus caras eran para pagarlas pero no dijeron nada. Les dije que nos iríamos al poblado vecino al finalizar el año y eso pareció relajarlos bastante; también les informé la decisión que había tomado Lucy pero ellos admitieron que ya lo sabían y que se habían estado viendo con ellas en el último tiempo.

A pesar de que yo sabía que ellos no cambiarían nunca me alegró saber que estaban yendo a terapia porque quería solucionar un poco las cosas entre ellos y con mi hermana pequeña. Papá se mostraba arrepentido por el trato que le había dado y dijo que había encontrado el perdón en el señor... yo quedé atónito unos segundos y luego resistí una burla, él nunca había sido un hombre religioso, pero bueno, sí él decía que le hacía bien era mejor que nada.

Por parte de Piera la relación con sus abuelos biológicos era cada vez más buena, yo los había conocido hacía unas semanas y había sido presentado como el "novio" de ella. Luego me explicó que habían tenido una larga charla en donde les explicó como se habían dado las cosas entre nosotros omitiendo detalles obvios pero que ellos había llegado a respetarlo y eso ya era un gran paso. Parecían buenos ancianos y Piera se veía feliz con ellos alrededor, eso sin contar que Dante daba todo por su hermana y Piera comenzaba a comportarse igual con él.

Nuestra relación comenzó a ser cada vez más pública y conocida. Lo bueno era que a todos les generaba rechazo o hastío lo que provocaba que no preguntaran demasiado. En el colegio los profesores me empezaron a apartar y los alumnos me miraban de reojo, pero no me importaba, mis dos amigos, Brandon y Jaime, estaban ahí para apoyarme en lo que quedaba del año.

En el trabajo de Piera pasó lo mismo, pero de todas maneras ella nunca había tenido buena relación con sus compañeros, y ella tenía a Dante allí así que no había problema. Ambos habíamos pedido el traslado consiguiéndolo exitosamente y habíamos estado averiguando por alquileres en el lugar. Lo único que nos faltaba era que Rocco nos confirmara su partida del lugar.

La primera semana de Diciembre él llegó acompañado de Tomás. Ni siquiera puedo describir el gesto que traía el chico en su rostro, incredibilidad, incertidumbre, alegría, enojo... no, no había forma que pudiera decirlo, pero cuando Rocco tomó su mano y él sonrió tan grande que no cabía en su rostro supe que a pesar de estar sintiendo muchas cosas lo que más resaltaba era la felicidad que sentía.

–Tomé muchos exámenes pero no conseguí ninguna beca –es lo primero que dice luego de obligarnos a sentarnos y apretando fuertemente la mano de su chico. –Pero estuve trabajando y tengo algunos ahorros... sé que será difícil pero quiero irme a estudiar el año entrante. Conseguiré un trabajo allí y podré mantenerme pero quería pedirles un poco de apoyo si las cosas no van como tengo planeado.