Capítulo 17

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Había días en los que Camila simplemente no podía más de felicidad. Es que tener buenos amigos, tu familia contigo y a la chica que quieres era perfecto. Sí, sobre pequeñas cosas malas o que a veces no las prefería, era perfecto por el simple hecho de que estaban.

Aquella mañana Camila se levantó temprano con Normani y Dinah para preparar el desayuno para Alfredo, Liam, Lauren, Evan, el primo de Alfredo y un par de amigos más. Si el día anterior había sido genial fue gracias a ellos que se habían encargado de todo dejando que las chicas simplemente se divirtieran.

La verdad es que allí, la única que no sabía tanto de cocina era Dinah, pero de todos modos servía de ayuda para batir la mezcla de los panqueques, para poner la mesa y además, por supuesto, molestar. Llevaban casi una hora hablando y  riéndose mientras terminaban de preparar todo.

—¿Crees que deba poner música fuerte para que se despierten?—Normani asintió ante la pregunta de Dinah y Camila no.

—No, no seas mala. Imagina que deben estar todos con resaca.—Se rió.—Además Lauren odia que la despierten con ruidos fuertes.—Dinah rodó los ojos.

—Entonces ve a despertarla con besitos si quieres.—Dijo con su típico tono de voz celoso cuando se trataba de Lauren. Camila se rió por lo bajo y le entregó su lugar a Normani.

—Con mucho gusto.—Le hizo una mueca a la rubia.—Normani, termina estos. Ya vuelvo.

Y sin más, luego de mirar a Dinah con la intención de molestarla, subió a la segunda planta hasta la habitación donde dormía Lauren en un colchón. Camila sonrió viéndola dormir boca abajo, recordando que en la noche anterior habían dormido simplemente abrasadas luego de que Lauren le dieron algunos besos y caricias.

Era lindo, demasiado lindo ver como las cosas habían mejorado bastante entre ellas más que nada. Lauren era otra persona y aunque Camila estuviera feliz, le dolía un poco pensar en todas las cosas que había hecho Lauren aquel mes estando sola. Por supuesto que Lauren le había contado algo de todo aquello, más que nada porque Camila se hacía ideas y le aterraba. Pero Lauren no había vuelto a beber, ni fumar como lo había hecho antes, es más, Camila últimamente la veía entrenar mucho porque sabía que aquello era lo que la mantenía más en pie, Lauren no faltaba al colegio, o bueno, no tanto como antes y hacía los trabajos que debía hacer.

—Lauren.—Dijo no muy alto para que su voz no sea molesta para la oji verde.—Lauren.—Repitió arrodillándose junto a Lauren sobre el colchón que habían ocupado juntas.—Despierta. Vamos a desayunar.

Lauren se quejó un poco y con el ceño fruncido levantó la cabeza para mirar a Camila. Suspiró acomodándose mejor y con un brazo atrapó a la más bajita haciendo que cayera a su lado y sin problema alguno se abrazara a ella.

—Hola linda.—Camila le dio varios besos en la mejilla mientras que Lauren seguía con el rostro serio, los ojos cerrados abrazándola.—Preparamos el desayuno. ¿Quieres darte una ducha y luego bajas o te espero?

—Espérame.—Murmuró suspirando y acurrucándose contra Camila.

La morena sonrió dejándola en paz y la vio dormir por algunos minutos más hasta que volvió a insistir con que debían bajar. Así que esperó a que Lauren terminara con lo suyo mientras ordenaba un poco la habitación que habían usado.

—¿Vas a bajar así?—Escuchó la voz de Lauren y dejó las sábanas dobladas sobre la cama antes de girarse a ella.

—Sí. ¿Por qué?—Se miró la ropa, o bueno, la parte superior del bikini y el short de Jean que tenía puesto. Lauren negó enfundándose una remera con mangas antes de recogerse el pelo en una coleta desordenada.—¿Cómo dormiste?

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora