Uno

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--Joder, Jimin. Tienes que comer-, Yoongi le miró con los ojos llorosos.
--No lo haré, estoy extremadamente gordo.
Yoongi ya no sabía qué demonios hacer. Jimin ya no comía, no lo hacía nunca. No importaba si cocinaba su comida favorita.
Jimin decía estar gordo. Pero Min nunca lo había visto tan delgado.
Y tampoco le gustaba ver tan delgado a su amante.
--No es tu cuerpo lo que amo, pero es el caparazón en el que te encuentras. Y lo estás matando. Estás matando la única parte de tí que puedo tocar. Por favor come- Yoongi tomo la pálida manita que antes solía ser regordeta del menor y miro sus ojitos. Los cuales se encontraban cerrados y no exactamente porque estuviera sonriendo.
Su pequeño Jimin estaba enfermo. Si tan sólo pudiera ser la mano que le alimenta.
Pero Jimin pensaba que podría quedarse con hambre hasta que le gustara como se sentía estar hambriento.
Yoongi ahora se encontraba llorando sin consuelo poniendo sus manos en su rostro. Los sollozos eran fuertes y Jimin sólo cerraba los ojos y suspiraba.
Yoongi se levanto de la silla colocando las manos en su cabeza y caminando de un lado a otro mientras lloraba desconsoladamente.
Jimin abrió los ojos y se quedó mirando el plato de sopa que ahora se encontraba frío fijamente.
Yoongi corrió a la alcoba que compartía con el menor y cerró la puerta de un golpe.
El menor notó como una lágrima se deslizaba por su mejilla y apretó sus labios haciendo una línea.
Jimin estaba enfermo, y Min Yoongi quería ayudarle.
Pero no podía hacer que su pequeño caramelo (así solía llamarle Yoongi a Jimin), comiera.
Y lo jodía mucho.
Yoongi salió de su cuarto y buscó al menor por todos lados. Cuando lo encontró, vió que estaba dormido en el sofá con lágrimitas en sus mejillas.
--No es tu cuerpo lo que necesito-, susurró Min a su oído.-Pero es lo que duerme a mi lado. Y lo estás matando, lo estás matando. Por..favor come.

Please, eat. YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora