Tal vez Elena no lo entendía, no, definitivamente ese no era el problema. Miró su cuaderno viendo las rayas desprolijas que había trazado con su lápiz. Volvió a mirar hacia el frente y de nuevo no lo entendió, pero ella no era el problema en la situación. ¿Cómo podía ser ella, cuando enfrente estaba Luna y Tomás dando un espectáculo que rayaba en lo vulgar?, era bastante asqueroso la verdad. Suspiró largamente, mientras que con su lápiz color carbón trazaba otra línea para darle forma al rostro que estaba intentando dibujar.
A veces no comprendía cómo era posible que Luna fuera su hermana, eran tan distintas. Y ¿Cuál era el sentido de llamar la atención de media universidad?, existían lugares menos públicos para casi arrancarse la ropa y traspasarse saliva. Al menos no tenía que soportar todo ese besuqueo en casa, o sino la vida de Elena sería estresante. Una sombra cayó sobre ella en ese momento, miró hacia arriba y se encontró con la sonrisa de Malia, quien enseguida se sentó a su lado. Elena la miró sonriente y apuntó hacia dónde Luna seguía besuqueándose con Tomás; el reflejo de Malia fue simular vómitos.
-Enserio, alguien tiene que decirles que la lengua no les llegara al estómago -Malia mordió la manzana que tenía en sus manos; Elena soltó una carcajada ante el comentario de su amiga- es grotesco y no tiene nada de romántico, ¿ella no es consciente de lo mal que se ve?
-Bueno, Luna nunca se ha destacado por tener mucho sentido común. Además, todos sabemos que ellos se usan mutuamente y que no hay un amor real entre ellos. Tu y yo sabemos que Tomás ya está etiquetado, Mali -le guiñó un ojo a sabiendas. Malia ha estado enamorada de Tomás desde que era una niña. Elena la vio sentirme mal cuando supo -hace dos semanas- que Luna se estaba enrollando con él, pero también la vio decidida a esperar por el chico que ella creía que es el amor de su vida.
Por el rabillo del ojo vislumbró un movimiento, no tenía que volverse a mirar para saber quién era y sentir que la bilis le subía por la garganta.
Elena lo odiaba, detestaba sentir su presencia cerca de ella y más aún, no poder darle una buena trompada en el rostro. No se entendía ella misma. Una carcajada hizo que Elena apretara los dientes, sí, ella definitivamente odiaba a Elías Collins.
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Brisa de verano
RomanceElena lo odiaba, detestaba sentir su presencia cerca de ella y más aún, no poder darle una buena trompada en el rostro. No se entendía ella misma. Una carcajada hizo que Elena apretara los dientes, sí, ella definitivamente odiaba a Elías Collins.