-¿Madre? -nadie contestó.
En la pequeña mesa de la sala encontré una nota.
«¡Cariño! Ana se volvió a enfermar, llegaremos un poco tarde. Te amo».Ana era la mejor amiga de mi madre y al ver el «llegaremos» era obvio que estaba con mi padre.
-¿Paso algo? Niña -Dan analizaba la casa.
-No, mis padres llegarán tarde... ¿A dónde vamos?
-Sube al auto -ya estábamos saliendo, Dan si que tenía un buen trasero.
-¡Si señor! -y yo seguía con mis idioteces.
-¡Joder contigo! Llegas a ser fastidiosa -me abrió la puerta.
-¡Vaya! Mira el lado caballeroso de este tipo -y en ese momento asoto la puerta, yo aún no subía.
-¡Vamos! Ya sube -paso su mano por su cabello como cuando no entiendes algo, creo que sí era fastidiosa.
Aún no sabía a donde me llevaba, el silencio entre nosotros era algo agonizante.
-¿Y?
-Mi casa.
¡Vale¡ ¿En serio? Pero cabe mencionar que no me molestaba.
Llegamos. La casa no era muy grande. Se estacionó y bajo sólo su mochila, creo que hice que se enfadará.
Rodió la casa, nos encontramos en el patio trasero donde había un cuarto un tanto pequeño. Abrió la puerta.-¡Adelante! Y ni se te ocurra decir algo -Dan si que estaba enojado.
-Vale, vale.
Era un cuarto de fotografía.
Ví muchas fotos de árboles, mariposas, horizontes, familia.
A un lado había una cámara y una guitarra muy linda, parecía de caoba.-¿Entonces? -señalé el instrumento musical.
-No es mía. Pero toco un poco y tomo muy pocas fotos.
Dan de alguna manera siempre sabía lo que iba a preguntarle.
-¿Es tu familia? - yo señalaba una de sus fotos.
-Si, mi padre Manuel, mi mamá Sofía y mi hermana mayor Jess.
-Tu hermana es muy bonita, al igual que tu madre.
-¿De dónde crees que saque esta hermosa cara? -Dan se apuntaba al rostro.
No contesté. Seguía viendo sus «pocas fotos» y en un momento una luz me hizo parpadear.
-¡JA! Que fácil - Dan miraba su cámara la cuál tenía en las manos.
-¡Borra eso! -traté de quitársela.
-¡Nunca! -se puso la cámara en la espalda.
Creó que me había acercado mucho a él porque ya podía oler el aroma de su chamarra.
-¿Quieres que la borré? -Dan era un burlón de primera.
-¡Si! -ya estaba manoseando, parecía una niña chiquita.
-Tendras que darme algo... -Dan puso la cámara fuera de mi alcance.
-¿En serio? -ya había hecho una mueca, si que era una niña chiquita.
Me dirigí hacía la puerta, el jaló mi brazo derecho, tanto que lo único que faltaba de unir entre nosotros eran los labios.
-¿Te quieres ir? -Dan miraba mis ojos, después bajó a mis labios, yo mordi de ellos.
Sus manos ya estaban en mi cintura, en ese momento era muy obvio el deseo que sentíamos.
-¿Te gusto? -apretó aún más su cuerpo con el mío.
-Es muy pronto... -¡que estaba diciendo!
-¡Vamos! Al ver a una persona la primera vez lo sabes -¿Se supone que así es?
Mis manos rodearon su cuello. ¡Mierda estoy en un lío!
No faltó mucho para que él acercará sus labios a los míos. Era lindo el masaje que se forma con nuestras lenguas unidas, la sincronización era perfecta.
Sus manos libres por mi espalda.
Mi mano izquierda jalaba de ese hermoso cabello. Ya faltaba aire para porder respirar, pero ninguno quería despegarse. Coloqué mis manos de nuevo en su cuello, me alejé un poco, sus manos de nuevo en el sitio inicial. Pase mi lengua por mis labios ya hinchados, acomodé su cabello como me acordaba que estaba.-Esto... Aún no conocemos mucho de cada uno -traté de no ver sus brillantes ojos.
-Los errores son los que mejor sabemos hacer los mortales -Dan alzó mi cara.
Me separé lo suficiente de él, agarré mi mochila y de nuevo me encontraba hacía la puerta.
Él corrió hacía ella, la cerró y se puso en frente.
Acomodó su hermoso cabello, yo coloqué todo mi cabello en mi hombro derecho.-¡Joder! No puedo contigo, eres realmente fastidiosa -se acercó a mí y me empujó hacía donde el estaba recargado antes.
Sus manos se encontraban en mis mejillas, las mías en su pecho.
-¡No! Vamos aléjate -mis ojos miraban su cuello.
-Ambos sabemos que no quieres eso -Dan.
Mierda, tenía razón.
-Que débil soy -y así será siempre.
Y de nuevo empezaba la función, esta vez tiró las fotos y una bandeja. Me subió a la mesa.
Mis piernas se encontraban en su cintura, este beso fue muy lento.
Me cargo, nos llevó hasta una silla de escritorio, esas con rueditas.
Su chamarra ya se encontraba en el suelo junto con mi mochila.
Nos separamos pero aún estábamos en la silla, yo encima de él.-En verdad me gustas -susurró mientras tocaba mi cabello.
Yo trataba de jugar con la camisa azul que llevaba.
-Gustar es un concepto fuerte, quizás te atraigo -dije con la mirada agachada.
-Al final, yo soy el que siente esto...
ESTÁS LEYENDO
Para mi, tu y yo, siempre.
Teen Fiction~ «Tienes que ser para mi porque seremos tu y yo por siempre» ~ Puede que te gusten varias personas, el problema es que no puedes estar con todas. Sam llega a una nueva ciudad. La confusión la invade al conocer a algunas personas y reencontrarse co...