CAPITULO I

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Siempre me he preguntado ¿cómo podemos encontrar la verdadera felicidad? y si la encontramos ¿cómo podremos reconocerla?. Lo que yo creo, es que la felicidad viene como consecuencia del éxito, y si es así solo siendo alguien exitoso se puede lograr a ser verdaderamente feliz. 

Mi nombre es Lauren Jauregui,  y me encuentro en la desesperada búsqueda de mi felicidad.

Soy una estudiante universitaria, me encuentro en mi ultimo año cursando la carrera de informática. Es una de las carreras en mayor crecimiento y que proporciona mayor ganancias. Mi actual sueño es ser una persona muy exitosa, tener una gran economía, una buena posición social y en algún punto formar una familia (Aunque eso es lo que menos me importa en este momento) y al lograr todo esto poder alcanzar la felicidad.

Me considero una persona muy exigente conmigo misma y en ocasiones con los que me rodean. Esto es algo que me ha traído muchos problemas al momento de hacer amigos, aunque tengo pocos se que son verdaderos, principalmente mi mejor amiga Normani Kordei (yo le digo Mani), aunque a veces pueda llegar a ser una mierda de persona ella siempre ha estado a mi lado, la adoro y le agradezco mucho por eso.

Vivo sola en un apartamento cerca de la universidad, al terminar las clases de la mañana me dirijo a mi trabajo de medio tiempo, y a las 8 de la noche vuelvo a mi casa para hacer los deberes y a las 11 me voy a dormir. Esta ha sido mi forma de vida el ultimo año y medio.

El día de hoy igual que siempre me despierto a las siete de la mañana para a las nueve estar ya en la Uni. Mi desayuno son unas tostadas francesas, en verdad LAS AMO con el alma, el problema es que sin darme cuenta uno de los huevos en los que remoje el pan estaba podrido, y soy tan inteligente que me comí  la mitad del pan pensando en el interesante sabor que tiene... genial.

No le quise hacer mucho caso, después de todo raramente me enfermo, sin pensarlo mucho a las ocho salí del edificio y como siempre marco el número de Mani para avisarle que espere en la parada de autobuses para irnos juntas a la Uni. El teléfono repica unas cinco veces hasta que me contesta, y fingiendo una voz de molestia le digo -Que velocidad la tuya para contestarle a tu "mejor amiga", gracias por tu interés por mi.- inmediatamente escucho una carcajada al otro lado de la linea y luego de una fuerte exhalación de aire Mani me contesta  -Pero si te duele tanto ponte una curita en esa herida. ¿Por donde vienes?- entre risas le respondo -Estoy a diez minutos, ve bajando.- luego de un "Ok" por su parte cuelgo la llamada y sigo caminando.

Al llegar a la parada note que Normani aun no llegaba, me senté en  la butaca a esperarla. Comenzaron a pasar los minutos poco a poco se fueron haciendo las ocho y veinte, ocho y media, ocho y cuarenta... ¡y Mani sigue sin venir! Maldición, estoy llamando a su teléfono y no contesta, genial, tendré que irme sola. A penas al llegar el siguiente autobús me subo en el, esta muy lleno, no hay donde sentarse así que me quedo parada cerca de la puerta. Ya solo quedan menos de diez minutos para que empiecen las clases, en la siguiente parada del bus para que las personas puedan bajar tengo que bajarme un momento y luego volver a subir, pero al bajar el ultimo pasajero el autobús arranco sin mi, hoy parece ser que el Dios de la fortuna me bendijo. 

Ya no hay tiempo para tomar otro bus y la universidad debe quedar a unos 15 minutos si camino rápido,  sin dudar dos veces comienzo a caminar. A duras penas logré llegar a la clase, para mi suerte el profesor aún no llega, me dirijo a mi asiento y me siento en el. No se si es porque estuve tan concentrada en llegar a tiempo que no me di cuenta pero apenas me senté mi cabeza comenzó a dar vueltas y unas nauseas descomunales se apoderaron de mi. Antes de que la clase comenzara arranque a correr hacia los baños, al final ese huevo si había hecho lo suyo. Al llegar a la puerta de los baños una chica bajita y de cabello largo iba saliendo de ellos, no pude aguantarlo más, tenia que expulsarlo, pobre de ella, vomite su camisa... Muerta de la verguenza y con los ojos llorosos trato de disculparme -Oye.. en verdad lo siento. Yo.. comí algo que me calló mal, te comprare una nueva camisa, en verdad perdón...- esperé algún grito o insulto por su parte, entonces ella comenzó a hablar -No deberías salir de tu casa si te sientes mal, ven, tengo algunas pastillas para el malestar. Y no me hace falta que me repongas la camisa, solo es algo material de poco valor para mi.- y entregándome las pastillas se cambió la camisa por la chamarra que tenía amarrada en la cintura, luego de una leve sonrisa se marchó. Por alguna razón que no entiendo su simpleza con la que trato el asunto me pareció extrañamente hermosa. Quiero conocer más de ella..


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⏰ Última actualización: Feb 16, 2017 ⏰

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