Capítulo 13

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Octubre 8, 2009

6:34 p.m.

Acabo de regresar del psicólogo. Hoy él me dijo que no podía escribir durante la sesión. Ese fue su tonto intento para que yo hablara. Esto de escribir fue su idea y ahora me prohíbe hacerlo. ¿Qué mierda le pasa? En fin. Tal vez me este acercando a Alex. Tal vez ella al fin está bajando la guardia, permitiéndome entrar a su vida y a esa parte oscura donde guarda todos sus secretos.

Por la mañana, cuando llegué a la escuela después de caminar diez calles, Audrey fue directo hacia mí. Ella sonreía como si lo mejor hubiese pasado, o en su caso la peor desgracia hubiera pasado a alguien.

—Niall, ¿qué le hiciste a Alex? —Ella preguntó pasando su brazo por mis hombros y poniéndose de puntas para estar a mi altura.

—¿Por qué lo preguntas?

—Ha estado actuando extraño desde el desayuno,

Fruncí el ceño. ¿Tanto le había afectado lo de ayer?

—Algo le hice, pero no creí que le afectaría tanto —me excusé.

—Pues debo felicitarte —ella rió, me palmeó la espalda y luego se dirigió a donde los demás se encontraban.

Eché un rápido vistazo y me percaté de que Alex no estaba allí, Fruncí los labios. Me acomodé a mochila en el hombro derecho y entré al edificio. Rápidamente saqué mis cosas de mi casillero y me dirigía a clase de biología. Tenía esa clase con Alex. Ella estaba sentada en la misma mesa de la clase anterior. En biología no se podían cambiar lugares así que tendría que sentarme con ella por el resto de este año escolar.

Ella tenía su cabeza apoyada en la mesa mientras miraba hacia la nada. Yo suspiré y me senté junto a ella. Alex no hizo ningún movimiento. Yo tomé un mechón de su cabello y lo enredé en mi dedo. Ella no hizo nada para liberarse de mí y eso me pareció extraño.

—Hey —la llamé y ella volteó a verme.

—Creí que no querías sentarte conmigo —ella dijo.

—No tengo otra opción. ¿Qué te pasa? —Le pregunté y ella solo cerró los ojos.

Me di cuenta de que círculos morados rodeaban sus ojos, signo de una mala noche de sueño. Su cabello era suave, yo había estado jugando con el mechón sin darme cuenta. Solté su cabello.

—¿No vas a hablarme? —Pregunté.

Ella abrió ojos y me miró. Sus ojos cafés me miraban con intensidad.

—¿Qué quieres que te diga? —Ella preguntó en un susurro.

—Quiero que me digas por qué actúas tan raro.

—He estado aquí durante casi dos semanas, no me conoces lo suficiente como para saber si estoy actuando raro —dijo.

—Bueno, te he visto en ropa interior. Creo que te conozco lo suficiente —susurré alzando las cejas un par de veces. Ella sonrió levemente.

—No quiero hablar de eso —dijo.

Todos empezaron a entrar al salón de clases. Yo hice una mueca. Tendría que continuar la conversación en otro momento. Ella se sentó derecha y sacó sus libros.

Alex siguió comportándose extraño durante el resto del día. Durante el almuerzo ella casi no comió y en el resto de las clases estuvo distraída y perdida en sus pensamientos. Hacía garabatos en su cuaderno. Traté de molestarla, pero parecía que nada la perturbaba. Era como si todo el día se hubiera tornado gris. Ella ya no tenía ese brillo en los ojos. Era como si una nube gris estuviera encima de su cabeza.

The True Happiness (Versión en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora