Capítulo LXII

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La situación para Amy se estaba saliendo de control, no sólo tenía ya a guardias rodeando el perímetro de la ciudad, sino, ahora tenia a la Maga real enfrente de ella diciendo el nombre del espíritu heredado de su madre y con la determinación de capturarla.

Amy: ¿Lo sabéis?

Merlina: ¡Claro que lo sé! Sabéis quien soy, mis capacidades y mis poderes que sobrepasan a la naturaleza; no debes intentar huir, Amy, no te servirá de nada querer abandonar las tierras de Kamelot siendo una maga aprendiz.

Amy: Por lo que veo conocéis más de lo que creía, ¿Nimue? ¿Cómo conocéis ese nombre?

Merlina giró su bastón provocando un vórtice alrededor de ambas; Amy retrocedió asombrada pero de pronto se hallaba ya en un domo de colores azulados que asemejaban a un mar rabioso girando entorno a una circunferencia cerca de ellas... Distintas imágenes que podían representar la historia de Kamelot y de como es que El Rey Arthur llegó a esas tierras, la forma en la que derrotó al falso Rey y liberó las teniblas del Reino...Amy miraba atonita todas esas escenas que aparecían y se desvanecían en el domo.

—Es la historia de estas tierras— afirmó —todavia no nacías...aunque tu madre estaba apunto de parirte. —Giró su cabeza la pelirosa para mirar con detenimiento a Merlina. Las imágenes continuaban cambiando, hasta el punto donde una sola a su costado izquierdo le mostraban a ella y su madre.

Merlina: ¿Sabias de la existencia de tu tía?

Amy: La hermana de mi mamá vivía conmigo, estuvo cuidando como si fuera mi madre durante mi crecimiento.

Merlina: Vaya, no lo sabia, pero... ¿Tú sabias que tu madre tenía otra hermana?

La eriza quedó asombrada, no conocía a aquella otra tía (suponiendo que era verdad) y si realmente existió, ¿donde se hallaba?

—Tal y como lo aseguré — giró otra vez su bastón, ahora mostrando en tonos lilas y morados el domo —Tú abuela parió a dos erizas muy nobles y luchadoras y, le dejaron en la puerta de su choza a una niña humana nada compatible con sus hijas salidas del vientre...; las tres infantes, hijas, eran incoparables, muy diferentes entre sí en cuanto a ideales; una, quería llegar a ser tan poderosa como su madre y no quedarse en un vil pueblo siendo curandera, ella quería ser tan reconocida como para llegar a ser la maga real...

Tú...— expulsó anonadada y con los ojos más que abiertos, paralizada, Amy observando las imágenes de su madre junto a su tía y una niña pequeña que no había conocido jamas hasta que se dio cuenta del parecido asombroso con Merlina...definitivamente estaba flipando.

Merlina: vuestra abuela murió sin antes dejar en claro que una de nosotras tendría su espíritu de maga, no debía ser yo, pues no era de su sangre y eso era inaceptable para ella y para todos...pero tu madre, vaya que decidió dejar a Nimue en manos de alguien que no pensaba en superarse, energía tan poderosa debía darse a conocer.

No podía, por mas que intentara expulsar mínimo una queja esta no salia de sus labios. Las imágenes volvieron a cambiar y las diferentes
Secuencias y recuerdos de Amy comenzaron a florecer; veía a su madre despedirce de su abuela y con un bebé entre brazos, esa era ella, la nueva eriza rosada heredera.

Merlina: No podía seguir ahí. No lograría nada si me mantenía con alguien que no me valoraba...quería a Nimue en mí, pero hasta ella misma en alma me rechazó, no podía ser la elegida por mis deseos de poder; al final sólo importa eso, porque yo estoy con Arthur y vos está a punto de ser asesinada. Nadie sabia lo que hacia más que yo, logré sobrepasar los dotes mágicos de cualquiera y sin necesidad de un espíritu como el que ahora portais, pero no dejaré que vengas a sobre poner tus dotes frente a los mios, me encargaré de que seas borrada del reino como plebeya rebelde y yo siga siendo la maga real.

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora