Capitulo 48 - Rencor.

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Mamá y papá. Ambos, están aquí.

Entran en la estancia y nos miran haciendo expresiones diferentes. Mi madre nos dedico una mirada coqueta que al final se vuelve triste; Mientras que mi padre se limito a fruncir los labios.

- Hija... - susurra mi madre y su voz se corta ligeramente. ¿Por que? Ni idea. La siguiente acción fue la que me descoloco mas, corrió a mi encuentro y me envolvió en sus brazos.

Escuche un sollozo casi mudo proveniente de ella y me y me confundí aun mas. ¿Estaba llorando? ¿Que le pasaba?

- ¿Mamá...?

Le separe de mi, y efectivamente estaba llorando. Una lagrima resbalo por su mejilla, dejándola en evidencia.

- ¿Mamá qué sucede? ¿Por qué lloras? - pregunte esta vez con mas urgencia.

Ella se da cuenta de las lagrimas que surcan su rostro y las limpia rápidamente. Cierra los ojos, y respira tratando de serenarse. Al abrir sus ojos nuevamente, están hinchados y enrojecidos. Aguanta las ganas de llorar; y sonríe.

- Nada hija. - su sonrisa es lastimera. - Solo... - le dedica una mirada a mi padre y así se queda, solo observándolo.

Keith y yo nos miramos. Estoy confundida. ¿Qué esta pasando?

Giro la vista a mi padre y el niega con la cabeza en dirección a mi madre. No entiendo. Ese acto mudo termina por frustrarme.

- Papa ¿Qué esta pasando? ¿Por qué llora mamá? - le hablo a mi padre con urgencia en la voz. Me urge saber.

- Hija... - comienza a hablar, pero lo conozco tanto que sé qué va a esquivar el tema.

- ¡No! Dime. - le interrumpo, firme. - dime papá, ¿Qué esta pasando?

Otro sollozo se escapa de los labios de mi madre. Siento los brazos de Keith rodearme por la espalda.

- Hija... no... no pasa nada. - me dedica una falsa sonrisa. - Es solo que tu madre tiene los nervios... alterados. Es todo.

Falso.

- ¿Nervios alterados? Mentira. ¿Por qué habría de tenerlos? ¡¿Qué demonios esta pasando?! ¡Nadie en esta puta mierda me dice algo! - levanto la voz. Poco a poco me voy alterando mas, cada vez mas.

- ¡Lauren! - me reprende con voz autoritaria. - Cuida tu vocabulario.

- ¡Maldición! ¡A mi me importa un rábano en este instante mi vocabulario! ¡¿A mi lo que me interesa ahora es saber qué  demonios pasa aquí?!

Mi padre rueda los ojos y exhala frustrado. Mira hacia ambos lados, buscando alguna excusa.

- Hija, son... son solo cosas de la empresa. 

- ¡Maldición ustedes creen que soy estúpida! - paso las manos por mi cabello y me suelto del abrazo de Keith. - Tengo presente que no hay ningún problema con la empresa, padre. - El rostro de mi padre cambia a mil y un colores; Y sigo soltando todo. - Sé que todo esto es solo una mentira... ¿Y con el fin de qué? - estoy perdiendo el control, lloro, y el nudo en mi garganta se empieza a formar.

Ninguna voz se escucha en el salón. Silencio. Mi padre se ha quedado mudo, no sabe cómo reaccionar, qué decir. Nada, silencio. Los únicos ruidos que se escuchan en el salón son los sollozos mudos de mi madre y mi respiración agitada. Mi padre mira al suelo, y Keith trata de tranquilizarme con abrazos y palabras bonitas al oído, palabras que no escucho por la furia.

- ¿Papá por qué mi madre llora? - una vez mas calmada me atrevo a preguntar nuevamente.

Mi padre no se toma la molestia ni de alzar la mirada. En vez de eso, mi madre es la que toma la palabra... Y me habla.

Inquilino♡. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora