Capítulo 1

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Me resigné a recorrer la pesadilla que yo mismo había creado. Es cierto, aún estaba confundido. Dolía pensar que hace apenas un par de días atrás todavía contaba con una identidad con la que recorrer estas familiares calles, y que ahora ni ellas me recordaban.

Tenía miedo. Por primera vez en años, tenía miedo. ¡Lo había perdido todo! Y la culpa no era de nadie más que mía. Me sentía completamente solo, desesperado, abandonado... y sin rumbo. Muchas veces, desde mi cómoda realidad, observé a los vagabundos con una total indiferencia. Por las tardes, cuando el sol apenas se escondía, me encontraba con algunos durmiendo en las bancas de la plaza. Nunca me detuve a pensar qué los llevaba a sumirse por completo en las drogas o el alcohol o simplemente el sueño, pero ahora lo sé: un humano sin ambiciones, sin proyectos, sin un compromiso al que acudir a la mañana siguiente, es un humano vacío. Te recuestas sobre la húmeda hierba de algún parque y piensas: ¿qué haré mañana? ¿Desayunaré? No, no hay dinero para eso. ¡Ah, ya se! Me ducharé, tampoco. ¡Visitaré a mi familia, a mi novia! Ni lo pienses, Alex. Ya no te queda nadie. Este soy yo. Un hombre desdichado que, en un simple arrebato de año nuevo, decidió tirar todo a la basura y jugar a ser invisible.

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