Era un bello día de primavera, una camioneta conducia tranquilamente por un sendero de tierra entre unos prados tambaleándose a causa de la inestabilidad del suelo, y el que más detestaba el viaje era cierto cerdito que iba en la parte de atras golpeandose una y otra vez contra las paredes de la camioneta.
¡Su día no podía estar peor!
Primero lo separaron de su madre y hermanos para despues llevarlo a un lugar en donde lo subastaron, fue realmente triste y ahora se dirigía a quien sabe donde.y al cabo de un rato, la camioneta frenó y el pequeño cerdito agradeció a que el suplicio por fin terminara. El humano que lo llevó consigo lo sujetó con cuidado de no lastimarlo y lo dejó en el suelo, y en cuanto sus patitas tocaron el suelo salió corriendo a esconderse en unos arbustos que se encontraban cerca. El humano rio levemente por la actitud del cerdito y se devolvió a la camioneta y de ella sacó un un pequeño gatito amarillo atigrado que maullaba y se retorsia en sus manos intentando escapar.
-¡Lilia ya volví y te traje un regalo! -gritó el humano entrando a la casa.
-¡Ni creas que te perdonare Yakov!
Una vez estando solo, el cerdito salió de su escondite, una gallina que caminaba por ahí se le acercó.
-¡Hola pequeño! ¿Cómo te llamas? -pregunto curiosa.
-M-mi madre solía llamarme Y-yuuri - respondió tartamudeando, de todos sus hermanos y hermanas el siempre fue el más tímido.
-Bueno Yuuri, bienvenido a la granja - dijo la gallina para después marcharse. De la casa salieron dos humanos; la mujer se aceró a él y lo tomó en brazos para examinarlo minuseosamente.
-Aún es muy pequeño y delgado, espero que para invierno ya haya engordado -dijo la humana para después entregárselo a su marido y adentrarse nuevamente a la casa.
El humano lo llevo al granero y lo dejo junto a otros animales.
-Bienvenido a tu nuevo hogar -dijo y se marcho.
-¡Hola pequeño! - dijo una voz a sus espaldas, era una vaca, por instinto, se escondió en una pila de paja asustado -¡Oh! Lo siento pequeño no fue mi intención el asustarte.
-¡Venga sal de ahí! -dijo una oveja, pero el se rehusó a salir, a diferencia de la gallina aquellas criaturas eran más grandes que él y eso le infudia miedo.
-¡Oye cerdo! ¡No seas cobarde y sal! - dijo una voz infantil pero demandante. Curioso, el cerdito se asomó de su escondite de paja, era ese pequeño gatito que lo miraba de forma intimidante, pero para ser sinceros, el gato no asustaba ni a un ratón- ¿Cuál es tu nombre?
-Y-yuuri - contestó tímidamente.
-¿¡AAH!? ¿¡Te llamas igual que yo!? El nombre que me otorgaron los humanos fue Yuri - respondió el gatito orgulloso de su nuevo nombre.
-Que confuso... de ahora en adelante te llamaremos "Yurio" -dijo una yegua dirijiendose al pequeño gato.
-¡¿¡AAAAAH!?! - gritó indignado el minino.
Todos en el Granero estallaron de risas ante la situación, contagiado al cerdito, sacándole una sonrisa. Tal vez su nuevo hogar no era tan malo.
La puerta del granero se abrió y entró un perro negro con mirada seria y muy intimidante para el pequeño cerdito.
-Mi nombre es Otabek y soy el encargado de la seguridad de la granja - se presentó el perro- Ustedes dos son los nuevos ¿cierto?
Tanto el gatito como el cerdito asintieron.
-Bien, vengo a decirles las reglas de la granja, la primera: solo perros y gatos pueden entrar a la casa, la segunda: ningún animal puede alejarse de los límites de la granja, y la ultima: una vez que el sol se empiece a ocultar todos tienen que estar adentro del granero.
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Quiero ver la nieve
Fanfiction"Nunca le hables al lobo y ni se te ocurra acercarte a él ", todos en la granja le decían lo mismo. Y sin embargo el carismático lobo blanco siempre se le acercaba a la cerca a hablarle. -¡Vamos cerdito acercate! No tengas miedo solo quiero jugar co...