capítulo 14

504 5 0
                                    

ERASE UNA VEZ MATEO 
14

Si pudieras ir al pasado y decirle algo a tu "yo" de hace 5 años ¿Qué sería? ¿le darías un consejo? ¿una advertencia? ¿lo felicitarías? 
Personalmente yo le diría "se fuerte" esas palabras las necesitaría en varias ocasiones. A veces necesitamos que alguien nos diga lo que ya sabemos y no es porque seamos débiles o porque lo olvidemos así como si nada, no es porque seamos tontos, es porque somos humanos y lo necesitamos, somos frágiles por naturaleza y una palabra de aliento nos hace recuperar fuerza. 

aquella noche volví tarde a casa, pero mis padres no se dieron cuenta y Timoteo no iba a decir nada, era un buen chico, a veces  él sabía entenderme mejor que mis propios padres, aun siendo un niño y era maravilloso. Desde el día en que salió del vientre de mi madre con unos ojos grandes y curiosos, viendo a todo el personal y sin llorar, supimos que sería un niño especial. <<alguien tenía que sacar los buenos genes de la familia, lo poco que hay>> 

En mi habitación nada había cambiado, parecía que jamás había sido abandonada, las sabanas un poco desordenadas, mi portátil encima aun esperando por mi, las lucecitas que colgaban de la cabecera tintineaban en distinto orden, como todas las noches, mi ropa sucia estaba amontonada en una silla con la promesa de ser lavada el día siguiente <<y esa promesa la mantenía desde hacía mas o menos 2 semanas y sabía que no se iba a cumplir mientras aun tuviese ropa limpia>>  mis libros seguían en sus estantes, el plato con cereal e hacía dos noches seguía en el mismo lugar en que lo abandone, y mi gato seguía dormido en mi escritorio. Todo estaba igual, excepto yo. Regrese de aquel encuentro maravilloso sintiendo que estuve ausente años, siendo una Natalia distinta, pero eso mi cuarto no parecía notarlo, y eso me causaba emociones encontradas, como cuando un adulto vuelve a su habitación de niño y su madre lo conservó todo exactamente como lo dejo, esa nostalgia y ganas de llorar sin razón que se asoman, bueno algo así estaba yo <<un aplauso para Natalia y sus increíbles comparaciones!!>>
-Que harás con las flores? - la voz de Timoteo asomado por la puerta me asustó - si mamá y papá las ven comenzaran a hacer preguntas. 
-Mierda – me cubrí la boca, acababa de decir una mala palabra frente a mi hermanito que horrible ejemplo de hermana mayor
-Mamá lo dice todo el tiempo, descuida - calmó mi conciencia
-Menos mal... creo – como debía reaccionar? <<de vuelta al tema Natalia! Las flores>> - a cierto! Que voy a hacer? Son demasiadas... - me comencé a morder las uñas 
-Puedes dejarlas aquí en tu cuarto, ellos nunca entran aquí - se asomó por la ventana admirando la obra maestra del gran Mateo – a la siguiente dile a tu novio que con chocolates basta 
<<mi novio... mi novio>> la piel se me erizó y un sentimiento de miles de gusanos en mi estomago me invadió <<a esto llaman mariposas en el estomago?>> 
-Me ayudas? A meterlas aquí... - salí del cuarto y Timoteo tras de mi.

Perdimos una hora al menos de nuestro tiempo acarreando macetas de Baby breath del jardín hasta mi habitación, que terminó luciendo mas como un jardín blanco  <<querías que se viera diferente? ahí lo tienes>>  le di a Timoteo las gracias, un enorme abrazo y $10.00 dlls, porque aunque fuese un niño increíblemente bueno, no era idiota y no iba a hacer todo eso gratis. 
Mis padres dieron muestra de vida hasta las 12:00PM y eso para mi fue un alivio, agradecía por primera vez que tuvieran sueño pesado. Y la tarde transcurrió de lo mas tranquila, con uno que otro comentario "huele a flores frescas?" Preguntaba mamá. "debes ser tu mami, siempre hueles así al despertar"  el gran Timoteo sabía como salir del tema y de paso dejar a mamá un gran –owww-. 
Luego mamá llamó a su amiga quien me dio el trabajo de inmediato, dijo que podía comenzar el día siguiente. Así que ahora también era una Natalia con empleo, buen comienzo para una nueva vida no?  Estaba feliz, quería contárselo a alguien... <<tu novio>> la palabra resonó en mi cabeza provocándome una sonrisa inevitable, como cuando escuchas el nombre de la persona que te gusta, no puedes evitar sonreír o si? Aunque te  de la sensación de parecer idiota no puedes dejar de hacerlo, te ha pasado? Bueno, eso mismo me ocurría entonces. 
Corrí a mi habitación o jardín, no sabía como denominar aquel lugar lleno de flores dejando apenas espacio para mi cama, y tomé mi celular y fui a donde estaba el nombre de Mateo en mis contactos.
-Debería agregar un corazón a su nombre? - me sentí estúpida al preguntarme eso, pero de todos modos lo puse. Y llamé. Mientras la bocina sonaba el tono de espera mi corazón latía fuerte, ¿porque me ponía de esa manera? Era Mateo, el mismo Mateo que veía y con quien hablaba todos los días ¿Qué lo hacía tan especial ahora? <<que ahora es tu Mateo, TUYO? Tal vez eso puede ser genio>> 
[hola?] ahí estaba su voz del otro lado del teléfono
-Hola... - entré en pánico sin saber que mas decir 
[que tal preciosa] mi cara comenzó a arder en un tono rojo y quise esconderla <<él no te ve idiota>> [no ha pasado ni un día y ya extrañas mi voz? Eso es muy dulce, ahora dime como puedo ayudar a mi bella novia?] la cara puede ponerse mas roja cuando estas muy apenada?  que color le seguía? Yo lo estaba descubriendo, pues escucharlo llamarme "su novia" me hacía sentir demasiado apenada, y feliz al mismo tiempo. 
-Conseguí el empleo y comienzo mañana - fui al grano con una voz un poco mecánica
[que romántica eres Natalia] escuche como trataba de disimular su risa [eso me gusta de ti]
-Lo siento... - que mas podía decir? Como debía tomar sus palabras?
[no, no, eso esta bien Natalia, eres perfecta de los pies a la cabeza y me encanta cuando me lo recuerdas]  hacía mucho que no escuchaba esas palabras, Luis solía decirme eso al principio "eres perfecta" una y otra vez, me preguntaba si era verdad. [y de que es tu nuevo trabajo?] volvió a romper el silencio en el que me había hundido por unos segundos 
-Mesera... voy a ser mesera – por alguna razón mi voz sonaba distraída y él podía notarlo
[que le parece señorita mesera, si se pone bonita y salimos a celebrarlo? ]
-Me encanta la idea... - sonreí de nuevo 
[muy bien, te veo afuera de tu casa en un minuto] no dijo mas y colgó el teléfono. 

<<Un minuto son 60 segundos, 60 segundos es mucho tiempo, no quiero esperar tanto>> <<que egoísta eres Natalia>> 
Conseguí encontrar ropa bonita entre todas esas flores que cubrían mi guardarropa que ahora olía  flores frescas << ya no necesito perfume>> estaba preocupada de no lucir muy arreglada pero tampoco muy sencilla. ¿has tenido una cita con una persona muy importante? ¿No te ocurre que te haces miles de preguntas, te imaginas miles de situaciones e intentas llevar algo que encaje con ello? Porque uno nunca sabe lo que pasará, pudiese ser que fuésemos a nadar con delfines, a una cena romántica en un lugar carísimo, a escalar una montaña,  a dar una vuelta en el parque, ¿Cómo consigues algo que encaje con todas esas posibilidades? imaginar el atuendo me hizo soltar una carcajada.  
Entonces trate de recordar la ultima vez que me ponía así por un muchacho, ni siquiera Luis me hacía actuar de esa manera, me alegraba experimentar aquellas cosas por primera vez con Mateo. Yo aun no lo sabía, pero Mateo sería el sueño de muchas primeras experiencias. Fui feliz. 

Al final me decidí por un vestido corto blanco y con pequeños dibujos de flores, medias negras y botas negras, mi cabello lo recogí en una coleta pues no se me ocurría que mas hacer, no era femenina como Catalina y Carmen <<las chicas!!! No les he contado! Tienen que saber!! Ah ya quiero ver la cara que harán cuando se enteren>> apostaba que gritarían y saltarían por todos lados. Imaginarlo nada mas me hacía emocionarme. 
no terminaba de imaginar la escena cuando una piedrita golpeo mi ventana, mi corazón dio un salto adivinando quien era. Me asomé y vi a mi brillante príncipe, lucía tan guapo y desordenado como solo él sabía hacerlo. Corrí escaleras abajo diciendo a mamá que iría con las chicas. 
-Suerte! Salúdalas de mi parte – se limitó a contestar desde la cocina y papá ni siquiera apartó la mirada de su periódico. Por primera vez en mi vida agradecí su poco interés en mi.  
Salí de casa y fui a los brazos de aquel chico, hice lo que había querido hacer tantas veces atrás, lo abracé, tenía todo el derecho de hacerlo. 
-También me alegra verte - reía mientras me apartaba un poco de él - lista para irnos?
-Lista - sonreí ansiosa mientras buscaba con la mirada su auto, o su bicicleta aunque fuera. No, no había nada.  - en que nos iremos?
-Ayer me di cuenta de que eres una materialista, así que te llevare en autobús, ninguna novia mía va a quererme por ser su transporte – no pude evitar reírme. Su voz era sería pero juguetona a la vez 
-Entonces para que tengo novio? - seguí su juego 
-Para muchas cosas, unas apropiadas y otras no tanto 
-Mateo! - lo regañé ¿Qué quería decir?
-Es broma! Es solo que hoy quería que conociéramos la ciudad a pie, te daré un tour personalizado - tomó mi mano y comenzamos a caminar. Él hablaba de tantas cosas, me contaba datos curiosos de cada lugar, apostaba que mucho de eso era inventado, pero aun así lo creí porque era Mateo quien lo decía. 
Miré nuestras manos entrelazadas y un sentimiento familiar y reconfortante me invadió, algo dentro de mi se sentía en casa, porque por alguna razón ya sabía que ahí a su lado era donde pertenecía. En ese momento Mateo era libre, en ese momento pude ver un poco el mundo como él lo hacía, en ese momento me sentí mas cerca de su corazón, en ese momento fuimos felices.

Estuvimos en al menos tres parques, una playa vacía solo para nosotros, en muchas tiendas de regalos, dos librerías, un restaurante y un museo. Todo tenía una historia, una explicación una razón,  y pude ver todo de una forma distinta. Mateo me lo enseño todo, por ejemplo, ¿te has dado cuenta que la espuma de las olas del mar parecen pequeños caballos? Cabalgando a toda velocidad hasta la orilla. O que los arboles mas fuertes son los mas viejos pero aun así son fáciles de lastimar,  que las librerías son hogar de gente en busca de respuestas, gente con historias complejas, Mateo y yo pasamos al menos una hora adivinando cual era la historia de cada persona, o inventándoles alguna. 
No era una cita normal, no era como lo había imaginado, y es que Mateo no era un novio común, Mateo no se conformaba con impresionar o consentir, Mateo iba mas allá, él dejaba lecciones, lecciones que te dejarían pensando aun cuando fueses a dormir y que te harían cambiar la forma de ver las cosas.  Mateo sabía como dejar una marca en la vida, de esas que no se borran ni con el tiempo. 

-Muy bien entonces, si te cabe en la boca completo, es gratis? - me reía de sus lecciones en el restaurante
-Jamás he sido fan de pagar por algo que no dura mas de tres minutos en mi mesa 
-Pues no es culpa del establecimiento que tengas un apetito voraz – no podía dejar de sonreír 
-tienes un buen punto ahí, Natalia gana esta ronda – se llevó un bocado de hamburguesa a su boca sin cuidado alguno. - pero no la guerra
-te crees muy listo ha? - alcé una ceja 
-Yo SOY muy listo estimada Natalia, tengo el control de todo - ahí estaba mi Mateo fanfarrón 
-Eres muy engreído Mateo -  me crucé de brazos 
-Tómalo o déjalo - me gustaba cuando estaba tan seguro de si mismo, quería ser como Mateo. 
-Bueno, entonces... con permiso - me levante de la silla dispuesta a irme, haciéndolo creer que me iría en serio  
-Natalia NO - alzó demasiado la voz, tomó mi mano y todos nos miraron – Natalia no me dejes así nada mas... Natalia piensa en los niños!
Mi cara estallo de vergüenza, y terminamos saliendo ambos sin terminar la comida. Eso era nuevo, pero me hacía feliz la idea de que en esos momentos estábamos recolectando recuerdos, valiosos recuerdos para cuando alguno de los dos no estuviese, cuanto los íbamos a necesitar.
Detuvimos de repente mientras íbamos camino a mi casa para admirar el atardecer, el cielo estaba en tonos naranjas y lilas,  entonces Mateo decidió que era hora de nuestra primer foto juntos una foto que atesoraría por el resto de mi vida. Era distinta a las fotos que había tenido con Luis, esta vez era feliz y podías verlo en nuestros rostros. Recuerdo esos días con cariño. 

Calipso

Érase una vez Mateo. (By Calipso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora