capítulo 17

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ERASE UNA VEZ MATEO
17

A veces las cosas se salen un poco de los planes, a veces algo se te escapa y termina provocando el mejor plan de fin de semana, ¿como cuando se te olvida algo importante y lo haces a ultima hora? Termina saliendo mejor que como si lo hubieses planeado todo el mes. Por eso aprendí a aceptar las cosas como iban pasando, a no llorar demasiado o no sentirme culpable, porque al final de todo, uno nunca sabe si eso era lo que demandaba el momento y te espera un bien mayor. Aunque a veces duele, por mas que te digas a ti mismo que es lo que tenía que pasar, no deja de doler. Después de todo somos humanos no?

Ahí estábamos, las tres frente al espejo que abarcaba toda la puerta del closet de Cata, tomándonos cientos de fotografías, posando como divas, posteándolas  de inmediato en nuestros perfiles. En momentos como esos, con mis dos mejores y bastante chifladas amigas, no me importaba en absoluto parecer superficial, porque aunque no lo era, sentirme así de vez en cuando me gustaba, me hacía sentir mejor  -de vez en cuando no hace daño- repetía Carmen, quien era el ejemplo perfecto de que se puede ser vana, superficial, aventurera, intelectual, profunda y bellísima a la vez y es que todo tiene su tiempo y su momento, ese era nuestro momento. 

Un claxon nos desconcentró de las poses sensuales que hacíamos y cual adolescentes hormonales corrimos a la ventana, esperando ver a nuestra citas, ¡cual fue nuestra sorpresa! Casi nos íbamos de espaldas al ver estacionado afuera de la casa un carro convertible rojo, brillante y lujoso, jamás lo había visto ¿Qué hacían los muchachos montados en tremendo auto? 

-AH!!! - el grito de Cata nos despertó del lapso mental – al fin! Llegaremos al baile con clase – se apresuro a tomar su bolsa dando brinquitos de emoción 
-De donde sacaron eso?! Que riñón vendieron?! A que anciana asaltaron?! - lanzaba mis preguntas aun sin dar crédito a lo que vi – creen que se estén prostituyendo? 
-Pues muy bien les va – Carmen se burlo de mi, encendiendo el cigarrillo que tenía entre sus labios, lo hacía cuando estaba emocionada (o cualquier sentimiento fuerte que le diera, cualquier cosa era buen pretexto para fumar) 
-No me digas que tu príncipe no te ha contado nada? - Catalina soltó una carcajada abriéndonos la puerta de la habitación
-Parece que no – Carmen salió del cuarto 
-Que debería contarme? - salí tras ella 
-AY Natalia, mi cielo, no se si llamarlo inocencia o pendejes - Cata cerro su habitación y bajamos las tres por las enormes escaleras de aquella grande y lujosa casa de Catalina.
-Hablen ahora! - comenzaba a sentirme incomoda de que aparentemente ignoraba algo muy importante. Pero ellas solo se reían y se lanzaban miradas cómplices (a veces juraba que ellas eran mellizas y se hablaban con el pensamiento) 
-a ver Natalia, piensa un poquito – al fin Carmen soltó la sopa cuando salíamos de la casa para encontrarnos con los muchachos.– piensa en cierta cadena hotelera famosa llamada "Amaral Place" te suena? 
-ay por dios... - me paré en seco de la simple idea <<no puede ser posible... o si?>> 
-El bebé del señor Antuan Amaral esta ahí paradote en su auto, y te lo vas a coger de hecho – Catalina susurro en mi oído y junto a Carmen soltaron una carcajada y me dejaron atrás para subir al auto. 
Mateo Amaral, jamás creí que tuviese relación alguna con esa cadena de hoteles 5 estrellas, y es que no da la impresión de ser un niño rico. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿debía comentarlo con él? ¿actuaba normal? <<no seas tonta Natalia, actúa normal!>> 
cuando desperté de mis pensamientos, ahí estaba él, tan sencillo como siempre, su cabello alborotado y usando un tuxedo negro de moño, se veía bien en él, lo lucía con mucha naturalidad. Botó la colilla de un cigarrillo y la pisó, luego me ofreció una sonrisa coqueta y se acerco a mi. 
yo aun estaba algo confundida, no sabía como es que se debía actuar en situaciones como esas, es decir, claro que el echo de que Mateo tenga una familia adinerada no cambia nada, simplemente que me hería un poco que no me hubiese dicho nada, es decir, ¿creía que eso iba a afectar algo? 
<<pues si lo hace Natalia, ya no sabes ni como decirle hola>> 

-hola – dije de inmediato, con voz y mirada nerviosa 
-Te ves preciosa - tomó mis manos – parece que te han dicho algo horrible, estas bien? 
-Nada, tu, no nada - <<estupida Natalia, no lo eches a perder>> 
-jajaja la misma Natalia de siempre – me abrazó fuerte y yo disfrute ese abrazo – lista para irnos? 
-lista - sonreí 

Mateo conducía, Yo iba junto a él y los chicos iban atrás, música electrónica sonaba a todo volumen, las chicas bailando y alborotando su cabello, la capota del auto guardada, dejándonos expuestos a la noche y su brisa sabor a libertad. Esa noche iba a ser LA noche y todos lo sabíamos. Pocas veces ibamos de fiesta todos juntos y cuando ocurría cosas geniales pasaban.
-Entramos, lucimos hermosos, que nos envidien un rato y nos vamos - decía Carmen mientras se miraba con un pequeño espejo, arreglando su cabello
-Creí que nos quedaríamos hasta el final – la interrumpí 
-Cielo, este es tu primer baile escolar, tan pronto como llegues verás de lo que habla – Cata posó su mano sobre mi hombro, parecía muy segura
-Esas cosas son aburridas y horribles, los maestros intentan crear un ambiente divertido y "sano" - carmen hizo las comillas con sus dedos mientras daba su explicación – y cuando tratas de juntar ambas cosas, obtienes un baile horrible con niños buenos que se creen muy malos por quedarse despiertos hasta las 12 
-Comida asquerosa, nada de alcohol y niñas bonitas que se creen unas perras porque no le avisaron a papá que irían con un chico – Catalina continuó 
-odio en especial a esas niñas - Carmen seguía arreglando su cabello 
-lo se! Hacen que la gente le pierda el respeto a las verdaderas perras – Cata y Carmen de pronto entraron en su conversación personal 
-Entonces para que vamos? - las interrumpí 
-Porque mi cielo, estudiamos con esas personas, tenemos que hacer acto de presencia, que los maestros vean que participamos y nos "divertimos" 
-sino comenzaran a creer que somos alcohólicos, drogadictos, que nos acostamos con cualquiera y empezaran a llamar a nuestros padres – al fin Carmen soltó el espejo 
-pero técnicamente lo son – dije
-si, pero no queremos que los maestros lo sepan – dijeron ambas al unísono <<macabro>> 
-Mateo has favor de corromper esa mente tu o lo terminaremos de hacer nosotras – Cata golpe el asiento del chofer 
-ya me encargo de eso – Mateo solo sonrió y tomó mi mano. Lo miré y devolví el gesto. 

Llegamos al baile bastante rápido, era en un salón para eventos cerca de la escuela, por fuera parecía estar muy bien, la música sonaba como si fuese un antro, mucha gente iba entrando y hasta había un valet parking (el profesor de historia con chaleco dorado). Mateo cerro el capote del auto y se bajo para ayudarnos a salir <<tan dulce>>. Entregó las llaves al señor willies y entramos al baile. 
-cuídelo bien y se ganará buena propina – dijo Daniel guiñando el ojo mientras llevaba a Cata de la cintura. Ambos aguantaban la risa. 
-Daniel, pórtate bien – Mateo lo regañó 
-No es justo! Para nada justo! Porque yo debo estar sola y ustedes tienen pareja?!- se quejaba Carmen en el camino mientras todos reíamos - seamos honestos, soy la mas bonita y estoy sola? 
-Descuida Carmen, hay Daniel para dos – la tomó también de la cintura – seamos una pareja de tres 
Carmen y Catalina se miraron por unos segundos, y se rieron sujetando al muchacho de la cadera. Mi teoría de que compartirían absolutamente TODO, quedaba confirmada. Dentro del baile pude notar lo que Carmen y Cata decían, parecía estar bastante aburrida, los chicos y chicas ni siquiera bailaban y miraban a todos lados, parecían... niños...  

Tomamos nuestra mesa, que estaba cerca de la pista desierta de baile, mantel blanco y un centro de mesa con flores marchitas. Nos quedamos sentados sin hacer o decir nada, los maestros pasaban y saludaban y los chicos actuaban como alumnos ejemplares. Entonces yo no comprendí como era posible que hubiese esperado ansiosa el baile, porque las chicas estaban tan entusiasmadas con este evento tan aburrido en el que estábamos. 

-ya estoy harta! - Carmen se tumbó sobre la mesa – no hay cerveza, no puedo fumar y no me he tirado a nadie!
-Solo han pasado 20 minutos – sonreí sorprendida de lo fácil que Carmen llegaba a la desesperación
-es mucho para ella – Daniel le dio palmaditas en la espalda 
-YA! Es hora de irnos – susurro Catalina – si vuelve a pasar la señora Madison y pregunta "¿se están divirtiendo?"  le arranco la cabeza! - mostro los dientes como si fuese un mono reclamando territorio. Una manía de Cata cuando estaba enfadada. 
-como piensan irse? Acabamos de llegar, si no quieren que piensen mal, irnos así no es la mejor opción chicos – los hice entrar en razón, después de todo era una fiesta, y yo aun no entendía como era posible que hubiese esperado tanto de esto, es decir, hasta conseguí trabajo para venir linda, ¿Dónde estaba la maravillosa fiesta de la que las chicas me hablaban? 
Se miraron entre ellos, mientras Mateo solo observaba de lejos, parecía tan  ausente.
Daniel susurro en el oído de Carmen quien susurro en el oído de Cata y en sus rostros aparecieron sonrisas bastante intimidantes, yo a veces veía que esos tres se llevaban demasiado bien, las mellizas locas y el ricitos macabro, el trio perfecto para el desastre... y en ese momento me miraban fijamente <<me huele mal, muy mal>> 

-No, no, definitivamente NO – fue mi respuesta a su plan 
-Vamos Natalia! Solo a ti te podrían creer en todo caso, no es tan difícil fingir estar muy enferma ¿a caso nunca lo hiciste en tu casa para no ir a clases? - Cata intentaba convencerme de su horrible plan 
-Nunca! - era cierto, jamás le mentí sobre eso a mis padres, no porque no quisiera, era malísima mintiendo o fingiendo cosas, la actuación no era lo mío 
-Pues intentémoslo, sino atrasaras la verdadera fiesta unas dos horas, es lo que quieres Natalia? - Daniel me sujeto de los brazos, dando pequeñas sacudidas – en serio quieres?! 
-ya basta! - me libere, todos se calmaron y me miraban, incluso Mateo aunque a él parecía divertirle la situación, no había dicho ni una sola palabra, parecía estar en su mundo. - pensemos claramente... - un silencio recorrió la mesa, bajo el ruido de la música – el baile esta un poco aburrido 
-para morirse – susurro Carmen 
-Muy aburrido - continué - pero no podemos hacer que los maestros crean que iremos a otro lugar pues llamaran a nuestros padres, si eso pasa sabrán que dejamos el baile y se molestarán, porque la cuartada para "la verdadera fiesta" es el baile de navidad, cierto? 
-cierto – dijeron los 4 al unísono 
-Debo fingir enfermedad para decirles que debemos irnos, pero que eso no hará que llamen a mis padres? - no terminaba de comprender como lograr tanto engaño 
-para eso les diremos que ya los llamaste y que están en camino para recogerte - respondió Daniel
-Tu ni siquiera deberás hablar con los maestros, Mateo dirá todo y nosotros tres estaremos rodeándote para darle el efecto de preocupación  - aunque el plan de los chicos me parecía funcional, algo no dejaba de intrigarme, era esa Natalia que lo pensaba todo demasiado. 
-si te lo sigues pensando el baile va a terminar – Catalina ya sonaba aburrida 


-Se están divirtiendo chicos? - la señorita Madison, maestra de química, pasó como por decima vez y siguió caminando para preguntarlo en las siguientes mesas. 
Cata dio un fuerte gruñido y se levanto de la mesa, pero Daniel y Carmen la volvieron a sentar con un  jalón. Era definitiva, mis amigos estaban ansiosos por irse y de mi dependía salir. Por dentro sabía que ese no era el problema, sino lo que pasaría si abandonábamos el baile, la fiesta después del baile en casa de Mateo, eso era lo que me asustaba, ¿Qué tal si hago algo mal? ¿Qué tal si me arrepiento a ultimo momento y termina odiándome? ¿Cómo iba a reaccionar? 
si abandonaba el baile me enfrentaría a todas esas preguntas y situaciones desconocidas para mi, el baile era mi "lugar seguro" seguro y aburrido. 
<<vamos Natalia, déjate llevar por una vez en tu vida!>> <<y si me equivoco?>> <<aprenderás algo... tienes que arriesgar todo para ganarlo todo>> una lucha interna se llevaba a cabo en mi cerebro, y es que en serio quería hacerlo, pero el miedo me frenaba un poco, ¿esto les pasará a todas las chicas en su primera vez?
-Tu que dices Mateo? - lo miré, nerviosa, esperando su aprobación o rogando por que fuera el maduro de la situación y dijese que no. 
-Pues la fiesta si esta muy aburrida - sonrió nervioso 
-No se diga mas! Ya esta hecho! - Catalina se levanto de la mesa y se dirigió hasta la directora Brown, vimos como se acercaba a su oído explicándole algo, haciendo ademanes y señalando nuestra mesa. Una vez que la directora miró hacia la mesa, me encorve fingiendo mucho dolor. La directora asintió unas cuantas veces y Catalina volvió con una sonrisa victoriosa – dice que podemos irnos, que cuidemos bien de Natalia y que nos ve después de dos semanas - guiño el ojo 
-Gran maestra de las mentiras – Daniel hizo una reverencia 
-Pues no se diga mas, Natalia – la miré con mi rostro de ansiedad, estaba entrando en pánico – excelente rostro, parece que fueses a vomitar 
-creo que si vomitare algo si no salimos pronto – dije cubriendo mi boca, estaba sintiendo nauseas, cosa que ocurría cada que me sentía bajo presión 

Tomamos nuestras cosas y todo salió bien, ningún otro profesor nos hizo preguntas, simplemente me  deseaban salud y decían algo como "-nos vemos regresando de vacaciones-" a lo que todos sonreíamos nerviosos, menos Catalina, ella estaba mas preocupada por montarse en el auto de Mateo que porque algún maestro nos descubriera. El maestro Willis nos entregó el auto y eso fue todo, ya estábamos camino a casa de Mateo. <<dios mío, protégeme por favor>> pensé 

En el camino las chicas cantaban una canción en ingles muy popular de la cual no se el nombre, Daniel solo bailaba con ellas y parecían estarse divirtiendo mucho, Mateo estaba muy callado al igual que yo, en ese momento hubiese matado por poder leer su mente. 

Un camino de 20 minutos se volvió por primera vez en una eternidad para mi.
¿Alguna vez has sentido que no sabes lo que pasará después pero sabes que te cambiara por completo? Una incertidumbre que te devora por dentro pero que te hace sentir emocionada... 
Era exactamente lo que ocurría. 

Y mientras intentaba calmar mi respiración para que no se notara lo nerviosa que estaba, o recordar si me había puesto la ropa interior correcta, el grito de las chicas me despertó, viendo una enorme casa  frente a nosotros, era probablemente la casa mas grande que había visto después de la de Catalina. Era blanca y tenía un hermoso pórtico con columnas, me recordó un poco a la casa blanca por alguna razón; el jardín estaba tan bonito, con flores de muchos colores y  una fuente en el centro, podría jurar que alguien de la realeza vivía ahí. 
Mateo apagó el motor del auto. 

-a mi mamá le gusta mucho la jardinería, y tienen unos gustos muy extravagantes – dijo en voz baja, como si alguien le hubiese pedido explicaciones, como disculpándose. - la puerta esta abierta chicos, si quieren ir entrando, pueden adelantarse, la cerveza esta en la cocina y hay vino también
-Esto va a ser hermoso – dijo Carmen saliendo del auto y los otros chicos tras ella. Catalina volteo a verme antes de ir, me guiño el ojo y me dio el pulgar de aprobación. 
- Es muy bonito – no sabía que mas decir, al fin estábamos solos y  moría de nervios.
-Esto no va a cambiar nada cierto? - dijo sin mirarme, jugaba con las llaves del auto 
-¿Qué? - eso no me lo esperaba 
-El echo de saber esto, no lo cambiara nada cierto? No me trataras diferente? - parecía en serio preocupado 
-Porque cambiaría algo Mateo? Yo estoy enamorada de ti, no de lo que tienes 
-lo se, lo se pero... siempre pasa algo malo cuando la gente sabe esta pequeña parte de mi, las cosas se arruinan, ya no me ven igual... temía tanto traerte aquí, no quería dejar el baile te lo juro, pero en el fondo sabía que tenías que saberlo, tarde o temprano – tomo mi mano – te amo Natalia, y de verdad  quiero que vayamos en serio, porque mi corazón jamás se había sentido así con nadie, eres lo más importante que tengo ahora, y no quiero perderte por algo así - al fin supe que era lo que tuvo tan pensativo a Mateo y me sentía sucia de haber creído que era sobre el sex. Me reí - dije algo gracioso? 
-no, no, disculpa... es decir... Mateo, yo te amo por quien eres, si tienes o no tienes dinero, no es lo importante, mientras sigas siendo tu mismo, yo siempre estaré contigo - tomé su rostro entre mis manos y lo besé 
-por que reías tu entonces? - volvió a preguntar y yo volví a reír, en serio me sentía tonta. 
-creía que pensabas en... bueno tu sabes... en eso que creí que querías - mi cara estaba roja
-ah... Eso – me entendió a la perfección - bueno... eso... pues – cuando nos dimos cuenta, estábamos actuando como lo que éramos, adolescentes, confundidos, indecisos, con miedos y sueños, pero sobre todo, con muchos deseos carnales. - no voy a obligarte a nada Natalia, eso es un tema muy delicado, y debe ser tu decisión cuando, porque y con quien, así que no voy a forzar nada... aunque te mentiría si te dijera que no te deseo con ansias – eso ultimo lo susurro. Me reí. 

-Que es lo que demanda el momento? - pregunté, sabiendo la respuesta. 
-No lo se, tengo miedo de contestar
-¿Por qué miedo? 
-tal vez mi momento no demanda lo mismo que el tuyo... me aterra Natalia... tu me aterras – me reí - no se jamás lo que estas pensando, siempre me sorprendes, nunca se como hablarte o como reaccionar, es que... eres tan perfecta que me aterra perderte. 

Ahí sentada junto al muchacho que era mi novio, en esa fresca noche, pude ver a un Mateo nuevo, uno no tan perfecto pero si ideal, pude darme cuenta de que estaba con la persona correcta, de que la vida me había regalado la dicha de conocer a la persona con quien pasaría el resto de mi vida, lo tenía enfrente, medía 1.80, tenía el cabello alborotado y una mirada preciosa, Mateo. No podía dejar de sonreír al verlo tan nervioso y por primera vez, sin saber que decir. 
Esa noche decidimos que el momento nos demandaba lo mismo, dejarnos llevar, esa noche Mateo descubrió que no era lo mismo tener sexo que hacer el amor. 
Tuve mi primer recuerdo significativo, ese que jamás olvidarás y que no necesitas fotos, como el primer beso, la primera cita o la primera vez que te rompen el corazón, esa noche fui una Natalia completamente nueva y hasta entonces desconocida para los dos y me gustó. 

calipso

Érase una vez Mateo. (By Calipso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora