Siempre pensé que en mi mente solo habría espacio para el vóley...era todo lo que me importaba, era todo lo que me llenaba, era todo lo que amaba...al menos eso pensaba, pero cuando lo conocí todo cambio. era tan radiante que llegaba a ser molesto...
- hazme el amor, hazme el amor, hazme el amor... —Repite acariciando mi cabeza y subiéndose la camisa con intenciones de deshacerse de ella, lo ayudo y la tiro al suelo
y comienzo a besar su cuello y hombros,Besos apasionados y toqueteos pícaros y al la par atrevidos. Se sentía tan bien que pensaba nunca acabar con eso
Él se deshace de mi pantalón y ropa interior y yo de la suya. Tomo firmemente su cadera y lo monto sobre mi.Entonces, yo sentado sobre el sofa y él sobre mi, nos besamos de nuevo. Paseando nuestras manos por donde alcanzaran a tocar. Quiero sentir cada perfección e imperfección de su cuerpo otra vez, y, si es posible, encontrar más.
-Acércate más —Le ordeno interrumpiendo el beso. Dejo marcas en su cuello, clavícula y pecho de mis besos. Él obedece abrazándome y dejándose besar.
—Ngh... Ah —Gime al sentir mi mano masajeando su miembro y el mío al mismo tiempo. Y yo me silencio con los besos ahora húmedos que le dejo en su piel.
—Ahh...Hinata , bésame —Ordeno y él obedece casi de inmediato, tocando mi pecho y brazo, bajando sus manos para acariciar también mi antebrazo y abdomen.
El beso se fue tornando voraz con cada movimiento, con cada caricia.
-Ah, TOBIO... —Gime interrumpiendo el beso y abrazándome de nuevo.
Beso su hombro mientras él sigue jadeando aferrado a mi. Sigo con las caricias a su suave espalda para intentar calmarlo.
Se separa de nuevo y me da otro beso. Lleva sus manos a mi cara, acariciando mis mejillas y mi nuca.
Mientras que yo correspondo con ansias el beso y toco su creciente ereccion.
-Kage...yama...—gimoteo
-Te amo, Hinata...
Tomándome de ambos hombros e introduciendo su lengua en mi boca me recuesta de nuevo en el sofa, estando él sobre mi sobando mi, ahora, duro miembro con su trasero.
-ah... deja de torurarme. Métetelo de una buena vez.
-No puedo solo hacerlo, ...
Beso sus labios de nuevo y llevo mis manos detrás de él, separando sus nalgas y dejando que mi miembro se pasee entre ellas pero aún sin introducirlo.
Con la humedad de nuestros miembros introduje mi dedo medio, sacándole un
gemido alto . Comienzo a dibujar círculos imaginarios dentro de él. El segundo dedo de mi mano derecha acompaña al primero juntándose y separándose repetidas veces para aligerarle la carga al tercer dedo,
Mientras todo esto pasa en su parte baja, él, mas rojo que una manzana, deja caer su cuerpo sobre mi,
gimiendo mi nombre en mi oreja derecha y acariciando suavemente mi cabello. se levanta de nuevo sobre mi ereccion. Yo la posiciono para que él solo baje y la introduzca en él.
Apoyándose en mi abdomen, comienza lento, mirándome a los ojos y jadeando levemente. A la mitad cierra fuertemente sus ojos, lleva su mano a su boca y la muerde para tratar de silenciarse.
-Hinata... No hagas eso —Le digo tomándole de la muñeca y jalándola hacia abajo, y, con mi otra mano tomo su muslo y lo jalo abajo para acelerar la penetración.
-¡Ah! ¡Kageyama, mas lento!
-Ngh... Ya no aguanto, —Explico levantándome de nuevo, dejando pocos centímetros entre nosotros.
Con los ojos cerrados y tomándome ambos hombros me da un beso,
Le tomo firmemente por debajo de los muslos y lo levanto de nuevo con algo de su cooperación también.
-Ngh, ah... Hinata, déjate caer cuando estés listo —Le digo y se sentó de inmediato sacándome un ronco gemido, y él, gimiendo también, alto y fuertemente, alzando la cabeza. Ahí yo aprovecho para besar y lamer de su cuello hasta su barbilla y de regreso.
-¡Ah! -un quejido se escapó de los labios de Hinata al sentir mi miembro en su entrada
Después de eso las cosas se pusieron más rápidas e intensas. Hinata saltaba y salta sobre mi, gimiendo con cada uno de sus movimientos, haciéndome gemir a mi también de tanto placer.
-¡Ah! ¡Kageyama, voy, voy a correrme! ¡Ah! —Grita desesperadamente y yo continúo incluso más rápido.
Entonces como dijo, se viene.
Lo abrazo para calmar nuestros jadeos,Hinata solo atina a recostarse sobre mi