Capítulo 20.

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 Dedicado a: SolSaenz

Capítulo Final.

    Todos creían que él era bueno, que siempre pensaba en la felicidad de los seres humanos, que siempre estaba allí, cuidando de todos... No era así. Yo quería ser feliz con Piero, con el único hombre que en verdad he amado y amaré por el resto de mi vida y... Ahora ya no puedo verlo más que en mi mente; ya no puedo tocarlo ni sentir sus besos, sus cálidos y delirantes besos en mi piel... Ya no los siento, tan sólo los imagino... No sé cuánto tiempo podré soportar sin él... No lo sé...

     —¡Marisse! ¡Despierta Marisse!
La voz de Piero era apenas audible, pero cuando sus labios se posaron en los de ella, pudo despertar cómo él le suplicaba a gritos que lo hiciera.
     Marisse abre sus ojos y ve aterrada a Piero. Inmediatamente lo abraza con toda su fuerza y llora. Llora sin control alguno.
     —Piero...
     —Tranquila, tranquila mi amor... Tranquila... Sólo fue una pesadilla. Estoy aquí Marisse, estoy aquí...
     —Piero —solloza temblando —tú... Tú no estabas Piero... No estabas más... No podía verte, no podía abrazarte ni sentirte Piero... No podía... Estabas muerto Piero...
     Aquellos jadeos desesperados hicieron estremecer a Satanás. Imaginarse su vida sin su eterno amor le hacen temblar a él aterrado, tanto o más que Marisse. Estar sin ella, sin poder verla, abrazarla, besarla y hacerle el amor todos los días de verdad que si sería un maldito infierno.
     —Marisse, estoy aquí mi vida... Mírame— murmura levantando su mentón —no dejaré que nada ni nadie nos separe nunca, nunca, nunca... Tú eres todo lo que yo quiero y necesito... Te amo tanto que estaría dispuesto a todo por ti, a todo...
     —No quiero estar sin ti Piero... Yo te amo mucho, mucho, mucho y tengo miedo de perderte...
     —Eso no va a pasar. Tú y yo siempre estaremos juntos... Siempre Marisse.
Marisse conmovida y convencida por las palabras de Piero, asiente y lo besa desesperadamente en los labios, cómo tratando de transmitirle que ella también está dispuesta a todo por él. Absolutamente a todo... Incluso a morir.
Piero sujeta a Marisse por la cintura, la coloca a horcajadas sobre él y cuando va a desnudarla entra un serio Belial.
     —Sé que estás preocupada Marisse —murmura éste acercándose a ella y acariciando su mejilla —pero no tienes que preocuparte ni sentir miedo. Sé muy bien que el "todo poderoso" está tramando algo... Lo sé muy bien, lo presiento... Sin embargo, es él quien debería preocuparse de nosotros, los ángeles caídos. Ya luchamos una vez en su contra y no dudaremos en hacerlo si es necesario. Yo, Belial te prometo, te juro aquí y ahora que voy a cuidarte y a defenderte con mi vida, Marisse.
     —Belial...
     —No vayas a pensar que te digo todo esto para que me dejes estar dentro de ti una vez más... No Marisse. Te lo digo por que es la verdad.
     Marisse sonríe enternecida. Voltea a ver a Piero quien asiente sonriendo con picardía, entonces, Marisse se acerca a Belial, lo abraza con fuerza y captura sus labios en un dulce y apasionado beso. Belial suspira. Se separa de ella y, pegando su frente contra la suya, murmura:
     —Eres la cosita más dulce, tierna, hermosa, sexy y adorable que he visto en mi vida. Ahora entiendo a Luck... Es imposible no amarte como un loco Marisse Grayson. Desde éste momento, me tienes a tus pies.
     Belial se arrodilla ante Marisse como haciendo una reverencia o quizá una especie de sumisión y antes de que ella pueda decir o hacer algo, éste le abre las piernas y mete su cabeza para hurgar por encima de su braga. Marisse jadea, se recuesta en medio de las piernas de Piero y un pequeño gemido sale de su garganta cuando él le aprieta los pechos. Otra vez será poseída por aquellos dos ángeles caídos que tanto placer y morbo le provocan sin darse cuenta que alguien con enormes alas blancas y parado sobre el edificio más alto de la ciudad los observa con una sonrisa fría en el rostro.
     —Falta muy poco, Lucifer —murmura el desconocido antes de irse volando riendo a carcajadas.

...

     —Entonces, ¿se van a casar ustedes dos o yo también me caso contigo Marisse?— pregunta Belial riendo.
     Marisse y Piero se voltean a ver y comienzan a reír descontroladamente.
     Es Marisse quien abre su boca para decir algo, pero antes de que pueda articular alguna palabra, sangre comienza a brotar de su nariz.
     Piero grita, Belial se estremece y Marisse se pone pálida como una hoja antes de caer desmayada.

     Luck... Estoy seguro que lo que le está pasando a Marisse es obra de dios... Seguramente ya se ha dado cuenta de tus planes —dice la voz angustiada de Belial.
     Marisse intenta abrir los ojos, pero no puede. Su cuerpo se siente tan entumecido como si hubiese sido arrollada por un camión así que, desiste de intentar y decide escuchar la plática de Piero y Belial.
     —¿Tú crees?
     —Estoy seguro de eso. Seguramente el chismoso de Gabriel ya le dijo que yo estoy en la tierra y no sellado en el infierno cómo todos creían que estaba.
     —¡MALDITO GABRIEL! —grita Piero golpeando una mesa con sus puños—¡voy a matar a ese hijo de perra si algo le pasa a mi mujer!
     —Tranquilo hermano que a ese pedazo de mierda lo mato yo con mis propias manos.
     —Belial... Estoy muy preocupado. Sé que dios nos odia y puede usar a mi Marisse para dañarme... Yo no quiero que nada malo le pase a ella. Ella lo es todo para mi y no tienes una jodida idea de cuánto la amo.
     —Tranquilo Luck. Tú sabes que todos tus sirvientes y yo estamos dispuestos a pelear una vez más en contra de ese dictador —Dice Belial tratando de animar a Lucifer.
    Este niega sonriendo con amargura.
     —No dudo de eso. Tú sabes muy bien que aunque hayamos sido desterrados jamás obtuvimos nuestra libertad completa. Él es el único que puede matarnos y no dudo que lo haga.
     —Entonces hay que matarlo primero para obtener nuestra libertad y vida eterna. Merecemos ser felices y vivir cómo queramos, no cómo él quiere que lo hagamos.
     Piero asiente. Belial tiene razón, pero aún así tiene miedo. Dios sabe que Marisse es su punto débil y querrá quitársela a toda costa.
     Marisse tiene unas irrefrenables ganas de llorar y gritar y golpear todo. Dios puede matar a Piero fácilmente, tal cómo lo hizo en sus sueños. No quiere que nada malo le pase a su ángel por su culpa. Como lo dijo en un principio, ella haría cualquier cosa por él, incluso dejarlo. Esa sería la única manera en que él estaría bien y con vida.

     Al día siguiente, cuando Marisse se despierta está sola en la cama. Se levanta rápidamente con un pijama puesto y camina hasta la cocina en donde Satanás y Belial están platicando. Al verla a ella sonríen y callan. Su rostro serio los desconcierta.
     —Piero —murmura ella con una idea muy clara en la cabeza —lo nuestro se terminó. No te quiero volver a ver más.






Bueno chicas/OS, hasta aquí llegamos con Enamorada del Diablo. La novela será eliminada de Wattpad en una semana. ¿la razón? He notado que casi no votan por los capítulos (no como antes)  y yo supongo que ya no les gustas la novela :'( pero igual, muchas gracias a todas/os los que siguieron conmigo siempre. :'3 los llevaré en mi corazón...









¿Se lo creyeron? :v pues era broma 😂😂😂😂 lo siento, tenía que hacerlo :'v
Primero me muero antes de dejar de escribir mi novela 😌
De igual manera, agradecerles a todos por sus comentarios. ¡Sigan votando!
¡L@s amo a todas/os!

Ojo 👀 ¡últimos capítulos!

~Enamorada del Diablo~®©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora